viernes, 23 de abril de 1993

Una asignatura pendiente: la lectura pública



Una asignatura pendiente: la lectura pública*

El libro hace al ciudadano: ciudadanos libres, críticos, tolerantes, constructores de la convivencia y el respeto. Y sin embargo, conocida esta relación hace muchos siglos, todavía en las políticas culturales de las Administraciones Públicas la promoción del libro y de la lectura no aparecen como eje prioritario. He escuchado a veces que, siendo importante la recuperación del patrimonio histórico-artístico, es más urgente la formación de la persona. «La gente es el reino», afirmó el arbitrista toledano Sancho de Moncada: la vitalidad y carácter de un país, de un tierra, dependerá de la formación de su gente.
El libro informa, educa y desarrolla la imaginación. Ante un libro, todo un mundo de sensaciones, de ideas y de iniciativas surge en la persona que centra sus ojos en las páginas de una obra de creación literaria, de ensayo,..
Pero, a pesar de los avances conseguidos, el libro sigue siendo aún objeto de deseo para muchos: tal vez los altos precios, motivados por las cortas tiradas de las ediciones, influya en el hecho de que, por ejemplo, en Castilla- La Mancha sólo un 22% de personas compraran algún libro en 1990; o que sólo un 11% de los españoles mayores de 18 años acudieran ese mismo año a una biblioteca pública.
También se ha dicho: «Un hombre sin información es un hombre sin opinión». La biblioteca pública es para la Unesco el centro básico de información, cultura, educación y ocio para todos los ciudadanos. Completar, por tanto, la red de bibliotecas y poner en marcha servicios que permitan en cualquier localidad el acceso al libro de todas las personas y sectores sociales, especialmente de los más marginados, son necesidades primarias de nuestro país.
Democratizar el libro y la lectura, y desarrollar y vertebrar adecuadamente los sistemas bibliotecarios, siguen siendo asignatura pendiente de las políticas culturales, incluso considerando la mejora de los indicadores estadísticos y el esfuerzo inversor realizado en los últimos años. Ahora, ante unas elecciones generales, los partidos políticos deberían afrontar con seriedad y con planteamientos de futuro un problema histórico en España: la lectura pública.


* La Voz del Tajo (23-4-1993) pág. 10