Los autores de un
libro:
El Plan de Bibliotecas
Siglo XXI, una obra colectiva*
Recientemente mi antiguo profesor y hoy amigo Ramón
Gonzálvez, canónigo bibliotecario y archivero de la Catedral de Toledo, ha
pronunciado en la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo
la conferencia de apertura del curso de esta Institución cultural, sobre la
llamada Biblia de San Luis, una de
las joyas que se conservan en la biblioteca capitular toledana. A propósito de
esta obra, Gonzálvez recordó la teoría del Rey Alfonso X el Sabio sobre la
autoría de los grandes proyectos culturales: un palacio no lo construye sólo el
arquitecto que dirige las obras sino quien pensó, quien soñó, quien alentó la
construcción de ese edificio; igual ocurrió con la maravillosa Biblia de San Luis: quienes con su mecenazgo
posibilitaron que esa idea cobrase vida comparten el éxito, la gloria de su
obra, con los tipógrafos, iluminadores, encuadernadores y otros profesionales
del libro que participaron en esa regia empresa.
Recuerdo
ahora esta tesis para agradecer a tantos compañeros y compañeras de toda
España, e incluso de otros países, la acogida que están dispensando al Plan de Desarrollo Bibliotecario
(2003-2006) Bibliotecas Públicas Siglo
XXI. Estamos también ante una obra
colectiva, que se publicó en las postrimerías de la Legislatura pasada con
un lema que pretende difundir en nuestra región la importancia de la biblioteca
pública en nuestra sociedad: Descubre el
mundo en la biblioteca. Nos llegan muchas peticiones de información, claves
sobre determinados programas o proyectos, palabras de esperanza,...Pero la
pregunta probablemente más compleja me la han hecho en San Sebastián, en las I
Jornadas Bibliotecarias del País Vasco,
donde participé en una de las mesas redondas invitado para exponer la
experiencia de nuestra Comunidad Autónoma en materia de formación de
profesionales y del programa de ayudas para la Contratación de Bibliotecarios
municipales. “¿Pero cómo ha nacido este Plan? ¿De arriba a abajo, o de abajo a
arriba?”
Inmediatamente
me vinieron a la cabeza las palabras de Gonzálvez, y recordé brevemente esta
teoría del Rey Sabio. A continuación dije algo así: este libro, este Plan, es
realmente un hermoso proyecto colectivo. Fue alentado por el Consejero y la
Viceconsejera de Educación y Cultura, José Valverde y Elisa Romero
respetivamente, y recibió el apoyo expreso del Presidente del Gobierno de
Castilla-La Mancha, José Bono, convirtiendo esta iniciativa de la Consejería en
un verdadero Plan del Gobierno Regional. En la nueva Legislatura, con la refundación de la Consejería de Cultura,
el Plan ha sido retomado y relanzado por quienes tienen la responsabilidad
política de las políticas bibliotecarias: Araceli Muñoz, Consejera, y José
Martínez Guijarro, Director General de Promoción Cultural y Artesanía. Ésta es la grandeza de las obras que se
planifican para un tiempo más largo: que a unos les toca sembrar, a otros
cuidar esas semillas para que fructifiquen y tal vez a otros cosechar....
Sí,
quienes dirigen políticamente nuestra Consejería, y quienes dirigieron la
anterior, tienen y tuvieron la tarea imprescindible de llevar a buen puerto la
nave, de guiar el camino, de luchar para conseguir los recursos que se precisan
para este noble empeño de universalizar en toda la región el derecho de los
castellano-manchegos de acceder a servicios bibliotecarios de calidad y acordes
con la Sociedad de la Información y del Conocimiento que alumbra este naciente
Siglo XXI.
Pero
no están solos en tan difícil reto: hace tiempo comprendí que toda obra
emprendida por una Administración Pública precisa del trabajo conjunto de
políticos y de técnicos, y aún más: es preciso mirar juntos y en la misma
dirección. Y todavía más: como en la bella historia de El Principito, es necesario domesticarse,
comprenderse mutuamente. De esa conjunción de esfuerzos y de ilusiones; de ese
crisol de ideas y experiencias, los proyectos saldrán fortalecidos y podrán ser
desarrollados con mayor firmeza para que realmente lleguen a los ciudadanos, a
la sociedad a la que la Administración Pública se debe.
En
este sentido no importa de quién fuera la idea, si del Príncipe o del tipógrafo, si
del político o del técnico. Si el Plan de Bibliotecas Públicas
Siglo XXI llega a buen puerto, seguramente el mérito será de toda la
sociedad regional. Es cierto que este Plan ha sido meditado, reflexionado con
profundidad en el Servicio Regional del Libro, Archivos y Bibliotecas. Pero no
es menos cierto que aquí hemos dispuesto de todo el apoyo político a esta
iniciativa y de las experiencias y el conocimiento de muchísimos profesionales.
Entonces, junto a los ya citados, el Plan es también la obra de Javier;
Docampo, Oscar Arroyo y Lola Membrillo, del Servicio Regional; y es también
hijo de Joaquín Selgas, Alicia Arellano y otros nombres de la Biblioteca de
Castilla-La Mancha; y ha bebido de propuestas de Modesto Triviño, Angel García
Méndez y otros compañeros y compañeras que desde las Secciones Provinciales
trabajan cada día para que los servicios de biblioteca pública se desarrollen
adecuadamente en sus municipios; y ha contado con opiniones y sugerencias de Begoña Marlasca, Juan Manuel de la Cruz,
Emma Alonso y otros profesionales de nuestras Bibliotecas Públicas del Estado.
Y ha nacido también este Plan para corregir los desequilibrios y los problemas
que cotidianamente nos han transmitido tantos y tantas bibliotecarios y
bibliotecarias municipales que vienen aportando su esperanzado trabajo al
servicio de sus conciudadanos.
Sí,
en verdad el Plan de Bibliotecas Públicas Siglo XXI es obra de la madurez de
una Comunidad Autónoma. La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha ha
liderado la transformación paulatina de nuestra Red de Bibliotecas Públicas,
pero las Administraciones Locales, singularmente los ayuntamientos, están
respondiendo a este reto, y participando del objetivo que nos marcamos hace
años de corresponsabilidad y cofinanciación, podemos calificar de
cada vez más modélico el interés que están demostrando los municipios en los
servicios de biblioteca pública.
El
Plan, en suma, es un hermoso sueño colectivo en el que muchas personas han
participado y, lo que es más importante, están cada día prestos a ganar a más
adeptos a esta utopía que es la biblioteca pública como
derecho para todos y para todas.
*
Anaquel, Boletín de Libros, Archivos y Bibliotecas de
Castilla‑La Mancha. Nº 23 (julio-septiembre 2003), p. 42.
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