lunes, 30 de octubre de 2017

El compromiso del Gobierno regional con las bibliotecas públicas

El compromiso del Gobierno regional con las bibliotecas públicas

Como estoy jubilado, puedo permitirme el lujo de seguir desde mi casa el debate del estado de la región en las Cortes de Castilla-La Mancha. Y quiero felicitar al presidente del Gobierno regional, Emiliano García-Page, porque en esta ocasión, en su intervención inicial del día 18 de octubre, se refirió durante varios minutos a la Cultura, lo cual puede ser un signo de cambio. Dijo que “la Cultura lo preside todo”, y habló de diferentes ámbitos. Lo totalmente nuevo es que se refirió durante veinte segundos a las bibliotecas: “Reforzaremos la acción y las capacidades de las bibliotecas públicas”, dijo, y se comprometió a desarrollar este servicio al cien por cien de la población. La oposición acusa que siempre en este debate el presidente hace anuncios que luego no cumple y yo hoy quiero decir que ese verdadero “ejército de paz y de palabras” que somos los bibliotecarios vamos a velar de forma minuciosa para que los compromisos que ha asumido el presidente se cumpla en 2018. Bienvenida sea esta promesa, que esperemos no vuelva a incumplirse como ha ocurrido ya en distintas ocasiones en el último bienio. Esta vez se trata de una intervención en sede parlamentaria y si no se cumplen estos anuncios habrá verdadera rebelión bibliotecaria.
Vengo insistiendo en numerosos artículos e intervenciones en la necesidad de que la Junta recupere los programas de apoyo a las bibliotecas públicas municipales, que fueron hasta 2010 importantes, por el número y por el desarrollo que supuso de este servicio público que se basó en criterios de cofinanciación y corresponsabilidad. He pedido hasta la saciedad que en los presupuestos se incluyan 3 millones de euros, y el presidente, en alguna medida, responde a esta petición comprometiendo 600.000 € para el programa de ayudas a adquisición de libros y audiovisuales; 400.000 € para colaborar en los programas de animación a la lectura y otras actividades de las bibliotecas municipales; y 300.000 € para que los ayuntamientos puedan abordar pequeñas inversiones y equipamiento en sus bibliotecas. Si a ello añadimos los 600.000 € para colaborar en la contratación de bibliotecarios municipales, tendríamos un total de 1.900.000 €, totalmente insuficientes pero que suponen un balón de oxígeno para las bibliotecas públicas municipales de nuestra región y para reiniciar la recuperación de esas políticas. Poco aporta el Gobierno regional en un servicio que recibió 6 millones de visitas de usuarios, en una red de bibliotecas en la que un total de 669.596 ciudadanos son socios con tarjeta de lector, es decir un tercio de la población regional, cifra verdaderamente extraordinaria.
Como el presidente imagino sabe bien, las prioridades políticas tienen que tener un reflejo presupuestario. Y no podrá lograrse el objetivo que la Cultura presida todo, como dice García-Page, con presupuestos verdaderamente ridículos e insuficientes si se comparan con cualquier otro ámbito de las competencias. La política presupuestaria debe estar ligada a las prioridades políticas de un gobierno, y por ello hay que hacer una verdadera transformación de los presupuestos generales de la Junta, que deben corresponder e esas prioridades y evolucionar de forma que se puedan cumplir los objetivos políticos.
Volvió a insistir el presidente en un Plan Estratégico de Cultura que nada aporta a las bibliotecas y que es un verdadero ejercicio de ciencia ficción, para finalizar con el compromiso de desarrollar totalmente el Mapa de Bibliotecas Públicas, sin duda una planificación necesaria, que ahora no incluye las capitales de provincia y otras grandes localidades de nuestra Comunidad Autónoma.
En cuanto al objetivo de conseguir llegar a dotar de servicios bibliotecarios a toda la población, recuerdo al presidente que de los 919 municipios de Castilla-La Mancha, sólo están atendidos por algún tipo de servicio bibliotecario 690. Otros 229 municipios no reciben ningún servicio, cuando en 2011 las localidades sin servicio se habían reducido a 73. Ello significa especialmente que las Diputaciones Provinciales tienen también que asumir sus compromisos legales de colaborar en la prestación de servicios móviles a los pequeños municipios para acabar con el parón que se ha ido dando también en este ámbito.
En cualquier caso, hace dos décadas expresé mi opinión de que las subvenciones a las bibliotecas era una fórmula necesaria para conseguir el desarrollo de las bibliotecas municipales pero no podían ser la vía permanente. La Legislación autonómica deja bien claro que han de firmarse convenios entre la Administración Autonómica y las corporaciones locales para dar soporte financiero a este servicio público esencial que son las bibliotecas, y que no pueden estar sujetas a vaivenes políticos o a decisiones personales de quienes en cada momento están al frente de las diversas Administraciones Públicas.
Como he sido director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, cuando he pedido públicamente recursos al Gobierno Regional para las bibliotecas he optado por dirigir esa petición para las bibliotecas municipales. Ahora que ya no tengo esa responsabilidad, tengo que expresar algo que he dicho continuamente en reuniones y en informes: la Biblioteca Regional y las demás Bibliotecas Públicas del Estado no pueden continuar por más tiempo en la situación de recortes presupuestarios y de personal en la que llevan tantos años. Un presupuesto de 50.000 € para adquisiciones, tanto para los servicios de biblioteca pública como para los fondos regionales es totalmente insuficiente, en un centro que tuvo hasta 230.000 €. Y en las cuatro restantes bibliotecas públicas provinciales o del Estado ocurre algo similar. En otras regiones se van recuperando los presupuestos pero no ocurre así en nuestra comunidad autónoma, y esto es responsabilidad exclusiva del Gobierno Regional. Similar situación se da en el presupuesto para actividades culturales, que dedica 25.000 € para todo el año en cada Biblioteca, para unos centros que realiza hasta cerca de dos millares de actividades culturales al año. Y es verdaderamente lamentable que plaza de funcionario que se jubila quede amortizada o que no se cubran la mayoría de los puestos de funcionarios en situación de baja médica, maternidad… No se pueden prestar los servicios sin los recursos humanos necesarios.
¿Será verdad que las bibliotecas públicas van a estar en la agenda del Gobierno regional? Desde aquí mi llamamiento a los tres grupos parlamentarios de las Cortes de Castilla-La Mancha para que con sus propuestas mejoren la que acaba de realizar el presidente regional.

