lunes, 28 de agosto de 2017

¡Que cierren las Cortes!



¡Que cierren las Cortes!

Este es el grito, así de fuerte y sorprendente, que escuché hace unos días en una conversación que un grupo de personas mantenía a escasos metros de mí. Aunque ahora “a mar revuelto, ganancia de pescadores”, no seré yo quien tome partido en contra del Estado de las Autonomías o de la existencia de gobiernos autonómicos y Cortes regionales. Creo y defiendo la estructura territorial que la Constitución de 1978 diseñó; pero, sin duda, deben corregirse los desequilibrios y desigualdades de todo tipo que el sistema ha generado, algunos preexistentes a aquella fecha mágica. ¿Qué grado de responsabilidad tienen los políticos españoles en la generación de esa corriente de opinión contraria al mantenimiento de estas administraciones e instituciones autonómicas?
He escrito en varias ocasiones sobre la irresponsabilidad de la clase política cuando está en Instituciones que deben ser un espejo para la sociedad española: el Congreso de los Diputados, el Senado, las Cortes autonómicas… Así en septiembre de 2007, hace una década, escribí en el periódico ya desaparecido Noticias de Toledo un artículo titulado “El sueño de la libertad”, en el que entre otras palabras decía: ... Hace años en España se clamó por la regeneración política, por el cambio de talantes, por una vida pública al servicio realmente de la sociedad. Hoy, buena parte de la clase política es cómplice de un sistema de valores en el que se ha perdido el respeto al otro y en el que vale todo, lanzando mensajes muy negativos a todos los sectores sociales, especialmente a los más jóvenes. Se exhibe la confrontación, se ataca demagógica y sistemáticamente al otro, aunque luego se tomen afables cafés; y así convierten la sociedad española de nuevo en dos Españas. Grave irresponsabilidad de quienes tienen la obligación de construir en lugar de sembrar destrucción y rencor. Y aunque presumen de libertad, convierten a ésta en un sueño.”
Desgraciadamente, diez años después, la situación no sólo no ha mejorado sino que es crítica. Nacieron nuevos partidos que parecía lucharían contra las viejas “castas” políticas, pero pronto han sido absorbidos por el sistema e intentan “tocar poder” como la única de las vías posibles. Todos los escándalos de corrupción son mala cosa para el propio sistema democrático, y un murmullo de reprobación se escucha de labios de buena parte de los ciudadanos. La crítica –injusta cuando se dirige hacia el conjunto de la clase política- se difunde como salpicadura de aceite de la vida española. Esperemos que los procesos judiciales se vayan terminando y pueda pasarse página, una desgraciada página que duele a España y mancha a España.
Pero junto a los problemas estructurales de la vida pública, difíciles de resolver con políticos de tan corta talla como los que abundan hoy, está la vida cotidiana que nos muestran nuestros diputados y gobernantes. Y esa sí que resulta también  absolutamente censurable. He clamado contra unos parlamentos –nacional o autonómico- convertidos en un circo mediático y con unos parlamentarios que se comportan más que como próceres de la Patria o de la Región como irresponsables títeres de un espectáculo partidista que en nada beneficia a la vida pública española o regional y que es un torpedo contra el sistema democrático. Pero parece que no aprenden, y en los últimos días han protagonizado unos espectáculos en las Cortes de Castilla-La Mancha que me parecen bochornosos. Desde luego estoy contento de no ser parlamentario pues si me hubiera envuelto en ese sainete político me habría visto obligado a presentar mi dimisión con carácter irrevocable.
Hoy escribo al margen de mi dolor como bibliotecario al comprobar cómo ni el gobierno regional ni los partidos gobernantes (PSOE y PODEMOS) han escuchado mi clamor pidiendo que las bibliotecas públicas estuvieran dentro de las prioridades políticas y se plasmara en los acuerdos o en las enmiendas. ¡Allá ellos!, que no desoyen al director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha sino a un tercio de los castellano-manchegos que son socios de la Red de Bibliotecas. Un día se iniciará una rebelión de los bibliotecarios y de los usuarios y todos los políticos que ahora dan la espalda a las bibliotecas comprobarán que no serán votados por los ciudadanos en próximas elecciones. Y se lo habrán ganado a pulso…
Me siento indignado por ver cómo hasta los más “progres” se aferran al sistema de rodillo, de mayorías absolutas. No soy partidario de las mayorías absolutas sino de la búsqueda de acuerdos y consenso; y de la declaración de algunos de los grupos políticos de nuestras Cortes podría desprenderse que también son de esa opinión. Pero, ¿ninguna de las enmiendas de la oposición merecía la pena ser aprobada? Había un acuerdo previo entre PSOE y PODEMOS para aprobar los presupuestos de 2017, y resulta que las únicas enmiendas aprobadas son las acordadas por estos dos grupos que forman el gobierno. ¡Rodillo, rodillo, rodillo, como en los mejores tiempos de mayoría absoluta!
Pero hay mucho más. Yo no quiero juzgar, pero invito a todos los diputados a mirarse en un espejo. Que ellos mismos juzguen sus comportamientos de patio de colegio (perdón) o de bronca callejera. Un día un grupo político o varios grupos, salen de la sede. Otro día son expulsados uno a uno hasta una decena de diputados. Un presidente de comisión es separado y asume esa presidencia el de las Cortes. Y no digamos cuando el insulto se convierte en el discurso parlamentario más elocuente o se comienzan a mostrar pequeñas o no tan pequeñas pancartas que no son propias de un parlamento democrático.
Se van a aprobar los presupuestos, pero se ha perdido una nueva oportunidad de regeneración de la vida democrática. Otra vez estamos en un sistema partitocrático en lugar de democrático. Y no se ven nuevos tiempos por ningún lado.
Los tres grupos políticos de las Cortes de Castilla-La Mancha tienen que comprometerse a un ejercicio parlamentario limpio, digno, constructivo y de consenso. No me resisto a no citar la declaración del grupo de PODEMOS en la web de las Cortes, hoy sin ninguna credibilidad, al menos para mí: La responsabilidad de Podemos, en esta situación política excepcional, es continuar siendo un agente social estructurador del proceso de cambio político y social en marcha. Nuestro horizonte de expectativa está claramente definido: ¡no podemos defraudar la ilusión de cientos de miles de ciudadanos y ciudadanas de nuestra Región!”  Creo que no necesita comentarios: que dos profesores universitarios se presten a un juego político de tan bajo fuste me sorprende.
Ustedes, parlamentarios de Castilla-La Mancha, serán responsables por sus actitudes caciquiles e irresponsables, del comportamiento de muchos ciudadanos. ¿Qué pensarán jóvenes y adultos de unos políticos que utilizan la sede de la soberanía popular de nuestra región para el insulto y el esperpento? ¿Cómo van a pedir diálogo y consenso a los ciudadanos si ustedes desprecian esas actitudes que dicen defender? ¿Cómo van a invitar a la participación en la vida pública y política si sólo envían mensajes de partidismo e intolerancia?
Las Cortes de Castilla-La Mancha deben ser una garantía para la sociedad regional. Pero se necesitan parlamentarios que estén dispuestos a trabajar por un verdadero consenso, a aprovechar las posibles buenas ideas de la oposición, a construir nuestra región con la colaboración de todos. Las barreras ideológicas tienen que desecharse cuando de lo que se trata es de buscar una sociedad mejor para todos, sin tener en cuenta su credo político y las etiquetas.

