viernes, 17 de febrero de 2006

Bibliotecas de Castilla-La Mancha, una constelación de estrellas para nuestro tiempo



Bibliotecas de Castilla-La Mancha, 
una constelación de estrellas para nuestro tiempo.*


            He dicho a veces que tengo dos pasiones: Las bibliotecas públicas y mi tierra, Castilla-La Mancha. En realidad, en los últimos años el binomio se ha fundido y mi pasión han sido las bibliotecas de Castilla-La Mancha. A ellas he dedicado buena parte de mis energías desde hace dieciséis años, aunque mi vinculación personal y en parte profesional con las bibliotecas ha sobrepasado el listón de las tres décadas, concretamente desde 1973.  Es verdad que esta pasión escapa ya de los límites geográficos regionales, y que al menos en la última década he luchado por un objetivo más general: propagar la idea de que la biblioteca pública es un derecho de todos los españoles.
            Desde el año 1991, cuando asumí la responsabilidad del Servicio Regional del Libro, Archivos y Bibliotecas (SERLAB), he tenido la satisfacción de colaborar con sucesivos equipos políticos de la Consejería de Cultura (durante muchos años, de Educación y Cultura) en el desarrollo de la política bibliotecaria para nuestra región. Lógicamente el trabajo conjunto de muchas personas, tanto desde la Consejería como desde los ayuntamientos y las propias bibliotecas, ha dado abundantes frutos, que los datos estadísticos de que hoy disponemos muestran certeramente.
            He utilizado a menudo la imagen de la sembradura para definir el tipo de trabajo que desde hace dos décadas hemos hecho en Castilla-La Mancha por las bibliotecas públicas. Y, a pesar de las sequías propias de nuestra tierra, el trabajo continuado y la lluvia fina han hecho que poco a poco vayamos viendo los frutos. En las recientes II Jornadas Bibliotecarias de Castilla-La Mancha el equipo de profesionales del  SERLAB utilizamos una nueva imagen: somos sembradores de estrellas. Si cuando empezamos la andadura autonómica Castilla-La Manca contaba con 154 bibliotecas públicas, a finales de 2004 el número de bibliotecas y salas de lectura públicas era  ya de 515. Cada una de estas bibliotecas es como una estrella para su municipio, aunque a veces todavía tenga una débil luz porque sus colecciones bibliográficas o multimedia, sus servicios, la propia situación del bibliotecario o la proyección de la biblioteca en su comunidad no sean representativos de un servicio público tan estratégico e importante como es la biblioteca pública. Pero potencialmente estamos ante una verdadera constelación de estrellas,  un conjunto de servicios bibliotecarios que convierte a Castilla-La Mancha en un referente para el conjunto del país, 515 bibliotecas llamadas a convertirse en una red de servicios integrados que ofrezcan a la sociedad regional los beneficios de la Sociedad de la Información y del Conocimiento de forma gratuita y democrática.

            Pero hay que proseguir, pues aún queda mucho camino por recorrer. Por ello, recientemente, en las citadas II Jornadas Bibliotecarias de Castilla-La Mancha, presenté, junto con mis compañeros del SERLAB, una ponencia en la que planteamos diez propuestas para el futuro de las bibliotecas públicas de nuestra Comunidad Autónoma: una nueva Ley de Bibliotecas, fomentar la lectura mediante el trípode familia, escuela, biblioteca; impulsar un plan de infraestructuras bibliotecarias; plan de consolidación y desarrollo de los recursos humanos de las bibliotecas públicas; conseguir una verdadera Red de Bibliotecas Públicas en la región; planificación territorial de los servicios bibliotecarios; continuar el Plan de Bibliotecas Móviles,  etc. En definitiva, una treintena de medidas agrupadas en diez apartados que en la opinión del equipo técnico del SERLAB pensamos necesita nuestra región.
            Escritas quedan las propuestas de futuro, y publicadas están en revistas especializadas como IDEA-LA MANCHA o próximamente en las propias actas de las II Jornadas Bibliotecarias . Pero ya no me toca a mí trabajar para convertir en realidades éstos y otros sueños; a otras personas corresponde mantener a Castilla-La Mancha en la vanguardia de las políticas bibliotecarias de nuestro país. Desde que supe que llegaba la hora de bajar de la nave en la que habíamos hecho la larga travesía, he visto, aún con más luminosidad, que nunca estuve solo, que esta maratón era en realidad una carrera de relevos en la que cada uno llevaba el testigo cuando era necesario. Y confío especialmente que los grandes protagonistas de esta nueva carrera sean los bibliotecarios y bibliotecarias, que con certeza no cesarán en su empeño de conseguir unos servicios bibliotecarios dignos de la sociedad del siglo XXI.

            Deseo de esta forma agradecer públicamente todos los testimonios de amistad que durante los últimos días he recibido. Muchas palabras han volado hacia mí procedentes de todos los rincones, de pueblos y ciudades, de localidades de Castilla-La Mancha y de buena parte de las tierras de España. Palabras cercanas unas veces y la mayoría venidas a través de las nuevas tecnologías de la información. Muchas llamadas telefónicas consiguieron que se me hiciera un nudo en la garganta; y centenares de correos electrónicos me trajeron verdaderas confidencias que rezumaban amistad. Tengo que confesar que muchos de ellos, procedentes especialmente de zonas rurales de mi región, venían tan cargados de sentimiento que a menudo han hecho que mis ojos se humedezcan. En realidad eran correos que no contenían palabras: a través de las redes llegaba el corazón de quien lo escribía. Muchas GRACIAS a todos.
           





* ABC (17-2-2006), edición de Toledo, pág. 40.  El Día de Cuenca (18-2-2006), pág. 2. La Tribuna de Toledo (12-3-2006), pág. 29, y en las otras seis ediciones de este medio de comunicación de Castilla-La Mancha. La Verdad.es (20-2-2006). El Digital Castilla-La Mancha, num. 21 (18-2-2006).


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