viernes, 20 de octubre de 2017

Yo no estoy en la biblioteca

Yo no estoy en la biblioteca

Una campaña del Observatorio de la Lectura y el Libro anima a enviar fotos que muestren la felicidad de estar en una biblioteca, lo que aportan. Hay que participar en las redes sociales con la etiqueta #EstoyenlaBiblio. Es con motivo del Día de la Biblioteca que se celebra cada 24 de octubre. Pero yo no puedo.
Yo no estoy en la biblio, porque mi pueblo es uno de los 3.106 pueblos de España que carecen de biblioteca. El delito de estas localidades es ser pequeñas. Y, claro, quienes vivimos en pueblos de poca población no tenemos derecho a leer, ni a estar informados ni a tener espacios de convivencia ni a disfrutar de internet y todo lo que puede aportar. Leer no es esencial, piensan los políticos y quienes mandan. Quienes residimos en pueblos pequeños sí tenemos derecho a recibir servicios educativos y sanitarios, e incluso a que trabajadores sociales vengan a resolvernos necesidades burocráticas. Pero la lectura es un grave peligro para construir ciudadanos críticos y libres, para hacer personas que deseen participar en la construcción de la sociedad.
Pero no somos los únicos sin derecho a leer. Tampoco gozan de este derecho muchos de los vecinos que residen en cualquiera de los barrios o pedanías de una gran o mediana ciudad. Por supuesto que allí hicieron un colegio, e incluso un instituto; y también un centro cívico-social; y un centro de salud…. Pero quienes toman las decisiones sobre qué servicios públicos necesitan los barrios entendieron que una biblioteca es prescindible.
Los gobiernos y muchos ayuntamientos siguen pensando que el derecho a leer, a estar informado, a disfrutar de actividades culturales o educativas se logra con una campaña de comunicación, con un plan de lectura o regalando libros a los recién nacidos. Pero no es así. Se precisan bibliotecas públicas en cada pueblo, en cada barrio, en cada ciudad para construir una sociedad más activa y responsable, más tolerante y participativa, más solidaria y emprendedora, más inteligente, más esperanzada.
Las bibliotecas tienen un doble corazón, compuesto por usuarios y bibliotecarios. Y además precisan colecciones, instalaciones, espacios acogedores, presupuestos para colaborar en su vitalidad y en su presencia pública en la localidad.
Pero quienes gobiernan, en lugar de corregir las legislaciones inoperantes, en lugar de aportar recursos para adquirir nuevos fondos bibliotecarios, en lugar de contratar bibliotecarios y edificar hermosas bibliotecas, se dedican a hacer campañas y a regalar unos lotes de libros.
Aun así tengo que felicitar a los organizadores de esta iniciativa. La biblioteca pública es la puerta más democrática para acceder a la cultura y la información y hay que situarlas en el corazón de la sociedad. Hay que trabajar en coalición con los ciudadanos y todo tipo de colectivos. Pero, paralelamente, hay que alzar la voz clamando para corregir el olvido de esta realidad que a pocos políticos parece preocupar.
¿Cuándo el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes abordará esta verdadera asignatura pendiente?
¿Cuándo los gobiernos regionales superarán esta vergüenza de tantos municipios sin libros, sin servicios bibliotecarios?
Cuándo los ayuntamientos estarán dispuestos a crear bibliotecas en los barrios que carecen de ellas y a apostar con decisión por este servicio público?
Yo no estoy en la biblio. No puedo, por tanto, enviar una fotografía, que refleje mi felicidad por estar en ese paraíso. Pero ¿quién es responsable de ello? ¿Quién se atreve a desfacer este entuerto?, como diría Don Quijote.
Un cordial saludo de un ciudadano sin biblioteca pública.

lunes, 16 de octubre de 2017

Socio de honor de la Biblioteca de Castilla-La Mancha

Socio de Honor de la Biblioteca de Castilla-La Mancha

El lunes 16 de octubre de 2017 se cumplían 19 años de  vida de la Biblioteca de Castilla-La Mancha. Con ese motivo, ya antes del verano preparé el acto de aniversario e inicié consultas con mi equipo y otros bibliotecarios para proponer a las personas y entidades que este año serían nombradas Socios de Honor. Sabía que yo ya no estaría como director pero quería que quedase todo preparado.  Mi sorpresa ha sido que a mi propuesta de socios (algunos de los propuestos han decidido dejarlos para más adelante) han añadido mi nombre. Y eso no estaba previsto: desde 2013 he vivido con emoción este acto tan importante en el que hemos reconocido la trayectoria y la labor de escritores, investigadores, entidades... El primero fue el filósofo José Antonio Marina 
Me llena de emoción ser nombrado SOCIO DE HONOR de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, un centro al que quise antes incluso de que fuera una realidad. Y he sido nombrado junto a un ramillete de amigos, personas vinculadas a la cultura. Alfonso González-calero, uno de los grandes de nuestra tierra, que tanto viene haciendo por el apoyo al conocimiento de la región, a los escritores e investigadores, a la edición de sus obras...Ricardo Martín y Jorge Miranda, ambos prototipo de la generosidad, que han entregado a la Biblioteca de Castilla-La Mancha sus colecciones fotográficas y otros fondos documentales para que puedan ser utilizados por la sociedad. Javier Caboblanco Brasero, ese maestro que contagia pasión por la lectura y el arte y siempre dispuesto a colaborar con bibliotecas y centros educativos. La Asociación Cultural Montes de Toledo, fundada hace 40 años y un ejemplo de cómo la sociedad civil puede colaborar en la identidad de los pueblos y, más difícil, de toda una comarca, enarbolando la bandera de la cultura. Mariano Martín Carrera, usuario permanente de la Biblioteca, como un ejemplo de simbiosis entre una biblioteca y los ciudadanos. El grupo literario Guadiana, que agrupa a tantas voces que, especialmente en la provincia de Ciudad Real, guian con sus ideas y sus versos a la sociedad. Los voluntarios del programa "Biblioteca Solidaria", nacido en la Biblioteca Pública del Estado en Ciudad Real y luego desarrollado también en la Biblioteca Regional, como ejemplo del compromiso social de las bibliotecas y sus usuarios. Y Ana Lopez-casero Beltran, que ha dado ejemplo de que las fundaciones también pueden apoyar a las bibliotecas y sin necesidad de emplear cuantiosos recursos. 
Comparto algunas fotografías del acto y un video que recoge mi intervención tras recoger la placa. 
Enlace al video:   