domingo, 27 de agosto de 2017

Adiós al alma de la Biblioteca



Adiós al alma de la Biblioteca

Juan Sánchez, director desde 2012 de la Biblioteca de Castilla-La Mancha y uno de los artífices del proyecto, se jubila el 6 de septiembre, al cumplir 65 años

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Juan Sánchez, director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, se jubila el 6 de septiembre - Luna Revenga
«Uno se jubila de los trabajos, pero no de las pasiones». Con esta bella frase se despide el que desde hace casi cinco años a esta parte ha sido el director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, Juan Sánchez Sánchez (Toledo, 1952). Sí, el que ha sido el alma de este centro se jubila el próximo 6 de septiembre, cuando cumplirá 65 años, tras una vida entera dedicada a la defensa de las bibliotecas públicas y de la cultura.
Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Complutense, aún recuerda sus inicios montado en un bibliobús en 1973 para llevar la cultura a todos los pueblos de la provincia de Toledo, al igual que lo hicieron las Misiones Pedagógicas durante la II República. O también cómo en 1984, cuando entró como jefe de gabinete del entonces consejero de Educación y Cultura, José María Barreda, ambos pagaron una entrada para visitar «de incógnito» el antiguo Museo del Asedio del Alcázar de Toledo para ver las posibilidades que había de albergar allí la Biblioteca de Castilla-La Mancha, tal donde se encuentra hoy.
Recuerdos y más recuerdos que no para de relatar a ABC un hombre al que le gusta hablar mucho y con mucha pasión de todo. Ahora dice dejar todo lo relacionado con la gestión cultural, pese a que el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Felpeto, le ha insistito para que siga. «La vida profesional debe tener un principio y un final por ética. Después de 43 años trabajando creo que he contribuido de forma importante a la sociedad de Castilla-La Mancha y hay que dar paso a gente joven que está deseando trabajar», manifiesta Juan Sánchez. Eso sí, asegura que seguirá apoyando a las bibliotecas, luchando por la cultura y por la participación de los ciudadanos en la vida pública.
Como contaba antes, sus inicios fueron en 1973 en el servicio de bibliobús, cuando aún estudiaba la carrera universitaria. Según reconoce, gracias a la «gran obra» de Julia Méndez Aparicio, directora de la Biblioteca Pública del Estado en Toledo y del Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas, se ha pasado de tener entonces 20 bibliotecas públicas a unas 140, que son las que actualmente hay en la provincia de Toledo.
«Hemos conseguido la profesionalización del servicio bibliotecario», destaca Juan Sánchez, quien recuerda que cuando llegó a ser jefe del Servicio Regional del Libro, Archivos y Bibliotecas, en 1991, «más del 30% de los bibliotecarios eran colaboradores voluntarios y no cotizaban a la Seguridad Social». Esto da muestras de lo mucho que ha cambiado el sector, ya que desde entonces y hasta 2007, periodo en el que estuvo en ese cargo, se empezó a contratar a personal profesional, a comprar colecciones de libros, a hacer reformas en bibliotecas o a organizar actividades culturales.

