Javier Docampo, caminante de esperanza*
Fue en octubre del 2002 cuando Javier
Docampo llegó a Toledo, al Servicio Regional del Libro, Archivos y Bibliotecas
de Castilla-La Mancha. De él, quienes le conocían, nos hablaron muy bien, tanto
en las facetas profesional como personal. Pero fue un “fichaje” de intuición,
teníamos deseo de acertar. Y sin duda dimos en el centro de la diana.
Docampo
venía a sustituir a Joaquín Selgas, fundador
del puesto de Asesor de Libro y
Bibliotecas, que a su vez había pasado a dirigir la Biblioteca de
Castilla-La Mancha, tras la marcha a Madrid de Carmen Sañudo. Ya se ha dicho:
Madrid nos da sus hijos, Castilla-La Mancha los robustece, y luego de nuevo la
capital de España los apresa entre sus fauces gigantescas…Aunque es verdad que
existen excepciones que confirman la regla.
Al
principio los compañeros del SERLAB estábamos un poco recelosos. Procedía
Javier de la Biblioteca Nacional, en concreto del Servicio de Dibujos y
Grabados, en el que había estado sus últimos trece años. Y venía al mundo de
las bibliotecas públicas, a un mundo utópico donde cada día había necesidad de
soñar para seguir viviendo. Llegaba a completar un equipo cuya seña de identidad, la etiqueta identificativa, era ni más ni
menos que la democratización del servicio de bibliotecas públicas para el
conjunto de la población española y, desde luego, para la población de
Castilla-La Mancha. Pero pronto pudimos comprobar que Javier era realmente
parte de esa figura colectiva que nosotros llamábamos Un soñador para el pueblo. No hace falta explicarlo, creo.
Pronto
Javier descubrió que en el SERLAB una de las características era el número de
proyectos que se ponían en marcha, siempre paralelamente, y con la nota
predominante de la imaginación, porque los recursos económicos nunca sobraron. Pero es verdad que la imagen
de las hormigas, con su trabajo continuo y sin descanso nos estimulaba a seguir
dando pasos que transformasen la realidad bibliotecaria de Castilla-La Mancha
y, por ósmosis, de otras tierras. Y vimos en Javier su admirable capacidad de
adaptación al medio predominantemente rural que es nuestra Comunidad, y su
tenaz y siempre creativa capacidad de trabajo, y su respeto e ilusión
desbordante por el trabajo en equipo…Un trabajo en equipo que siempre fue
nuestra bandera…
Pronto
participó de la génesis de uno de nuestros proyectos más emblemáticos: el Plan
de Desarrollo Bibliotecario Bibliotecas
Públicas Siglo XXI. Y la Biblioteca Virtual, y el Catálogo Colectivo de la
Red de Bibliotecas Pública, y las I Jornadas de Patrimonio Bibliográfico,… Y
complejos informes que en horas veinticuatro pasaban de las musas al teatro,
parafraseando a Lope.
Luego
le tocó en suertes otro Plan, el Regional
de Lectura. Un Plan que fue presentado en sociedad por el Presidente del
Gobierno Regional y que esperemos sea un proyecto sólido y duradero. Y que
alcance los objetivos de política bibliotecaria que no hemos podido alcanzar en
otros planes anteriores.
Pero
a lo que íbamos. Conocer a Javier Docampo ha sido un lujo, un placer al alcance
de todos los que le tratan. Y trabajar con Javier Docampo, ha sido una preciosa
y probablemente irrepetible aventura de esperanza, solidaridad, amistad y
tesón. Ahora, su marcha al Museo del Prado, en calidad de Jefe de Área de
Biblioteca de tan alta institución cultural, nos llena de alegría porque
sabemos que allí se beneficiarán de su saber, de su buen hacer, de su
profesionalidad. Pero, inevitablemente, nos llena de tristeza, porque se aparta
de nosotros un verdadero caballero andante, un quijote del siglo XXI, un hombre
que creyó, con nosotros, que el sueño de las bibliotecas para todos era
posible. Mucha suerte, Javier. Sabemos
que marchas con las manos vacías, pero el corazón lleno de esperanza.
*
Anaquel, Boletín de Libros, Archivos y Bibliotecas de
Castilla‑La Mancha. Nº 30 (abril-junio 2005), p. 15.
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