domingo, 15 de octubre de 2017

Elegir bibliotecas públicas

Elegir bibliotecas públicas


Un refrán castellano sentencia que “somos pobres hasta para pedir”. Yo podría reinterpretarlo de esta forma: “somos pobres hasta para soñar”. Y lo digo a propósito de mi reciente artículo sobre la necesidad de bibliotecas municipales en la ciudad de Guadalajara. En realidad, ese texto viene a continuar mi opinión a favor de que los servicios bibliotecarios sean un derecho de todos los ciudadanos, vivan donde vivan. He insistido en clamar por esos tres millares de municipios españoles que carecen de biblioteca o de otra forma de servicios de acceso a la lectura y la información. En Castilla-La Mancha, soñamos con el reto, con la utopía de obligar a los municipios mayores de 1.000 habitantes a disponer de biblioteca pública, en lugar de sólo los de más de 5.000 habitantes como dispone la Ley de Bases de Régimen Local. Y antes incluso de que hubiera una ley que ratificara esa obligatoriedad ya se había conseguido; e incluso hay bibliotecas que funcionan estupendamente en localidades muy pequeñas.
La clave estuvo en pensar que leer es la actividad más importante de la persona y que las bibliotecas son la puerta democrática para acceder a los libros, la prensa, la educación permanente, la creatividad cultural, la convivencia ciudadana, la participación de las personas en la vida pública…Para conseguir una sociedad lectora lo fundamental no es hacer campañas de comunicación ni planes de lectura: hay un trípode esencial para conseguir ciudadanos lectores que sean libres, críticos, constructivos, solidarios…La familia, el centro educativo y la biblioteca pública. Pero las familias están absolutamente mediatizadas por el modelo de vida que propugnan los medios de comunicación, las estrategias de consumo, los intereses de las grandes marcas...Los centros educativos empezaron a ser importantes cuando constituyeron un servicio obligatorio, que prestó el Estado y, en la actual configuración territorial, la Administración Autonómica. Por eso la proliferación de nuevos centros educativos es elogiable, en todas las ciudades y formando una red que atiende a toda la población. Pero las bibliotecas públicas son distintas: la obligación de crearlas y sostenerlas la tienen los Ayuntamientos, aunque sólo en el caso de los mayores de 5.000 habitantes. ¿Y qué ocurre si no crean bibliotecas? Pues a lo visto en Guadalajara y en otras ciudades españolas, nada. Los ciudadanos, a través de las asociaciones de vecinos podrían impugnar los presupuestos municipales de esas ciudades por no destinar los recursos a los servicios que deben prestar obligatoriamente.
Pero, en el otro polo, ha habido muchos alcaldes y alcaldesas inteligentes que saben que las bibliotecas son servicios básicos, esenciales para los ciudadanos que viven en sus localidades. Y por ello han realizado el esfuerzo presupuestario para que funcionen y sean centros vivos e imprescindibles en sus comunidades locales. El Gobierno regional de Castilla-La Mancha estimuló con ayudas la creación de bibliotecas públicas, de acuerdo con dos principios básicos de actuación: cofinanciación y corresponsabilidad. Y luego llegaría la nueva ley de bibliotecas de nuestra comunidad, que hasta el momento ha sido papel mojado porque la distribución de la participación presupuestaria de las distintas administraciones públicas no se está cumpliendo. Afortunadamente comienzan a ponerse en marcha algunas de las previsiones de la Ley, como el Mapa de Bibliotecas Públicas o los distintos consejos. Pero no se han firmado convenios entre la Junta y los ayuntamientos y no se han vuelto a convocar los programas de ayudas económicas para las bibliotecas municipales. Podría decirse que el Gobierno de Castilla-La Mancha tiene miedo a fabricar ciudadanos lectores, críticos, independientes…El mayor incumplidor de la Ley 3/2011, de la Lectura y de las Bibliotecas de Castilla-La Mancha es el. Propio Gobierno Regional, apoyado en un parlamento autonómico que tampoco ama la Cultura y las bibliotecas.
La carencia de bibliotecas municipales en Guadalajara es tercermundista. No puede ser que sólo la Biblioteca Pública del Estado preste servicios a los casi 84.000 habitantes de la ciudad, además de ofrecer servicios de red a toda la provincia. El Ayuntamiento de Guadalajara tiene la obligación de crear una Red Municipal de Bibliotecas que paulatinamente ofrezca servicios de cercanía a todos los barrios y pedanías. Y debe pedir ayuda al Gobierno Regional y a la Diputación Provincial, que también tienen sus obligaciones. Repasen el número de centros educativos, sociales e incluso culturales y comprobarán que las bibliotecas públicas no pueden ser un servicio olvidado en la ciudad de Guadalajara.
Las bibliotecas municipales están olvidadas también en la capital de la región, que mantiene desde hace décadas cuatro bibliotecas que no crecen ni en instalaciones, en personal, en horario… Toledo se vende como una gran muestra cultural que parece planificarse para que sea un gran escaparate de iniciativas de todo tipo. Pero poco o nada hace el Ayuntamiento toledano para conseguir que sus bibliotecas tengan un horario de apertura de mañana y tarde, también los sábados, y un personal bibliotecario que pueda trabajar en coalición con la sociedad que vive en esos barrios. He prometido un próximo artículo sobre las bibliotecas de la capital toledana pero quiero recordar que en estos treinta años de la declaración de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad las bibliotecas están totalmente olvidadas.
En Medellín (Colombia) donde he dicho que las bibliotecas son el servicio cultural y social emblemático de la ciudad se está llegando a unos extremos que no me resisto a comentar. Existe una verdadera red de Parques Bibliotecas y otros centros bibliotecarios que forman el Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín. No sólo conservan contenidos sino que construyen realmente una verdadera actividad ciudadana y pone en contacto a los distintos sectores sociales. Es verdad que Medellín tiene 2,5 millones de habitantes pero hoy son una verdadera referencia bibliotecaria y cultural para muchos países y ciudades. Allí “Las bibliotecas son parte fundamental del encuentro ciudadano”. Las personas, a través de distintos procedimientos, tienen una importancia en la planificación de la ciudad, participando en el destino de una parte de los presupuestos municipales. Los barrios tienen el objetivo de contar con tres servicios públicos: centro educativo, centro sanitario y biblioteca. Lógicamente no todo se puede hacer al mismo tiempo. Pues bien, hace poco más de un año, en una reunión para priorizar el primer servicio con el que dotar a uno de los grandes barrios, la elección fue sorprendente: los vecinos dijeron que lo primero que querían era una biblioteca, porque así se formarían los ciudadanos y después llegarían los restantes servicios. Y así se ha hecho. Esto es sin duda inimaginable en nuestro país y en nuestras ciudades. Porque la cultura es la gran olvidada de los políticos y las bibliotecas constituyen un servicio público que, aunque algunos demos singular importancia a estos centros, no es así generalmente.
Por ello, invito a los ciudadanos de Castilla-La Mancha a soñar, a exigir servicios bibliotecarios, a no votar en próximas elecciones a aquellos políticos que no tengan a las bibliotecas públicas entre sus prioridades. Contesto a los conformistas: claro que hemos avanzado en las últimas décadas en el ámbito de las bibliotecas, pero en ningún caso se ha hecho al ritmo de otros servicios públicos. Las bibliotecas, centros de conocimiento y de libertad, santuarios de la diversidad; servicios públicos sin barreras ideológicas, sociales, religiosas, educativas, raciales, tienen que estar necesariamente en todos los barrios, en todos los pueblos, en todas las ciudades.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Entrevista a Juan Sánchez Sánchez. Onda Cero Cuenca.

 Entrevista a Juan Sánchez Sánchez. Onda Cero Cuenca. 
En el programa de hoy Juan Sánchez, hasta hace muy poco Director de la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha, nos recomienda el libro "El tiempo hermoso",  de Pedro Pablo Novillo. Un libro de sosiego, sobre el amor al mundo rural de nuestra tierra, donde podemos encontrar la esencia, la cultura y la vida cotidiana de nuestros pequeños pueblos. También hemos tenido con él una interesante charla sobre Bibliotecas Públicas.