Un espejo donde mirarse

Las bibliotecas son obligatorias en España en pueblos de más de 5.000 habitantes y en Castilla-La Mancha en pueblos de a partir de 1.000 habitantes. Pero, según explica Sánchez, el gran logro de nuestra comunidad autónoma fue la decisión de que «todo aquel ayuntamiento que quisiera tendría su biblioteca, siempre que estuviesen dispuestos a confinanciar el servicio». A ello, en su opinión, contribuyó la creación de la Biblioteca regional, que ha sido «un espejo donde los alcaldes y concejales quisieron mirarse para poner en marcha sus bibliotecas municipales».
«El Gobierno regional siempre actuó de punta de lanza», subraya el director de la Biblioteca regional, quien recuerda la Ley de Bibliotecas de Castilla-La Mancha que se puso en marcha, «la más progresista de todo el país», que decía que este servicio debía ser financiado entre la Junta de Comunidades, las diputaciones provinciales y los ayuntamientos.
Por eso, lamenta el retroceso que ha habido en el sector en los últimos años, desde 2010 hasta la actualidad. «Ahora las diputaciones están haciendo lo que pueden, poco; los ayuntamientos, en algunos casos no dan ni un euro, pero mantienen el personal; pero el que no cumple su parte del contrato es el Gobierno regional». El año pasado la Junta sacó una pequeña ayuda de 600.000 euros, que se ha resuelto este año, y Sánchez ha pedido que se amplíe, sin obtener respuesta. «Ahora no parece que el Gobierno sea sensible con la cultura, en general, ni con las bibliotecas en particular», dice.
Aun así, el director de la Biblioteca regional reconoce que el cambio que se ha producido en Castilla-La Mancha ha sido «gigantesco», con la creación de una Red de Bibliotecas de toda la región, un catálogo colectivo y con unos indicadores que ponen a la comunidad autónoma como ejemplo a nivel nacional e internacional.
Castilla-La Mancha es la región que más actividades realiza por cada 1.000 habitantes de toda España. Un tercio de la población castellano-manchega tiene el carnet de la Red de Bibliotecas. Pero, señala Sánchez, «todo ello es gracias a la imaginación de los bibliotecarios, no por el respaldo del Gobierno autonómico, que no se da cuenta de que las bibliotecas son un verdadero tesoro y no lo están cuidando».
Sala de lectura de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, en el Alcázar de Toledo- Luna Revenga
Para custodiar este tesoro es por lo que Juan Sánchez aceptó en diciembre de 2012 ser el director de la Bibliteca de Castilla-La Mancha -cargo que le ofrecieron hasta en tres ocasiones anteriores-, a propuesta de Marcial Marín, consejero de Educación, Cultura y Deportes durante el Gobierno de María Dolores de Cospedal. Estos casi cinco años han sido, sin lugar a dudas, la época dorada de él y del centro porque, a pesar de los continuos recortes, ha sido su «etapa más satisfactoria al estar en contacto directo con los usuarios, lo que me ha dado la posibilidad de ver los toros en el ruedo, y no desde la barrera».
«Aun con poco presupuesto y gracias a un excelente equipo de profesionales que son el corazón de este proyecto», subraya el director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, el centro ha contado con unos 315.000 usuarios cada año y con numerosas actividades y programas culturales. «Me quedo con muy buen sabor de boca de este periodo, pues además fui yo uno de los primeros en defender que tenía que existir una biblioteca regional».

¿Y a partir de ahora, qué?

Pues a partir de ahora, mientras la directora adjunta Carmen Morales se pone al frente de la Biblioteca regional y, aunque se trata de un cargo de libre designación, un concurso de méritos a nivel nacional decidirá quién será el nuevo director del centro, Juan Sánchez intentará recuperar el tiempo perdido con su numerosa familia. «Mi mujer ha sido muy paciente conmigo porque le he dedicado muchas horas a las bibliotecas». Pero, además, seguirá escribiendo y ahora se encuentra terminando su quinto libro en defensa de las bibliotecas, bajo el título Palabras por la biblioteca pública, y está ultimando su segundo poemario, Y Dios en el camino.
Aunque, tal y como manifiesta, lo que no dejará es su actitud combativa en defensa de las bibliotecas, de la democracia, de la libertad de expresión y de los movimientos sociales y culturales, que son los principales valores en lo que cree Juan Sánchez. «Seguiré luchando por la vida pública, ya que esto es algo que no es potestad de los políticos. Toledo y Castilla-La Mancha no es algo que pertenece al Ayuntamiento ni al Gobierno regional sino que nos pertenece a todos, pues vemos que no vivimos en una verdadera democracia sino en una partitocracia. Por eso, aunque siempre he sido una persona libre, también he sido y seré un francotirador contra las cosas que no me gustan, siempre desde el respeto». ¡Tranquilos, Juan Sánchez dará guerra para rato!

viernes, 25 de agosto de 2017

Entrevista a Juan Sánchez Sánchez, en el programa de radio "Voces amigas", de Radio Santa María de Toledo.

