lunes, 13 de agosto de 2018

Por un gran Museo de Santa Cruz


Por un gran Museo de Santa Cruz
 

            Agosto caluroso en Toledo. Con un buen amigo, empleo la mañana en realizar una tranquila visita al Museo de Santa Cruz. Comienzo expresando mi cariño a este centro. Quien fuera su directora durante tantos años, Matilde Revuelta, me decía que por qué no apoyaba al Museo y sí a la Biblioteca. Eran los inicios de los años ochenta y había una lucha fratricida entre dos grandes centros culturales de la ciudad: Biblioteca Provincial y Museo de Santa Cruz. Julia Méndez había luchado para que el estado adquiriese el edificio del antiguo convento de Santa Fe para ampliar las instalaciones de la Biblioteca. Luego el Ministerio decidió repartir el inmueble entre ambos centros y yo me posicioné claramente, creando el Comité Permanente de apoyo a la Biblioteca Pública. Pero he clamado muchas veces por la falta de una política de museos en la Junta, que tiene a los museos de su competencia en una situación alarmante. Tengo que reconocer que en bibliotecas hemos crecido mucho más, aunque nadie nos ha regalado nada.
            Que me perdonen mis amigos Fernando Fontes, actual director del Museo, y los anteriores, Rafael García Serrano y Alfonso Caballero. Todos se han dejado la piel y han luchado contra un muro: el Gobierno regional, que ha utilizado y utiliza este gran centro museístico a su antojo. Se le llamaba “Salones Santa Cruz”, porque perdió la presencia esencial de un gran museo y se convirtió en organizadora de eventos, culturales o sociales.
Mi visita de estos días no puede ser más desalentadora: prácticamente la grandeza del antiguo Museo de Santa Cruz, creado en 1961, se ha evaporado. En su web se recuerda que es “considerado uno de los museos provinciales más importantes de España, no sólo por la singularidad del edificio que le sirve de sede y le da el nombre, el antiguo Hospital de Santa Cruz, sino también por la riqueza y variedad de sus colecciones…reúne los fondos del antiguo Museo Arqueológico Provincial… así como otros procedentes de depósitos de la Catedral Primada, parroquias de Toledo y otras entidades y particulares, de adquisiciones y donaciones.” El Estado conserva la titularidad pero la gestión, como los demás archivos, bibliotecas y museos provinciales, fue transferida en 1984 a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Por ello, el Estado asume las inversiones y la Junta la conservación y mantenimiento de estos centros así como la dotación de personal y los programas a desarrollar para mantener la necesaria presencia en la sociedad y su importante misión.
            Desde mi opinión, la Junta fue bajando la guardia y aunque su presencia en Santa Cruz es bastante importante, normalmente se limita a inaugurar exposiciones, entregas de premios, presentaciones, algunas reuniones… Pero ¿cómo ha crecido la plantilla de personal técnico del Museo? ¿Se pueden materializar sus proyectos? ¿Qué pasa con los gabinetes pedagógicos, imprescindibles para que el Museo sea un centro de atracción continuo para la sociedad y especialmente para los escolares y jóvenes? Es de todos conocidos que las salas dedicadas a la arqueología, prehistoria, historia antigua y medieval…fueron desapareciendo, y sus contenidos yacen hoy guardados en sus almacenes. Prácticamente la exposición permanente del Museo se limita al crucero inferior del Hospital de Santa Cruz, dedicada a la España de los Austrias, y que se describe así en la web oficial: “un prólogo con piezas del XV que plantea el origen de la Casa de Austria con la unión de los Reyes Católicos, dos salas dedicadas a Carlos V y a Felipe II y una síntesis final que marca el declive de la Corona.” En el crucero superior, que normalmente se dedica a exposiciones temporales, no hay ahora nada y está cerrado al público. Como también lo está la sala que generalmente se dedica a otras exposiciones temporales en el claustro, y que últimamente ha acogido la magnífica exposición del artista toledano Luis Pablo Gómez Vidales, “Arte entre dos siglos”. La otra exposición permanente del Museo es la “Colección Carranza”, que fue donada a la Junta en los inicios del siglo XXI y que contiene una valiosa y diversa muestra de cerámica. Pero cuando la intentamos visitar está cerrada; un cartel explica las causas: “Sala Carranza cerrada por exceso de temperatura”. Sin comentarios…