Enlace al audio: Entrevista a JSS en Onda Cero Cuenca, por Juanjo Alfaro.
Emitida: Miércoles 11 de octubre de 2017. Onda Cero Cuenca.
Entrevistador: Juan José Alfaro, bibliotecario municipal.

Mi comentario en Facebook.
Grata sorpresa encontrarme un bibliotecario municipal, Juan José Alfaro Olmedilla, dirigiendo un programa de libros y cultura en Onda Cero Cuenca. Comparto la entrevista que me realizó hace unos días. Primero presento un libro hermoso y apasionante: "El tiempo hermoso", de Pedro Pablo Novillo Cicuéndez, que retrata muy bien la vida cotidiana en los pueblos de nuestra región, especialmente de la Mancha. Y en la segunda parte hablamos de bibliotecas. Vuelvo a insistir en el abandono a las bibliotecas municipales por parte del Gobierno regional desde hace años. Y valoro, cómo no, que en Castilla-La Mancha consideramos los servicios bibliotecarios como un verdadero derecho de todos los ciudadanos, vivan donde vivan. Y cuando Juanjo me pregunta por los bibliotecarios municipales, que son verdaderos dirigentes, reitero mi admiración por tantos profesionales, solos antes el peligro en la mayoría de los casos. Tienen que tener los contratos adecuados a su formación y funciones y es muy importante que incluso en las localidades pequeñas sean técnicos de bibliotecas.
Un abrazo a todos los bibliotecarios que enarbolan la bandera de la cultura, la información, el compromiso social....la defensa de las bibliotecas y de la libertad.

Entrevista a Juan Sánchez Sánchez.


Entrevista a Juan Sánchez Sánchez, Director Gerente Biblioteca de Castilla-La Mancha (2012-2017)