 Entrevista a D. Juan Sánchez, Director de la Biblioteca de Castilla La Mancha, en el programa "Voces amigas"

Fecha entrevista: 2017.08.24

¡Te recomiendo que escuches este audio de iVoox! Entrevista a D. Juan Sánchez, Director de la Biblioteca de Castilla La Mancha http://www.ivoox.com/20520271
Enlace al audio:
 Entrevista a Juan Sánchez Sánchez en el programa "Voces amigas".

martes, 22 de agosto de 2017

Se jubila el director de la Biblioteca regional: “Seguiré luchando por la cultura”






Ha dedicado 43 años de su vida a trabajar por la cultura, por la enseñanza y por las bibliotecas públicas. Juan Sánchez Sánchez es todo un referente tanto a nivel nacional como en Castilla-La Mancha. Su activismo en defensa del acceso a la cultura viene desde los años 70, cuando comenzó a recorrer pueblos de La Mancha en un bibliobús. El próximo 6 de septiembre cumple 65 años y se jubila como director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, asentada en el Alcázar de Toledo y uno de los centros bibliotecarios más importantes del país. Se jubila pero no se retira: “Siempre he sido un activista. Seguiré luchando por la cultura”.
En una charla con eldiarioclm.es, Juan Sánchez ha querido destacar sobre todo que se siente “querido, apoyado y respaldado desde siempre”. Lo remarca porque buena parte de su trayectoria la ha dedicado a la política y nunca se ha autocensurado. “Siempre he dicho lo que pensaba, siempre he pedido independencia, siempre he respetado todas las opiniones y aceptado consejos, creo que es la única manera de trabajar por la sociedad”.


El consejero de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Felpeto, a quien conoce desde hace mucho tiempo, le ha ofrecido reengancharse un tiempo más en su puesto como director de la Biblioteca, pero ha considerado que no debe hacerlo “por ética”. Nunca ha ocultado su “pasión” por el trabajo, pero ve necesario “dejar paso a otra gente” y además está convencido de que “se puede seguir aportando a la sociedad, incluso profesionalmente, sin un horario de trabajo y una dedicación completa”. “Siempre he sido un activista y siempre lo seré”, enfatiza.
Su intención, de hecho, es seguir contribuyendo a la defensa de la cultura y de las bibliotecas públicas con su actividad en los medios de comunicación, con sus libros y con su blog. “Estando jubilando también tendré más oportunidades de participar en las actividades de la sociedad civil”, agrega con total entusiasmo, planeando ya sus próximos pasos en este sentido.

El bibliobús donde empezó todo

No lo dice por decir. Si algo ha demostrado durante toda su trayectoria es un compromiso vital con los libros desde que en el año 1973 comenzó a trabajar en un bibliobús que recorría los pueblos de La Mancha, y donde intentaba sacarse la carrera de Historia estudiando en la furgoneta por las noches. Dos años después, casi al final de la dictadura franquista, los dos únicos trabajadores de este servicio hicieron una huelga porque no les pagaban. Llegaron a ir a juicio y ganaron, pero aun así fueron despedidos a cambio de una pequeña indemnización.
Ahí comenzó su militancia en un objetivo que nunca ha perdido de vista. Opositó para el Instituto Nacional de la Seguridad Social (entonces llamado Instituto Nacional de Previsión), consiguió una plaza y le destinaron al Hospital Nacional de Parapléjicos, en turno de mañana. Con ese puesto consiguió terminar la carrera de Historia y en los años 80 comenzó a articular un movimiento de historiadores en torno a la defensa de las bibliotecas públicas, con una plataforma muy reivindicativa que movilizó a buena parte de la sociedad. En este movimiento conoció a José María Barreda, también historiador, y cuando llegó el primer gobierno de José Bono en Castilla-La Mancha, Barreda le llamó para ser su director de gabinete como consejero de Educación. “Allí empezó una etapa de ocho años en la que fuimos construyendo la región”, destaca, y allí conoció también al periodista Alfonso González Calero, por entonces director general de Bibliotecas y que le acompañó en su aventura en la sede regional de la Biblioteca regional hasta hace justo un año, cuando también se jubiló.
Pese a su paso por la política, Juan Sánchez Sánchez ha mantenido siempre una postura muy reivindicativa hacia la cultura, dentro de los numerosos proyectos que entonces comenzaban a fraguarse sobre patrimonio y sobre la futura red de bibliotecas. Después, le ofrecieron una serie de cargos que rechazó hasta que en 1991 asumió la Dirección regional del Libro, Archivos y Bibliotecas donde permaneció durante 16 años, siempre con posturas muy críticas. En 2006, con la llegada de Blanca Calvo a la Consejería de Cultura, fue cesado y permaneció otros seis años como jefe de Servicio de Enseñanza Universitaria. Fue en 2011, ya con el Gobierno del PP, cuando el consejero Marcial Marín le ofreció dirigir la Biblioteca regional, puesto que aceptó con la condición de mantener su independencia. “O me dejaban hacerlo como yo creía que había que hacerlo, o nada”.
                             Biblioteca de Castilla-La Mancha Europa Press

