La Bella y los libros*.
La proyección de La Bella y la Bestia despertó verdadera
pasión, y ahora ocurre lo mismo con la
edición en vídeo de esta película de los estudios Disney. Además, la espléndida
estructura de comunicación que siempre ponen en marcha los productores colabora
en la creación de un verdadero mundo
Disney. Bella es, sin duda, la gran heroína del momento para miles de
personas. La película merece la atención prestada, y los personajes
principales, Bella y Bestia, el cariño que están cosechando
entre todos los públicos.
En lo que tal vez menos se ha
reparado es que esta película constituye la mejor campaña de animación a la
lectura puesta en marcha. La del mono
del Ministerio de Cultura, en tantos aspectos fracasada, no es nada comparada
con el mensaje (y además de larga duración) de la película; y el “Leyendo se
entiende la gente” de la Consejería de Educación y Cultura llega a ámbitos muy
reducidos al no haberse utilizado los soportes clásicos de estas campañas. Pero
tal vez no importa: ¿qué mejor programa de promoción de la lectura que esta
película, vista por millones de personas en todo el mundo? Cierto que se trata
de mensajes la mayoría de las veces implícitos, pues la película plasma con
acierto cómo la sociedad, en general, vive de espaldas al libro. Pero
muchísimos de los espectadores prendados de Bella pueden perfectamente
enamorarse también de los libros y convertirse en lectores constantes.
En la pequeña aldea donde vive
Bella, cada día es igual y “nada nuevo
hay que contar” y todos sus vecinos coinciden en que ella es “una chica
peculiar”, distinta y que “nunca deja de
leer: con un libro puede estar siete horas sin parar; con un libro no se acuerda
de comer...” Bella vive en su mundo de imaginación, lugares lejanos,
aventuras,...buscando la profundidad de lo interior, mientras sus convecinos no
salen del monótono y superficial acontecer cotidiano. Y allí vive también el
prototipo de hombre triunfador, arrogante, dominador...Gastón, como símbolo de
tantos sectores que temen que el libro convierta a la persona en libre y
crítica, recrimina a Bella: “No está bien que una mujer lea; enseguida empieza
a tener ideas y a pensar...” Debe
olvidarse de los libros y prestar atención a “cosas importantes”...¿Tal vez la
televisión, el bar, el deporte‑sillón, el consumismo, la escalada social, la
comodidad...?
La librería/biblioteca en la que
Bella recibe prestados sus libros y, después, la gran biblioteca de la
Bestia/Príncipe en su palacio, son los ejes de la metamorfosis de ésta: el amor
de Bella y las lecturas de libros van humanizando a la Bestia hasta convertirse
en el nuevo ser que hay en toda persona. Pero, en Toledo, ¿dónde leerán los
conversos al libro?.
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