Licenciado en Geografia e Historia. Siente pasión por las bibliotecas, a las que ha dedicado buena parte de su trayectoria. Trabajó en la Biblioteca Pública del Estado y Centro Coordinador Provincial de Bibliotecas de Toledo en los años setenta. En los inicios de los años ochenta articuló y dirigió el Comité Permanente de apoyo a la biblioteca pública de Toledo. Durante 1984-1990 fue Director del Gabinete de los consejeros de Educación y Cultura y de Relaciones Institucionales, así como del Vicepresidente del Gobierno de Castilla-La Mancha. Jefe del Servicio Regional del Libro, Archivos y Bibliotecas de Castilla-La Mancha (1991-2006). Jefe del Servicio de Enseñanza Universitaria (2006-2012). Participó en la creación de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, en el Alcázar toledano, redactando sus sucesivos proyectos desde 1985 a 1998, y en diciembre de 2012 fue nombrado Director Gerente de esta Biblioteca. 
En el ámbito de las bibliotecas ha publicado Combates por la biblioteca pública en España (2006), En defensa de la biblioteca pública (2012) y Rebelión por la biblioteca (2013).
Historiador, ha publicado numerosas investigaciones y es Académico Numerario de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo y Consejero del Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos. Destacan obras como Toledo y la crisis del siglo XVII (1981) y La sociedad toledana y los orígenes del alumbrado eléctrico (1982. Ha escrito sobre la Sociedad Económica de Amigos del País de Toledo, el movimiento obrero, el fotógrafo Casiano Alguacil, la bibliografía toledana o algunos de los arzobispos de Toledo.
Colaborador en medios de comunicación con artículos de opinión fundamentalmente de temas culturales. Su libro Soy un hombre libre (1995) recoge una selección de sus artículos.
Su primer poemario, Hombre en camino (2013), es testimonio de fe en su historia personal y familiar.
1.- ¿Quién es Juan Sánchez Sánchez y cuáles son sus sueños?
Soy un historiador y bibliotecario, toledano, nacido en 1952 y jubilado hace unos días de mi puesto de director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha. Soy creyente, partidario de una sociedad civil activa, enamorado de las bibliotecas y defensor de este servicio público desde hace décadas. Mi gran sueño desde el punto de vista bibliotecario ha sido la universalización de servicios bibliotecarios para todos los ciudadanos españoles, con independencia de su localidad o región de residencia. En suma: he luchado por la democratización del acceso a la biblioteca pública, como un derecho básico de todos los ciudadanos.
2.- ¿A qué se ha dedicado durante sus últimos 40 años de profesión?
Mi primer trabajo fue en el servicio de bibliobuses de la provincia de Toledo, recorriendo cerca de un centenar de pueblos de La Mancha, la Sagra, la zona de Torrijos, Ocaña… Fue una etapa fantástica, que se inició en julio de 1973,  en la que descubrí la importancia del servicio bibliotecario. Pero el servicio se cerró en 1976 y realicé una oposición al Instituto Nacional de Previsión (que hoy es el Instituto Nacional de la Seguridad Social). Estuve en el Hospital Nacional de Parapléjicos, de Toledo, y allí tuve mi primer encuentro con tareas de la Administración Pública y también con el sufrimiento, con el dolor. Permanecí en ese centro hasta diciembre de 1983.
En 1984 pasé a desempeñar la dirección del Gabinete del consejero de Educación y Cultura, José María Barreda, a quien conocí en los congresos de Historia de España que fundó Tuñón de Lara en Pau (Francia). Estuve en tres puestos de responsabilidad política hasta 1990, en que presenté mi dimisión. Fue una experiencia muy interesante, que me ofreció un conocimiento de la Administración y me dio la oportunidad de poner en marcha proyectos regionales en el ámbito de la cultura, la información, las bibliotecas y los archivos…Y en marzo de 1991 comencé a desempeñar la jefatura del Servicio Regional del Libro, Archivos y Bibliotecas: ninguna de las bibliotecarias o archiveras a las que ofrecieron el puesto aceptó ese reto de poner en marcha el Servicio; yo también lo rechacé reiteradamente, hasta que finalmente estuve dispuesto a lidiar con un “toro” difícil, que conocía bien, y que sabía iba a precisar mucha dedicación y esfuerzo. Y ahí estuve hasta enero de 2006. Me emociona el cariño con el que mis compañeros me trataron. Cuando me despedí asumí el pleno compromiso de seguir luchando por ese servicio público esencial al que dediqué desde el Servicio quince años.
Desde febrero de 2006 hasta noviembre de 2012 estuve al frente del Servicio de Enseñanza Universitaria de la Junta de Comunidades, en un momento de transformación de la enseñanzas universitarias: Bolonia, cambios en las titulaciones, puesta en marcha de programas para universitarios….Y cuando me ofrecieron dirigir la Biblioteca de Castilla-La Mancha, cosa que ya habían hecho en tres momentos de este proyecto, me lo pensé y esta vez, con todo en contra, sin recursos, acepté, como un reto personal y profesional.
3.- En breve acabará su labor como bibliotecario, pero estoy segura que  continuará en la sombra desarrollando su pasión que es el mundo de las bibliotecas…¿qué diría a la gente que no sabe lo que es y engloba una  biblioteca?
Ya he acabado. Diría cosas distintas: a los ciudadanos le digo que exijan bibliotecas públicas en sus barrios y en sus localidades, pero bibliotecas dignas, con profesionales, con horarios que permitan acudir a los distintos sectores sociales, con recursos para actualizar las colecciones y para promover un amplio plan de actividades culturales. A los profesionales les diría que luchen también por la dignidad de las bibliotecas y que abran los centros a la sociedad, que trabajen en coalición con la sociedad, en complicidad con los usuarios y con todo tipo de colectivos y entidades… Las bibliotecas ahora son más centros de debate, de encuentro, de propuestas sociales y ciudadanas, de creatividad…. Pero por ello hay que modificar la estructura de muchos edificios bibliotecarios, para adaptarlos a sus nuevas funciones.
4.- ¿Desde cuándo supo que se quería dedicar al mundo bibliotecario? ¿Piensa que es vocacional?
Mis primeros recuerdos son como usuario de la Biblioteca Pública Provincial de Toledo, que conocíamos como Casa de la Cultura. Residía en un pueblo cercano, Nambroca, y estudiaba bachillerato en el Instituto. Pasaba muchas horas en la sala de lectura, que conservaba las bellas estanterías del XVIII que ordenó fabricar el cardenal Lorenzana. Allí me hice lector. Luego, en 1973 comenzó mi relación profesional con las bibliotecas. Tras un breve tiempo como colaborador voluntario, en el que me inicié en tareas de catalogación, se puso en marcha el servicio de bibliobuses y tuve la oportunidad de cabalgar a lomos de uno de esos vehículos por cerca de cien pueblos de la provincia de Toledo. Fue hasta octubre de 1976. Seguí después siendo usuario de aquella mágica biblioteca, durante mis estudios de Geografía e Historia, y ante los problemas de ese centro impulsé el Comité Permanente de apoyo a la Biblioteca Pública de Toledo, un movimiento ciudadano que acogió a intelectuales, sindicalistas, profesores, estudiantes, profesionales…Nunca había existido un movimiento de esas características en defensa de una biblioteca y marcó varios años de la transición democrática. Y a mí me convirtió en un luchador por las bibliotecas… Como he dicho al principio, en 1991 asumí la dirección técnica del Servicio Regional del Libro, Archivos y Bibliotecas de Castilla-La Mancha y durante mi última etapa profesional he dirigido la Biblioteca de Castilla-La Mancha. Lo que se inició como un acceso a un servicio público se convirtió en verdadera pasión, en una vocación que ha permanecido viva a lo largo de toda mi trayectoria personal, incluso en aquellos periodos que no trabajé en el ámbito de las bibliotecas.
5.- ¿Qué nos puede contar de su etapa como Director de la Biblioteca de Castilla La-Mancha?
Creo que ha sido la etapa más creativa y más interesante de mi trayectoria profesional. Ha sido una oportunidad, una gran responsabilidad y todo un lujo. La Biblioteca de Castilla-La Mancha es un proyecto por el que clamé como ciudadano cuando la Región estaba creándose. Luego, desde los sucesivos puestos que desempeñé, luché para dar una respuesta a los problemas de la biblioteca de Toledo y a la creación de una biblioteca regional. Tuve la oportunidad de hacer el proyecto técnico bibliotecario de la Biblioteca en el Alcázar y propuse a sus dos primeros directores, Carmen Sañudo y Joaquín Selgas. Yo había tenido tres ofrecimientos para dirigir el centro y siempre rehusé porque me parecía prioritario el trabajo que estábamos haciendo para desarrollar la Red de Bibliotecas Públicas de Castilla-La Mancha. En 2012 tuve un cuarto ofrecimiento del puesto y, tras unos meses de reflexión, acepté y en diciembre de ese año asumí esta alta responsabilidad, una verdadera misión para una persona, como bibliotecario, como historiador, como persona e incluso como creyente.