Fueron tiempos difíciles. Tuvo que lidiar con los recortes en cultura, que ya habían comenzado en 2010 con menos programas de ayuda a las bibliotecas municipales. “Lo más triste es que seguimos igual, salvo una pequeña ayuda a las contrataciones”, lamenta. Y bajo su activismo crítico, como ya manifiesta en sus artículos de opinión, insiste en que “en dos años de gobierno socialista, no se han visto guiños hacia cultura y las bibliotecas”. “Es una pena que un gobierno regional que ha sido ejemplar en todo el país, con la política de bibliotecas más progresista de España, no esté poniendo dinero en esta política. No puede ser que este recurso, con un tercio de la población como socio de alguna biblioteca, no se esté defendiendo”.
Por eso confía en que su sucesor o sucesora al frente de la Biblioteca de Castilla-La Mancha mantenga una línea de continuidad con su proyecto de los últimos seis años, centrado “en el debate, en la convivencia y en la sociedad civil”. “Espero que no cambie el rumbo”, subraya, avisando que “por responsabilidad” no seguirá vinculado a este centro, “aunque sí a las ideas”.
“Yo digo las mismas cosas ahora que en los 80. Las cosas que pienso las llevo defendiendo desde hace décadas. Mi principal objetivo ha sido conseguir la democratización de los servicios bibliotecarios y por ello voy a seguir peleando. Estos cinco años como director de la Biblioteca regional me han dado la posibilidad de realizar un proyecto en complicidad con la sociedad civil, para que sea de los ciudadanos, que son los propietarios y la pagan con sus impuestos. Y eso no puede depender del voluntarismo político”. A este respecto, ha adelantado que ha impulsado un decreto para crear un Consejo de Participación de la sociedad en las políticas de bibliotecas públicas y que espera que pueda aprobarse en breve.   
Finalmente, sobre su sustitución, explica que se realizará un concurso de méritos a nivel nacional, aunque precisa que se trata de un cargo de libre designación. Mientras tanto, asumirá sus funciones la directora adjunta, Carmen Morales. “Espero que haya sentido común y que sea un experto, que haya una continuidad en el trabajo y que incluso la persona en cuestión realice un proyecto amplio a cuatro años. Y ante todo, espero que sea para mejor”, concluye.

 Enlace a la noticia:
http://www.eldiario.es/clm/director-Biblioteca-regional-Seguire-luchando_0_678582468.html

miércoles, 16 de agosto de 2017

Señorías, con el debido respeto…



Señorías, con el debido respeto…


            En mi lucha en defensa de las bibliotecas públicas confieso que no he sido nada ortodoxo. Especialmente el segundo libro de mi tetralogía sobre bibliotecas, titulado En defensa de la biblioteca pública (2012) recoge algunas de las “aventuras” literarias y profesionales llevadas a cabo solo o con otros bibliotecarios amigos. He sido rey, defensor del pueblo, bibliotecario prestigioso residente en un país nórdico, portavoz del Gobierno de España, comisionado por el Gobierno regional… De forma ficticia, literaria, he hablado ante el Congreso de los Diputados, en una sesión conjunta de las Cortes, ante los periodistas que asistían a la primera reunión del Consejo de Ministros del Gobierno socialista tras los atentados de 2004….No puedo contar ahora todas estas historias, pero están escritas. Pero la mayoría de las veces hablé o escribí a cara descubierta, a corazón abierto, clamando en un desierto en el que mi palabra sabía que no era bien recibida por el político de turno. Desde 1977, es decir los cuarenta años de vida democrática, he batallado en defensa de las bibliotecas primero siendo un usuario de las  bibliotecas o un investigador, después como Jefe del Servicio Regional del Libro, Archivos y Bibliotecas; cuando fui cesado en 2006 seguí escribiendo y haciendo propuestas, aunque era un simple espectador; y cuando asumí la dirección de la Biblioteca de Castilla-La Mancha no cambié mi discurso de defensa de las bibliotecas. Las hemerotecas y las fonotecas están llenas de mis palabras, la mayoría recogidas en mis cuatro libros y en el próximo que publicaré: Palabras por la biblioteca pública. Y siempre lo hice por defender las bibliotecas.
En los últimos días he clamado por el olvido de la Cultura en general y específicamente de las bibliotecas en el pacto que PSOE y PODEMOS han firmado para sacar adelante los presupuestos generales de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. También me he dirigido a los grupos parlamentarios pidiendo enmiendas, aportando datos esenciales que justificarían un mayor apoyo a las bibliotecas. Acabo de revisar el proyecto de presupuestos colgado en la web y toda la aportación, la “inmensa” y “desmesurada” aportación del Gobierno regional a las bibliotecas municipales se reduce a los 600.000 euros que en el presupuesto de Libro y Bibliotecas de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes figuran como destino a la cooperación con la Administración Local.
Como he dicho públicamente, estoy a disposición de las Cortes de Castilla-La Mancha, como técnico, para explicar la importancia de las bibliotecas públicas en nuestro tiempo y en nuestra sociedad, para hablar de su fuerte compromiso social y de los valores que aporta la Red de Bibliotecas Públicas de Castilla-La Mancha. El Reglamento de las Cortes regionales prevé que puedan comparecer técnicos en distintos ámbitos las comisiones. Yo en más de una ocasión lo he planteado, porque estoy convencido de que si sus señorías escuchasen por boca de un profesional las fortalezas de las bibliotecas públicas cambiarían y apoyarían una política bibliotecaria para todos los ciudadanos de nuestra región. A pesar de tantos años transcurridos yo al menos nunca he recibido una invitación de este tenor, aunque confieso que mis palabras e informes a veces han servido de apoyo a los responsables en cada momento de estas políticas.
Ahora sería un buen momento para incluir una enmienda que garantizase la recuperación de algunos de los programas de apoyo a las bibliotecas municipales. Con el presupuesto que el Gobierno regional piensa destinar a las bibliotecas municipales, salvo que sus señorías rectifiquen, la vida en las bibliotecas públicas seguirá llenándose de sombras en lugar de luz y los profesionales creeremos un poco menos en las Administraciones responsables de unas políticas. Recuerdo que las bibliotecas son cosa del conjunto de las Administraciones Públicas, pero el mayor olvido de cara a las municipales se está produciendo en el Gobierno Regional. Vuelve a reiterarse el presupuesto de 600.000 € que apenas servirá para colaborar con algunos ayuntamientos a mantener algunos contratos de bibliotecarios pero no a su mejora ni a la creación de nuevos puestos de trabajo.
Las cifras de las bibliotecas de CLM son espectaculares. Pero ¿tan poco valen para nuestros políticos, para sus señorías, que tienen que aprobar los presupuestos? Tenemos una red de 498 bibliotecas (una biblioteca para cada 4.100 habitantes), con el mejor resultado de España en actividades culturales (17,16 actividades por 1.000 habitantes), con cerca de 6 millones de usuarios y  un total de 669.596 habitantes inscritos como socios de la Red de  Bibliotecas (el 32,80% de la población regional). Disponemos de 6,5 millones de documentos (libros y audiovisuales especialmente), con 3,18 documentos por habitante. Pero la colección se estanca y se compran pocas novedades porque los ayuntamientos no reciben ayuda alguna. El gasto ha descendido  en Castilla-La Mancha hasta 12,87 € por habitante al año. Y otra fortaleza son el total de
927 trabajadores de distintas categorías, una cifra que equivale a  736 personas a tiempo completo. Pero estupendos profesionales pagados con contratos de inferior categoría a su experiencia y funciones.