            La solución de trasladar al Alcázar la sede principal de la Biblioteca Pública del Estado, organizada con la Biblioteca Regional, liberó por fin al Ministerio de Cultura y a la Junta sobre las posibilidades de ampliar Santa Cruz utilizando los espacios rehabilitados del antiguo convento de Santa Fe. Pero la Junta ha sido incapaz de hacer un proyecto para estos espacios y hasta el presente se han dedicado también a eventos y algunas exposiciones, con contenidos muy distintos. Ahora mismo, Santa Fe contiene dos exposiciones temporales: “Miguel de Cervantes o el deseo de vivir”, que permanecerá hasta finales de septiembre; y "De puertas para adentro". Vida y distribución de espacios en la arquitectura doméstica (siglos XV-XVI), que puede contemplarse hasta mediados de septiembre. Por lo visto y experimentado en los últimos años, el Museo en ningún momento ha utilizado Santa Fe como ampliación de espacios para sus colecciones. Las colecciones temporales son importantes en los museos, pero Santa Cruz tiene a buen recaudo buena parte de sus fondos y se dedica a organizar exposiciones en Santa Fe, en el crucero superior y en las salas junto al claustro.
            Ya no es un museo arqueológico y no puede reconocerse como un museo provincial de bellas artes pues el arte y la historia de buena parte de las épocas no está representando. ¿Qué pasa con el arte contemporáneo? ¿Dónde están los ricos fondos que conformaron un extraordinario y bellísimo Museo de Arte Contemporáneo en la Casa de las Cadenas? ¿Por qué se hurta a los ciudadanos la contemplación de ese patrimonio?     El Museo de Santa Cruz precisa recursos, especialmente de personal. Y necesita nuevos espacios. Pero, sobre todo, necesita que los políticos dejen en libertad a los profesionales, que tienen el conocimiento, la experiencia y las claves para situar al Museo en la sociedad. Desde hace años he propuesto que, a pesar de no haberse aprovechado adecuadamente los espacios de Santa Fe, pasen al Museo de Santa Cruz la totalidad de salas del edificio del Miradero, siempre que se construya un nuevo Depósito Bibliográfico en Santa María de Benquerencia; y no trasladar unos fondos a Ciudad Real u otro lugar, que no podrá ser la solución definitiva. Debe ser innegociable: primer paso, que el Ministerio asuma la construcción del Depósito en Benquerencia; y cuando esté construido se trasladen al nuevo edificio los actuales fondos bibliográficos depositados en el Miradero, que quedará listo para ser reconvertido en salas o depósitos del gran Museo de Santa Cruz. Son cerca de dos mil metros cuadrados, con salas magníficas para acoger y contemplar obras de arte y al mismo tiempo visualizar las riberas del río Tajo. En especial las plantas segunda y cuarta,  que acogieron salas de lectura e investigación con estanterías del siglo XVIII y que se conservar instaladas y constituirían un marco bellísimo para acoger obras de arte.
            Nuestros políticos son maestros en ocurrencias. Ahora dicen que van a dedicar Santa Fe y en el futuro el Miradero a la colección Polo. ¿Pero hay proyecto de gran Museo de Santa Cruz? ¿Han contado nuestros ilustrados gobernantes con los técnicos, con artistas, con intelectuales? Me temo que, una vez más, como hicieron con otros proyectos, como el “Quixote Crea”, quieren salir en los medios nacionales y mostrar su apertura al arte y a la cultura. Pero no se dan cuenta de que lo que están haciendo es el ridículo más espantoso. Personalmente, desapruebo la gestión cultural de estos políticos que son marchantes del arte y la cultura pero no pensando en los ciudadanos y en la sociedad sino sólo en sus intereses electorales y clientelistas, en políticas a corto plazo en lugar de en planificar adecuadamente los esfuerzos y las necesidades de recursos.
            Realícese un plan estratégico para el Museo de Santas Cruz. Abórdense un proyecto museográfico y museológico de este gran centro cultural. Y abandonen la política de grandes ocurrencias a la que nos tienen acostumbrados. Los ciudadanos les pagamos para que realicen su labor con calidad y garantías, y no para que destruyan los sueños de la gente.