La Biblioteca de Castilla-La Mancha integra dos centros: la biblioteca pública del Estado en Toledo y la Biblioteca Regional, aunque en su momento creo que tuvimos el acierto de que funcionaran como un único centro. Los proyectos son distintos cuando tenemos presente la vertiente de biblioteca pública que cuando hablamos del ámbito regional. En cuanto a la pública, dividimos la antigua sala infantil-juvenil, creando el Enclave Joven y considerando a la población juvenil como uno de los sectores prioritarios de la población. Aunque la biblioteca está llena, frecuentemente de jóvenes, no nos cansaremos de intentar captar nuevos usuarios en ese sector que muchas veces da la espalda al libro, la lectura y las bibliotecas; por ello hicimos distintos proyectos dirigidos a los jóvenes:  Jóvenes Lectores Europeos, Leyendas que conectan jóvenes y territorios… Son proyectos que hemos realizado con mecenazgo.  Y en la infantil hemos reorganizado también el espacio, convirtiéndolo en más vivo, acogiendo clubes infantiles de lectura, sesiones de cuentacuentos, talleres…Uno de los pilares de la lectura es la familia y estamos desde esta sala, además de a los centros docentes, trabajando para que las familias vean a la biblioteca como su segundo hogar.
Otra clave ha sido la solidaridad: hemos desarrollado el proyecto Biblioteca Solidaria, que inició la Biblioteca Pública del Estado en Cuenca, para los sectores más vulnerables de la sociedad, los excluidos…Trabajamos con muchas ONGs y con otras entidades y administraciones públicas en ese sector.
Pero, con ser todos los servicios importantes, la actividad cultural nos permite una presencia pública constante y un contacto con numerosas entidades, medios de comunicación, creadores, investigadores… Anualmente hemos realizado unas 1.500 actividades, la mayoría de ellas con coste cero. Incluso en verano tomamos la opción de mantener un programa para que la Biblioteca sea un destino turístico atractivo. Tenemos en un nuestro plan estratégico el objetivo de materializar programas mediante mecenazgo privado y se está consiguiendo: en los dos años que llevo hemos multiplicado por cuatro los recursos destinados a programas culturales y educativos a través de convenios y protocolos con entidades privadas, con otras administraciones, con fundaciones…
En cuanto a la vertiente regional, además de dirigir el Catálogo Colectivo de la Red de Bibliotecas Públicas de CLM, desarrollamos también BIDICAM (Biblioteca Digital de CLM) y numerosos proyectos: catalogación y digitalización de carteles, diccionario de autores de la región, vaciado sistemático de las revistas que consideramos de mayor interés regional….
Muchos de estos proyectos los he contado en un libro que resume mi experiencia personal en el mundo de las bibliotecas y que recoge lo que hemos realizado en la Biblioteca de Castilla-La Mancha como propuesta que pueda servir a otros profesionales: Elogio de la biblioteca pública (Buenos Aires: Alfagrama, 2017)
6.- ¿Cómo definiría a la biblioteca perfecta?
Una biblioteca que esté en sintonía con la sociedad, al servicio directo de los ciudadanos y de los colectivos socioculturales. Una biblioteca que esté dispuesta a salir de sus espacios para ir a buscar nuevos usuarios, para trabajar con personas en situación de exclusión o en riesgo de exclusión. Una biblioteca que trabaje por tener una presencia pública en la sociedad a la que sirve, que no se conforme con decir que hay problemas y no tiene presupuesto sino que se lanza a buscar mecenazgo y a difundir sus valores, los valores de las bibliotecas públicas. Una biblioteca con relación permanente con los medios de comunicación y que utiliza las redes sociales como un medio más de comunicación y difusión de sus servicios. En nuestro tiempo una biblioteca no se puede limitar a poner a disposición servicios de lectura, de préstamo de libros y de audiovisuales, de actividades de animación a la lectura y otras actividades culturales. La biblioteca de nuestro tiempo es un centro de convivencia ciudadana, de propuestas para el municipio, un faro de esperanza y de solidaridad, un servicio público que sed convierte en una plataforma que une lo público y lo privado para intentar mejorar la sociedad local a la que sirve.  Sin duda la biblioteca pública es hoy la puerta para acceder a la sociedad de la información, a la educación permanente, a la cultura. Pero lo hace de una forma creativa, pensando en los intereses de las personas. Y por supuesto sin barreras ideológicas, sociales, religiosas, educativas…. Una biblioteca pública es un centro esencial para la comunidad local a la que sirve.
7.- ¿Qué piensa del trato que se da a la cultura en España?
Por desgracia la cultura no es prioritaria en España, a nivel de país, pero, en general tampoco en las comunidades autónomas. Sólo hay que ver los presupuestos que se dedican a cultura en España. Es cierto que hay un verdadero mosaico de desigualdades en cuanto a la cultura en España y específicamente en cuanto a políticas bibliotecarias. Llevamos prácticamente cuatro décadas de Estado de las Autonomías y, por ejemplo, las legislaciones bibliotecarias han ido surgiendo de una forma absolutamente desigual. Además el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte no ha querido abordar la puesta en marcha de una verdadera Política de Estado en materia de bibliotecas públicas. Tampoco lo ha hecho en bibliotecas escolares. En los primeros años de la transición el PSOE pareció clamar por una ley de coordinación bibliotecaria pero luego se olvidó de ella. Y cuando en 2007 tuvo la posibilidad de aprobar una buena ley al final sólo aprobó un “simulacro” de Ley de bibliotecas que no tiene ninguna validez ni resolvió los problemas existentes. Basta decir que en España el conjunto de Administraciones Públicas apenas gasta una media de 8 € por habitante al año en servicios bibliotecarios. Por encima están País Vasco, Cataluña y Castilla-La Mancha, pero todo el país se ha estancado durante la crisis y no hay nadie que defienda el servicio bibliotecario como un derecho de todos los españoles, vivan donde vivan.
8.- ¿Deja en buenas manos la Biblioteca? ¿sabe ya quién va a ser su sucesor?
Lo más importante de todas las bibliotecas son los profesionales y los usuarios, que conforman el doble corazón de una biblioteca. En el caso de la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha no es distinto: hay un buen y numeroso equipo de profesionales que espero continúa la senda que se ha trazado en estos años, es decir: trabajar en complicidad con la sociedad. En cuanto a la dirección al menos provisionalmente se ha hecho cargo la que era directora adjunta de la Biblioteca, Carmen Morales, que es una profesional que tiene una amplia experiencia y conocimientos bibliotecarios, además de llevar muchos años en el centro. La plaza saldrá a concurso de libre designación y podrán participar funcionarios de toda España de escalas o cuerpos superiores de bibliotecas o que tengan la experiencia adecuada para dirigir un centro tan importante.
9.- ¿Piensa que las redes sociales contribuyen a difundir la cultura, las bibliotecas y todo lo que le rodea?
Creo que sí. Ya he dicho que la comunicación, la difusión, es esencial en el servicio bibliotecario y las redes sociales son un instrumento imprescindible para ello. Pero no podemos hacerlo como una rutina más, tiene que haber creatividad y constituir todo un proyecto del centro y del equipo profesional.
10.- Tendrá muchas anécdotas, ¿podría contarnos alguna?
Puedo contar una  relativa al proyecto de Biblioteca en el Alcázar. Yo había luchado mucho en la defensa de la Biblioteca de Toledo, y formé un Comité en defensa de la Biblioteca Pública. Escribí muchos artículos periodísticos, hicimos manifiestos…Eran los inicios de los años ochenta. En enero del 84 me incorporé al gabinete del Consejero de Educación y Cultura y tuve claro que uno de los problemas que había que resolver era el de la falta de espacios de la Biblioteca Provincial. Se lo dije al consejero y me asaltó con esta pregunta: ¿Qué tal el Alcázar? Me quedé sorprendido pero me pareció fantástico. A los pocos días fuimos los dos, de forma discreta a visitar el Museo del Asedio, que era lo único que contenía el inmenso edificio, además de unas oficinas militares.  Yo compré las dos entradas y pasamos a ver el museo para hacernos idea. Teníamos miedo de que alguien nos viera.  Luego fue todo muy difícil: hasta septiembre de 1986 no se anunció el destino del Alcázar para edificio cultural, incluyendo la Biblioteca. Hubo muchísimos problemas y tuvimos que hacer sucesivos proyectos. Hasta octubre de 1998 no se inauguró la Biblioteca; yo era entonces jefe del Servicio Regional de Bibliotecas. El proyecto salió adelante por la convicción del Gobierno regional, pero a mí me tocó luchar desde dentro para que el proyecto de Biblioteca fuera el adecuado. Uno un momento que sólo se incluía en el Alcázar la colección de fondo antiguo, mientras que el resto de Biblioteca Pública quedaba en el Miradero y no se creaba la Biblioteca Regional.  Huyo que hacer guerra de guerrillas… para conseguir que el sueño de la unidad de la Biblioteca y de sus colecciones no saltase por los aires. Al final se consiguió.