Me permito “convertirme” por un día –hoy- en diputado regional y presentar una enmienda a esa  partida destinada a la cooperación con la Administración Local, para que pase de los actuales 600.000 € a 3.000.000 € Es necesario garantizar la creación de nuevos puestos de bibliotecarios y la mejora de los actuales, volviendo a 1.400.000 € que normalmente tenía este programa de ayuda a la contratación de profesionales. Por otro lado, para asegurar la renovación de las colecciones bibliotecarias, se precisa 1.000.000 €, que puedan sumarse a los aportados por los ayuntamientos para que las bibliotecas municipales dispongan de colecciones atractivas y actualizadas. Finalmente, reiniciar el programa “Biblioteca abierta”, de colaboración en la programación de actividades culturales y de animación a la lectura, para dignificar el trabajo que se está haciendo en las bibliotecas y asegurar la continuidad de los exitosos trabajos que se vienen haciendo a base de la imaginación y el esfuerzo de los bibliotecarios.
Dirán que es un incremento muy grande, pero no es cierto. El Gobierno Regional, si quiere recuperar su liderazgo ideológico en la democratización y universalización de los servicios bibliotecarios, debe dar muestras  de credibilidad y apoyar a las bibliotecas porque son el centro cultural, educativo, social e informativo más importante de las comunidades locales. Las bibliotecas, puerta democrática de acceso a la información, precisan de recursos que garanticen la prestación de sus servicios en condiciones dignas.
Veo las declaraciones de distintos representantes del Gobierno y anuncian continuamente proyectos educativos, sociales y en otros ámbitos y, aunque no me gustan las comparaciones, me parece vergonzoso el desprecio y el olvido que gobernantes y diputados de esta región muestran hacia las bibliotecas públicas, más allá de las pomposas declaraciones a favor de la cultura. ¿Es una muestra del cinismo y la mentira con la que tratan nuestros gobernantes a los ciudadanos que ven en las bibliotecas un lugar esencial para su vida cotidiana?
Mientras no se corrijan algunos de estas carencias y se recuperen las políticas bibliotecarias que establece la legislación regional, con el apoyo desde el Gobierno y la firma de convenios con los ayuntamientos, cuantas declaraciones formulen nuestros representantes y gobernantes tendrán sabor a mentira y a menosprecio de una sociedad que les ha elegido pero que les retirará su voto si no apoyan a las bibliotecas públicas.
En 2010, todavía con gobierno socialista, empezaron los recortes en bibliotecas. Se mantuvieron después. Y teníamos la esperanza de recuperar esos programas, pero se están negando como la tierra y la sal. Si el Gobierno Regional y las Cortes de CLM quieren recuperar la credibilidad perdida ante buena parte de la sociedad y desde luego entre los profesionales bibliotecarios, es hora ya de enmendar y de corregir la omisión.  El Gobierno regional puede volver a tener  el liderazgo ideológico de la democratización de las bibliotecas en España, pero las simples palabras no sirven: hacen falta recursos presupuestarios.

domingo, 13 de agosto de 2017

Juan Sánchez, director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha

Juan Sánchez, director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha

Resumen de entrevista en Informativos Cmm

Entrevistadora: Angeles Sánchez-Infantes

Emitido el 13 de agosto de 2017

Enlace: Juan Sánchez Sánchez, director de la Biblioteca de CM.