miércoles, 1 de agosto de 2018

Secuestro en el Miradero


Secuestro en el Miradero


Desde finales de los años setenta del siglo XX participé activamente en las luchas para conseguir nuevos espacios para la Biblioteca Provincial de Toledo, publicando numerosos artículos de opinión que hicieron saltar las alarmas en el Ministerio de Cultura. En mayo de 1983, poco antes de las primeras elecciones autonómicas, impulsé un Comité Permanente de apoyo a la Biblioteca Pública, que integró a numerosos intelectuales, profesores, artistas, profesionales, sindicalistas…clamando por una solución para la falta de espacio de la Biblioteca del Miradero. Pero, ante las protestas, el Ministerio archivó su proyecto de utilizar el convento de Santa Fe dividiendo estos espacios entre Museo de Santa Cruz y la Biblioteca. Hizo lo peor: no decidir nada y dejar que el tiempo generase nuevas soluciones. Toda la historia de ese tiempo puede verse en mi libro Combates por la biblioteca pública en España (Almud Ediciones de CLM, 2006).
Cuando asumí la dirección del gabinete del consejero de Educación y Cultura, en enero de 1984, le dije a Barreda que había que buscar una solución a las graves carencias de espacio y personal de la Biblioteca. Recuerdo el asombro que me produjo su propuesta: ¿”Qué te parecería llevar la Biblioteca al Alcázar?”. Y ahí comenzó otra historia. Redactamos el primer documento para la utilización de la totalidad del Alcázar para constituir un gran centro cultural, con la base fundamental de la Biblioteca. También llegó a la Presidencia de la Junta una propuesta del senador Ricardo Sánchez Candelas. No procede ahora contar toda la trayectoria de los distintos y difíciles proyectos, que ya he realizado en distintas ocasiones, como por ejemplo en mi trabajo “La Biblioteca de Castilla-La Mancha, de utopía a realidad” (1998).
Utilizar la última planta del Alcázar permitió contar con cerca de cinco mil metros cuadrados, aprovechando muy bien esa planta, e instalar todos los servicios de una biblioteca del siglo XXI, además de acoger las colecciones patrimoniales en sus depósitos. Por otro lado, se decidió que el antiguo edificio del Miradero sirviese de depósito externo, como ocurre en la mayoría de las grandes bibliotecas. Por ejemplo, la Biblioteca Nacional, tiene sus grandes depósitos en Alcalá de Henares, pues no se puede disponer de espacios tan grandes en las zonas residenciales de las ciudades. Así consta en el convenio firmado entre el ministro de Educación y Cultura, Rajoy, y el consejero Zambrana el 16 de febrero de 1999: “Realizado el traslado, los locales del edificio del paseo del Miradero… seguirán afectados a la Biblioteca Pública del Estado, utilizándose como depósito externo de la biblioteca.”
Pero el problema de espacio de la Biblioteca Pública del Estado de Toledo, articulada con la Biblioteca Regional en un único centro, también se padecía en las demás bibliotecas provinciales. Y se precisaba un plan de conservación regional de libros y publicaciones periódicas que garantizase el servicio a ciudadanos e instituciones. Por ello, la Consejería se planteó la construcción de un Depósito Bibliográfico Regional, en el barrio de Santa María de Benquerencia, que diese servicio al conjunto de la Red de Bibliotecas Públicas de Castilla-La Mancha y sirviese además de depósito externo a la Biblioteca de Toledo. Se aprobó incluso la primera partida presupuestaria para abordar el proyecto de Depósito, pero la llegada de una nueva consejera determinó que el proyecto se paralizase, cuando ya estaba redactado e iba a publicarse la licitación de las obras de construcción. Junto al abandono de ese proyecto, el problema fue que la Consejería comenzó a olvidarse del Miradero, no realizando las tareas de conservación adecuadas y permitiendo un gran deterioro de sus instalaciones y una grave inseguridad. A veces la insensatez aflora en la clase política, y no sólo no resuelven los temas de su competencia sino que los olvidan y marginan… Un edificio –el Miradero- que linda con el Museo de Santa Cruz, que contiene un arsenal de papel y no está operativo el sistema de detección de incendios, es gravísimo en un casco histórico.