11.- ¿Qué consejo le daría a una persona que quiere dedicarse al mundo bibliotecario?
Creo que hay que tener vocación. Es verdad que también hay que tenerla para ser maestro o médico. Pero creo que no se debe acudir a un trabajo en una biblioteca sólo como un trabajo más. En la mayoría de las bibliotecas públicas se tienen contratos de media jornada y de categoría inferior a la titulación y experiencia del bibliotecario; es decir ganan poco. Podría decirse de los bibliotecarios como de los maestros de épocas pasadas: “ganas menos que un maestro de escuela….” Sin embargo la mayoría de estos bibliotecarios son magníficos profesionales y han conseguido que la biblioteca esté viva gracias a sus iniciativas, porque en muchos casos no disponen de presupuesto para actividades ni para adquisiciones….. ¡Es una vergüenza! Los gobiernos se gastan más en una exposición (que también hacen falta….) que en 500 bibliotecas públicas municipales. En suma, hace falta vocación y voluntad de servicio a los ciudadanos.
12.- ¿Cree que necesita cambios el sistema bibliotecario español?
Indudablemente.  Los políticos han creído que basta con cooperación pero se precisa también coordinación. Y esto no se hace sin una legislación nacional. Ya he dicho que la ley que se aprobó en 2007 no incorporó las propuestas de los profesionales ni de los distintos partidos. Inicialmente sí lo hicieron pero en la última sesión parlamentaria el PSOE dio marcha atrás, fue como si hubiera tenido miedo. ¿Los políticos españoles tienen miedo de que los españoles lean, que sean ciudadanos más críticos por ser más libres, por leer?  Los servicios bibliotecarios deben de tener unos mínimos que sean idénticos para cualquier español, vivan donde vivan. Y la legislación debe regular quién y cómo se financian esos servicios. Las bibliotecas no pueden vivir de subvenciones: en Castilla-La Mancha se hizo como un medio de progresar, de desarrollar una política bibliotecaria progresista. Pero no pueden estar las bibliotecas pendientes de vaivenes políticos. Mi propuesta es muy clara para todo el país: tienen que disponer de biblioteca pública todos los municipios con población superior a 1.000 habitantes, y en los demás debe haber otro tipo de servicios bibliotecarios, como los bibliobuses. Pero, como hemos hecho en Castilla-La Mancha, si un municipio más pequeño de los citados quiere disponer de biblioteca pública, podrá hacerlo, siempre que esté dispuesto a financiar o cofinanciar ese servicio público. La ley de bases de régímen local está desfasada, porque limita el servicio de biblioteca a localidades mayores de 5.000 habitantes. Hay que tener en cuenta las características demográficas y territoriales de España y de la mayoría de sus comunidades autónomas, y esa Ley no lo hace. Por otro lado, las Diputaciones, en muchos casos de colaborar con los pueblos más pequeños en el desarrollo de servicios culturales estables se dedican a hacer políticas de escaparate cultural….
13.- ¿Piensa que se ha generado un estereotipo en torno a las bibliotecas y/o bibliotecarios?
Sí, pero se van rompiendo. La mayoría de los profesionales se alejan de la imagen que el cine, por ejemplo, ofrecía de ellos. Hoy son gente amable, volcada en el servicio público, emprendedora en muchísimos casos…. Y las bibliotecas han dejado de ser exclusivamente templos de silencio, mausoleos…. Hoy en muchas bibliotecas, sobre todo en los países más avanzados, es visible que el libro no es único en las bibliotecas, que son lugares para crear música, para pintar, para emprender, para compartir conocimiento…. Claro que ese cambio precisa remodelar los espacios de las bibliotecas y ninguna Administración quiere invertir un euro en ello. No hay conciencia social para reclamar servicios bibliotecarios, como existe para reclamar centros educativos o sanitarios.
14.- ¿Qué fondos destacaría por encima de todos en la Biblioteca donde ha trabajado durante 40 años?
La Biblioteca de Castilla-La Mancha creo que ha conseguido un equilibrio extraordinario en sus colecciones. Mundialmente conocida es la colección Borbón-Lorenzana, que contiene más de cien mil volúmenes anteriores a 1900, con numerosos incunables y manuscritos. Sin duda es la colección de fondo antiguo más importante en una biblioteca pública española. Pero durante las últimas décadas el Gobierno regional ha hecho un gran esfuerzo presupuestario para que dispusiera de unas colecciones importantes para todo tipo de públicos. Hoy disponemos de cerca de 450.000 documentos, lo que quiere decir que se ha invertido mucho dinero. Claro que vino la crisis y la rebaja fue impresionante: como eran dos bibliotecas en una disponía de doble presupuesto para garantizar también las adquisiciones a nivel regional y no sólo los que se demandan en toda biblioteca pública. Pero de 230.000 € anuales hemos pasado a los 50.000 € actuales, y eso que hemos mejorado algo en los últimos años. Pero prácticamente disponemos del 25% del presupuesto que esta biblioteca tuvo. Es una desgracia. Aunque peor están la mayoría de las bibliotecas municipales, muchas de ellas sin presupuesto.
Ha sido una verdadera pena. El Gobierno Regional mantuvo durante los años noventa y primera década del siglo XX una serie de programas de apoyo a las bibliotecas municipales que sitúo a nuestra región muy alto. Pero a partir de 2010 se suspendieron todos los apoyos. Aquí es donde veo que las bibliotecas tienen una consideración de servicio de “segunda división”.  Otros servicios públicos han sufrido recortes pero las bibliotecas públicas han dejado de estar totalmente en los presupuestos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Y así ha ocurrido en muchas regiones.
15.- ¿Qué recuerdo quiere que se guarde de usted?
Como dijo el escritor Max Aub, que murió en el exilio, me gustaría que se dijese de mí: “Hizo lo que pudo”. Personalmente me siento satisfecho y en conciencia creo que he hecho mucho más de lo que corresponde a un funcionario. La culpa es que me apasioné por las bibliotecas y su función educativa, cultural y social. Aunque me asusta un poco, el titular de una entrevista que me hicieron hace unos meses decía: “De joven enfermé de bibliotecas”. Creo que es verdad, me apasioné por las bibliotecas y he luchado por ellas sin descanso, a veces oponiéndome a mis propios jefes y otras veces intentando convencer a otros profesionales, que consideraban que no podíamos comparar la importancia de una biblioteca con la de un centro educativo o sanitario. Yo sí lo hago. En suma, pienso que he tenido una misión, al menos en lo profesional, y la he aceptado voluntariamente y he intentado desarrollar de forma apasionada esas tareas. A veces me sentí muy solo, como un profeta en el desierto. Pero paulatinamente he visto que era la labor de un equipo, unos en el propio Servicio Regional o ahora en la Biblioteca. Y otras veces viendo a cada profesional en su biblioteca, animándome a seguir. Realmente me siento muy querido por los profesionales. Y también por los usuarios y por los medios de comunicación: creo que soy un privilegiado: he trabajado en lo que me gusta y además he sentido mucha gratitud. Ello me obliga a mí a seguir con mi compromiso en defensa de las bibliotecas, aunque ya esté jubilado. Y a decir de corazón ¡gracias!  a toda la sociedad.
16.- ¿Qué piensa de Alquibla www.alquiblaweb.com como página de difusión de la cultura?
La descubrí hace varios años y me parece magnífica. Lo que admiro más es que sea una obra personal. Y me encanta el subtítulo: “Una mirada al mundo de las bibliotecas”. Pero tiene mucha información no sólo sobre bibliotecas sino también sobre autores, premios literarios, proyectos de lectura…  Este tipo de iniciativas culturales hay que estimularlas; un modo muy sencillo es difundiendo esta web, y personalmente es algo que voy a hacer ahora que puedo tener más tiempo libre. Y acudir a ella buscando… Tengo que felicitar a quien, como un sueño, ha conseguido esta obra tan importante que ya tiene cinco años de vida.
Algo que añadir…
Como coincidimos en otorgar una importancia esencial a las bibliotecas, me permito recomendar mi blog, titulado “Pasión por las bibliotecas”, aunque es algo modesto que simplemente recoge mis artículos y trabajos sobre bibliotecas públicas. El enlace es: http://juansanchezbibliotecas.blogspot.com.es/
 Enlace:

Entrevista a Juan Sánchez Sánchez. Alquibla, una mirada al mundo de las bibliotecas

domingo, 8 de octubre de 2017

¿Bibliotecas municipales en Guadalajara? No, gracias

¿Bibliotecas municipales en Guadalajara? No, gracias


Guadalajara despega. Con 83.633 habitantes su proximidad a la capital de España ha influido sin duda para su desarrollo demográfico y económico. La ciudad alcarreña se ha ido llenando de servicios educativos, sanitarios, sociales, comerciales e incluso culturales. Pero hay una excepción, que supone que esta ciudad sea la única capital de provincia española que carece de servicios bibliotecarios municipales. Perdonen que lo diga así de tajante: ¡Esa carencia es una verdadera vergüenza! En mis artículos e intervenciones sobre bibliotecas en Castilla-La Mancha e incluso en jornadas y congresos nacionales aludo siempre a esta vergonzosa carencia. Entre los servicios que según la Ley de Bases de Régimen Local deben prestar los ayuntamientos mayores de 5.000 habitantes con carácter obligatorio está el de biblioteca pública. Es una ley estatal promulgada en 1985, a la que se han realizado distintas correcciones: pero la obligación para los ayuntamientos de prestar ese servicio está intacta y su incumplimiento puede llevar a que los presupuestos anuales del Ayuntamiento sean impugnados por no prestar servicios obligatorios. La legislación regional, mucho más progresista en bibliotecas, establece que “todos los municipios de Castilla-La Mancha mayores de 1.000 habitantes deberán disponer de biblioteca de titularidad pública y uso general”, que en el caso de municipios mayores de 20.000 habitantes han de constituir una red municipal de bibliotecas.
Ahora, que la ciudad acaba de recibir el título de “Ciudad Europea del Deporte” para el año 2018, lo que me parece muy importante, resulta penoso que una ciudad que aspira a formar ciudadanos mediante la actividad física no se plantee la necesidad de fabricar ciudadanos libres, críticos, tolerantes y constructores de la realidad social, que es lo que hacen las bibliotecas. No hay actividad más importante para la educación integral de las personas que la lectura. Y como servicio público el acceso a la lectura, el portal democrático a la información y la educación permanente está en las bibliotecas públicas, que además son el núcleo para la convivencia ciudadana, las propuestas de la sociedad civil y el compromiso social. La única biblioteca pública con que cuenta Guadalajara es la Provincial, llamada “Biblioteca Pública del Estado” por ser de titularidad estatal aunque sea gestionada por la Junta de Comunidades. Pero con una única biblioteca pública se está atendiendo a toda la ciudad y a la provincia, por ser la cabecera de la red provincial de bibliotecas públicas. ¿Bastaría en Guadalajara un único centro educativo de Bachillerato? ¿Sería suficiente con un centro de salud? Esta era la situación de hace décadas, pero afortunadamente los servicios públicos han experimentado un desarrollo notable, que sin embargo no se ha producido en el ámbito de las bibliotecas públicas.
Si comparamos esta situación con la de, por ejemplo, los servicios educativos veremos que tenemos razones para que se nos caiga la cara de vergüenza: en Guadalajara hay actualmente 28 centros educativos, de los cuales 8 se dedican íntegramente a la ESO, Bachillerato y FP. Guadalajara, como otras ciudades de la región y españolas, ha visto un desarrollo de servicios públicos para asegurar la prestación de los mismos en todos los barrios y a todos los ciudadanos. Pero, ¿por qué en bibliotecas es distinto? Las bibliotecas son el centro cultural y social básico en cualquier municipio, y tienen similar importancia a los servicios educativos y sanitarios, pues forman la faceta más importante de la persona, además de ser un complemento imprescindible para la educación. Si visualizamos la web municipal comprobaremos el desierto tanto del Ayuntamiento como del Patronato Municipal de Cultura en cuanto a servicios bibliotecarios y de fomento de la lectura. El incumplimiento es municipal: desde 1979 hasta el momento presente han gobernado todos los partidos políticos mayoritarios. Incluso fue alcaldesa durante varios años la directora de la biblioteca pública del Estado en Guadalajara. Pero los servicios de biblioteca municipal no son objeto de deseo de los políticos de la ciudad. Ha habido algunas propuestas electorales al respecto que no lograron fuesen asumidas por la Corporación: en 2015 el candidato a la alcaldía por el PSOE, Daniel Jiménez, propuso crear en el Fuerte de San Francisco una biblioteca municipal, además de otros servicios. El mismo político, en 2008, ya iniciada la legislatura, hizo la propuesta de crear una biblioteca municipal. Y hace unos meses Ahora Guadalajara ha presentado al Ayuntamiento la iniciativa de que las pedanías de la capital contasen con servicios bibliotecarios a través del Bibliobús y que en un barrio se optase por una biblioteca de doble uso, es decir para el público en general y para el centro docente correspondiente. Pero para nada hablan de crear bibliotecas en los barrios de la ciudad.
La responsabilidad de este incumplimiento legal, que afecta a toda la ciudad, es sin duda del Ayuntamiento. Pero no ayuda el hecho de que el Gobierno Regional esté de perfil respecto a la política bibliotecaria. La Consejería de Educación, Cultura y Deportes debe tener un papel más activo en el desarrollo bibliotecario de la región, como siempre tuvo. El recientemente aprobado Mapa de Bibliotecas Públicas de Castilla-La Mancha es un instrumento público que revela bien el contraste entre los servicios mínimos que deben tener los municipios y la oferta real. En el caso de las capitales de provincia no están definidos todavía los servicios a crear pero está claro que debe haber una Red Municipal que ofrezca servicio a los distintos barrios y pedanías. Y el Gobierno Regional tiene la obligación legal de colaborar, pues lo expresa claramente el artículo 21 de la Ley 3/2011 de la Lectura y de las Bibliotecas de Castilla-La Mancha, cuando recoge las competencias de la Junta de Comunidades: “Apoyar la financiación de la construcción, equipamiento y mantenimiento de los servicios de las bibliotecas de titularidad municipal y uso público general…”
Tal vez los políticos alcarreños, e incluso de la región, aduzcan que no existe una demanda social que justifique invertir en servicios públicos bibliotecarios. Y ese es su error y su responsabilidad. Los políticos, como hicieron los ilustrados del siglo XVIII, tienen que pensar en el modelo de sociedad, en el tipo de formación, en los servicios públicos que deben crearse, aunque los ciudadanos no los pidan. La política bibliotecaria en Castilla-La Mancha tiene mucho de Ilustración. Cuando la gente no pedía bibliotecas, el Gobierno Regional estimuló su demanda y uso. Fue una decisión acertada que ahora debe continuar, con ayudas para equipamiento, colecciones, personal, actividades culturales... Pero para ello se necesita creer con firmeza en la necesidad de la educación y la lectura como los aspectos más importantes de las inversiones que han de realizarse en la construcción de las personas. Y en esta órbita las bibliotecas públicas son esenciales e imprescindibles.