Publicado el 13 agosto 2017

En dos semanas Juan Sánchez, director de la Biblioteca de Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha​, la segunda más grande del mundo, se jubila. Un hombre que lleva más de 40 años vinculado a las bibliotecas públicas, que siente orgullo y pasión por lo que le rodea.

sábado, 5 de agosto de 2017

Políticos de Castilla-La Mancha, ¡no apoyen a las bibliotecas!



Políticos de Castilla-La Mancha, ¡no apoyen a las bibliotecas!


El debate sobre los presupuestos generales de Castilla-La Mancha está abierto. Hay un pacto entre el PSOE y PODEMOS, en el que ya denuncié el lamentable olvido de la Cultura. Pero en el proceso parlamentario sería deseable que se produjeran enmiendas parciales por parte de los tres grupos políticos. ¿No somos partidarios del consenso? Espero que ningún grupo dé nada por perdido y que hagan sus deberes, aunque estemos en agosto.
En todo caso, espero que la alta inteligencia de la clase política sepa discernir la realidad, los deseos y la ironía con que este artículo está construido.
Aunque reiteradamente vengo pidiendo al Gobierno y a los partidos políticos de esta región que dediquen recursos y apoyos de todo tipo a la Red de Bibliotecas Públicas de Castilla-La Mancha, he llegado al convencimiento de que no deben hacerlo. Estas son las diez razones que he encontrado.
1) El “insignificante” número de bibliotecas de nuestra región. Según la Estadística nacional, en 2015 había 498 bibliotecas, la segunda red autonómica por su número. Sólo Andalucía, que tiene ocho provincias, nos supera.
2) Castilla-La Mancha tiene una estructura territorial y demográfica muy compleja y dispersa: 919 municipios, de los que están atendidos por algún tipo de servicio bibliotecario 690. Pero otros 229 municipios no reciben ningún servicio, cuando en 2011 se habían reducido a 73. Hay políticos que dicen que no se pueden ofrecer servicios públicos a municipios tan pequeños, pero en cuanto a bibliotecas Castilla-La Mancha tuvo el liderazgo ideológico en la democratización y universalización de este servicio. De hecho, a pesar de los recortes, en 2015 había una biblioteca para cada 4.100 habitantes, siendo el segundo mejor resultado de todo el país. Pero estamos perdiendo fuelle. ¿No habrá que dejar que estas bibliotecas de pueblos pequeños se cierren? Éramos muy democráticos, muy avanzados, pero ¿no habrá llegado el momento de convertir los pueblos pequeños en vestigios arqueológicos?
3) Las bibliotecas de nuestra región no tienen vitalidad, y es mejor que se extingan. Es verdad que nuestras bibliotecas tienen el mejor resultado de España por actividades culturales, con 17,16 actividades por 1.000 habitantes, muy por delante de la segunda (Cataluña, 8,16) y las demás comunidades: Asturias, 4,97; Extremadura, 4,77. La media de actividades organizadas por las bibliotecas españolas por 1.000 habitantes es de 4,64. El resto de comunidades autónomas tienen cifras por debajo de la media nacional, que sube gracias a los datos espectaculares de Castilla-La Mancha. Pero estos datos, que son una trayectoria de nuestra región, no tienen ninguna importancia. Y si los bibliotecarios, sin recursos, hacen tanto, sería peligroso que tuvieran recursos como en otros servicios públicos mejor considerados social y políticamente. Cataluña, que aspira a ser nación, tiene menos bibliotecas que Castilla-La Mancha, igual que Castilla y León, aunque muchos municipios son atendidos por bibliobuses.
4) Las bibliotecas están vacías. Con Internet ya no hacen falta y la sociedad no las demanda. Claro que las bibliotecas de nuestra región recibieron en 2015 cerca de 6 millones de visitas (2,88 visitas por habitante). La media de visitas por habitante es de 2,35, y Castilla-La Mancha, como en otros indicadores figura entre las comunidades con más visitas.
5) El dato anterior se refuerza con el número de socios de las bibliotecas. Un total de 669.596 habitantes están inscritos como socios de la Red de  Bibliotecas, lo que supone prácticamente un tercio de la población total (el 32,80%). En el período de crisis económica, a pesar de los recortes presupuestarios, el número de socios inscritos en Castilla-La Mancha ha subido más de cuatro puntos, lo que evidencia que ante las dificultades la sociedad demanda servicios libres, democráticos y gratuitos como las bibliotecas, que eliminan la brecha social y económica existente.