Me consta que los sucesivos directores de la Biblioteca de CLM instaron a la Consejería a asumir las necesarias tareas en el Miradero. Cuando en diciembre de 2012 asumí la dirección de la Biblioteca Regional y visité el Miradero me quedé impresionado del deterioro y peligros para fondos y personas que eventualmente llegaban al Miradero. Además, dos de las plantas del Depósito estaban utilizadas por el Museo de Santa Cruz, acogiendo un impresionante legado artístico que no contaba con las medidas de seguridad y conservación pertinentes. ¿Qué tesoros artísticos contiene el Miradero? Que lo digan nuestras autoridades, que yo no puedo hacerlo por secreto profesional. Empecé a realizar informes que remití tanto a la Consejería como al Ministerio y propicié la visita del Servicio de Prevención de Riesgos laborales de la Junta, que en el verano de 2015 recomendó su clausura hasta que se abordasen las medidas más urgentes y necesarias. Lamentablemente, los distintos cargos políticos de la Consejería mantuvieron una actitud absolutamente de despreocupación por este grave problema. De hecho, una propuesta de gasto que realicé para corregir los problemas más graves estuvo cerca de un año sin ser atendida, y cuando se hizo no se incluyeron algunos aspectos esenciales. Finalizaba mis sucesivos informes recordando que yo como director no me hacía responsable de las desgracias que pudieran ocurrir, siendo las autoridades ministeriales y autonómicas quienes deberían asumir la falta de iniciativas en respuesta a los problemas  existentes.
Propicié la visita de diversos técnicos del Ministerio pero yo insistía en la necesidad de reuniones con autoridades políticas, que al parecer siempre podían esperar. Recuerdo que, tras uno de mis durísimos informes, el consejero, Angel Felpeto me dijo: “Juan, no he podido dormir tras leer tu nuevo informe”. Y yo le respondí: “Pues ya somos dos. Pero yo llevo así desde que me incorporé a la Biblioteca”. Yo sabía que las dos propuestas que había realizado el viceconsejero de Cultura no eran viables y siempre planteé como mejor opción la construcción del Depósito en Santa María de Benquerencia. Como en el proyecto del Alcázar el Ministerio de Cultura finalmente no aportó ninguna cantidad, parece legítimo que asumiese esta construcción. Ello permitiría que el Museo de Santa Cruz contase con un espacio privilegiado para realizar un proyecto museográfico y museológico que permitiera a Toledo contar con un verdadero museo provincial.
Por fin hubo una reunión entre cargos políticos de las dos administraciones, que tuvo lugar en el propio edificio del Miradero. El director general de Bellas Artes vio clara mi propuesta de construir el Depósito en Benquerencia, pero las autoridades autonómicas decidieron otro camino: sacar de Toledo los 150.000 volúmenes que permanecen en el Miradero y llevarlos a la sede de la biblioteca de Ciudad Real. Por supuesto no comparto esa decisión, que carece de futuro y va a propiciar que los ciudadanos sigan sin poder acceder a tan importantes fondos.  Cerca de dos años llevan en esa idea y no han sido capaces ni de incluir en los presupuestos generales de la Junta la partida necesaria. Ahora leo que el viceconsejero reclama que el Ministerio asuma el gasto de las estanterías y la noticia me produce estupor. ¿Cómo nuestros gobernantes puedes ser tan cortos de miras? Actúese en el Miradero con urgencia para que los libros que están allí olvidados, atrapados, secuestrados, puedan ser utilizados libremente por los ciudadanos. Y mientras tanto, ahora que la igualdad en el color político de las instituciones puede garantizar gestiones más fructíferas, acuérdese la construcción del Depósito Bibliográfico.  Este secuestro de libros y publicaciones periódicas ya dura demasiado tiempo y tengo la sensación de que en Castilla-La Mancha somos pobres hasta para pedir.