viernes, 1 de abril de 2005

Javier Docampo, caminante de esperanza



Javier Docampo, caminante de esperanza*

            Fue en octubre del 2002 cuando Javier Docampo llegó a Toledo, al Servicio Regional del Libro, Archivos y Bibliotecas de Castilla-La Mancha. De él, quienes le conocían, nos hablaron muy bien, tanto en las facetas profesional como personal. Pero fue un “fichaje” de intuición, teníamos deseo de acertar. Y sin duda dimos en el centro de la diana.
            Docampo venía a sustituir a Joaquín Selgas, fundador del puesto de Asesor de Libro y Bibliotecas, que a su vez había pasado a dirigir la Biblioteca de Castilla-La Mancha, tras la marcha a Madrid de Carmen Sañudo. Ya se ha dicho: Madrid nos da sus hijos, Castilla-La Mancha los robustece, y luego de nuevo la capital de España los apresa entre sus fauces gigantescas…Aunque es verdad que existen excepciones que confirman la regla.
            Al principio los compañeros del SERLAB estábamos un poco recelosos. Procedía Javier de la Biblioteca Nacional, en concreto del Servicio de Dibujos y Grabados, en el que había estado sus últimos trece años. Y venía al mundo de las bibliotecas públicas, a un mundo utópico donde cada día había necesidad de soñar para seguir viviendo. Llegaba a completar un equipo  cuya seña de identidad, la etiqueta identificativa, era ni más ni menos que la democratización del servicio de bibliotecas públicas para el conjunto de la población española y, desde luego, para la población de Castilla-La Mancha. Pero pronto pudimos comprobar que Javier era realmente parte de esa figura colectiva que nosotros llamábamos Un soñador para el pueblo. No hace falta explicarlo, creo.
            Pronto Javier descubrió que en el SERLAB una de las características era el número de proyectos que se ponían en marcha, siempre paralelamente, y con la nota predominante de la imaginación, porque los recursos económicos  nunca sobraron. Pero es verdad que la imagen de las hormigas, con su trabajo continuo y sin descanso nos estimulaba a seguir dando pasos que transformasen la realidad bibliotecaria de Castilla-La Mancha y, por ósmosis, de otras tierras. Y vimos en Javier su admirable capacidad de adaptación al medio predominantemente rural que es nuestra Comunidad, y su tenaz y siempre creativa capacidad de trabajo, y su respeto e ilusión desbordante por el trabajo en equipo…Un trabajo en equipo que siempre fue nuestra bandera…
            Pronto participó de la génesis de uno de nuestros proyectos más emblemáticos: el Plan de Desarrollo Bibliotecario Bibliotecas Públicas Siglo XXI. Y la Biblioteca Virtual, y el Catálogo Colectivo de la Red de Bibliotecas Pública, y las I Jornadas de Patrimonio Bibliográfico,… Y complejos informes que en horas veinticuatro pasaban de las musas al teatro, parafraseando a Lope.
            Luego le tocó en suertes otro Plan, el Regional de Lectura. Un Plan que fue presentado en sociedad por el Presidente del Gobierno Regional y que esperemos sea un proyecto sólido y duradero. Y que alcance los objetivos de política bibliotecaria que no hemos podido alcanzar en otros planes anteriores.
            Pero a lo que íbamos. Conocer a Javier Docampo ha sido un lujo, un placer al alcance de todos los que le tratan. Y trabajar con Javier Docampo, ha sido una preciosa y probablemente irrepetible aventura de esperanza, solidaridad, amistad y tesón. Ahora, su marcha al Museo del Prado, en calidad de Jefe de Área de Biblioteca de tan alta institución cultural, nos llena de alegría porque sabemos que allí se beneficiarán de su saber, de su buen hacer, de su profesionalidad. Pero, inevitablemente, nos llena de tristeza, porque se aparta de nosotros un verdadero caballero andante, un quijote del siglo XXI, un hombre que creyó, con nosotros, que el sueño de las bibliotecas para todos era posible.  Mucha suerte, Javier. Sabemos que marchas con las manos vacías, pero el corazón lleno de esperanza.


* Anaquel, Boletín de Libros, Archivos y Bibliotecas de Castilla‑La Mancha. Nº 30 (abril-junio 2005), p. 15.