6) No se debe modificar la tendencia: mientras que otras regiones recuperan poco a poco los presupuestos para bibliotecas públicas, Castilla-La Mancha está estancada, con un descenso del 13% desde 2011 a 2015. Nuestra comunidad constituyó uno de los motores del sistema bibliotecario español precisamente porque el Gobierno Regional actuó como impulsor de unas políticas bibliotecarias que fueron envidiadas en muchas regiones. Su apoyo a las bibliotecas hizo posible que los ayuntamientos hicieran también un gran esfuerzo y se logró levantar una Red de Bibliotecas Públicas verdaderamente ejemplar. La crisis hizo que el Gobierno regional dejase ese apoyo, esa política basada en cofinanciación y corresponsabilidad y ello se nota en los presupuestos. Si en 2011 el presupuesto conjunto de las administraciones públicas fue de 30,2 Millones de euros, en 2015 había descendido a 26,2 Millones;   el descenso ha sido fundamentalmente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que pasó de 9,9 Millones a 7,2 Millones, por cierto un presupuesto que se dedica casi íntegramente a las cinco bibliotecas de gestión autonómica. En lo que respecta a los ayuntamientos dedicaron a sus bibliotecas 19,5 Millones de euros en 2011 y bajó en 2015 a 18,7 Millones. En cuanto a las Diputaciones Provinciales, escasa contribución: 254.336 euros en 2011 y 173.326 euros en 2015.
7) No podemos permitirnos liderar algunos servicios públicos. Otras regiones ya incrementan sus presupuestos para bibliotecas en el período 2011/2015: Islas Baleares un 31%, Castilla y León un 14%, Extremadura el 9,6%,  Valencia en un 8,9%,  País Vasco el 5,64%.  Pero en Castilla-La Mancha, ¿para qué vamos a poner recursos? Tenemos la Ley de Bibliotecas más democrática y avanzada del país, aprobada en 2011, y en ella late el compromiso de que el conjunto de Administraciones Públicas financien este servicio esencial que son las bibliotecas. ¿Para qué va a pensarse en los ciudadanos?
8) Respecto al gasto corriente medio en bibliotecas públicas por habitante ascendía en 2015 a  9,55 € por habitante. En este indicador figuran a la cabeza País Vasco con 17,11 €Cataluña con 14,31 € y Castilla-La Mancha con 12,87 €, con numerosas comunidades autónomas con indicadores realmente preocupantes.  Castilla-La Mancha ha descendido de forma notable pues en 2011 era de 14,23 euros, el segundo en el país.  Este desigual gasto, que sitúa a regiones tradicionalmente ricas junto a otras clásicamente pobres como Castilla-La Mancha a la cabeza en muchos de los indicadores, refleja las políticas estables y de decidido apoyo a las bibliotecas municipales, frente a Comunidades en las que los municipios no han gozado de similares apoyos de su correspondiente Administración Autonómica.  El mayor gasto en bibliotecas se corresponde con unas bibliotecas más dinámicas y con mejores servicios. Tras una década de estancamiento y descenso de recursos, ¿no ha llegado ya la hora de corregir e ir recuperando los programas y presupuestos para las bibliotecas de la región?
9) Tenemos una colecciones tan importantes que es mejor que sigan invirtiendo otras regiones. Con 6,5 millones de documentos (exactamente 6.489.856), con 3,18 documentos por habitante. Castilla-La Mancha ha tenido una trayectoria envidiable en el período 1990-2009, pero en 2010 llegaron las vacas flacas y desde entonces sobrevivimos como podemos. Como vivimos de las rentas, de las buenas colecciones que pudimos elaborar en esas dos décadas, aún tenemos unos indicadores que se sitúan a la cabeza del país pero con los pocos recursos que están poniendo para colecciones los ayuntamientos y el olvido del Gobierno regional hacia las bibliotecas municipales, que constituyó uno de los pilares de su política cultural, no hay buenos presagios. El estancamiento llevará a que nuestras bibliotecas no ofrezcan los materiales que los ciudadanos solicitan y necesitan.
Y 10) Castilla-La Mancha dispone de un verdadero ejército de bibliotecarios, líderes en sus municipios, defensores de la libertad de expresión y de un servicio fundamental y esencial para la sociedad: las bibliotecas públicas.  Un total de 927 trabajadores de distintas categorías había en nuestras bibliotecas en 2015, una cifra que equivale a  736 personas a tiempo completo. Hay muchos dramas personales y sociales en ese conjunto de excelentes profesionales, la mayoría contratados con una categoría de auxiliar de bibliotecas que normalmente no corresponde con su titulación, conocimiento, experiencia y funciones. Lo cierto es que es un colectivo importantísimo que significa que Castilla-La Mancha lidera estadísticamente este indicador pues supone que existe un bibliotecario para cada 2.774 habitantes, constituyendo el mejor dato a nivel nacional. Apoyar la mejora profesional y salarial de estos profesionales y garantizar nuevas incorporaciones para las bibliotecas que se han ido cerrando tiene que ser prioritario. Si no se hace será por miedo a que estos bibliotecarios sigan contribuyendo a mejorar la sociedad y la libertad de expresión, promoviendo la formación de ciudadanos críticos, tolerantes, participativos y libres. ¿Ven como es mejor no apoyar a las bibliotecas y a los bibliotecarios?
Las bibliotecas públicas constituyen una verdadera amenaza para la sociedad y, fundamentalmente, para los poderes públicos. Apoyan un modelo de convivencia más participativo y democrático y, sobre todo, generan  una coalición entre la sociedad y las bibliotecas que hacen peligrar los privilegios de quienes hoy se han convertido en muchos casos en profesionales de la política, demasiadas veces olvidando que están al servicio real de los ciudadanos.