Juan Sánchez (Toledo, 1952)
acaba de cumplir dos años como director de la Biblioteca de Castilla-La
Mancha, a la que mantiene con mejor salud que nunca pese a disponer de
menos recursos que nunca. Hace tres décadas este licenciado en Geografía
e Historia ya apostaba por convertir el Alcázar de Toledo en una gran
centro cultural, idea que finalmente pudo desarrollar gracias a la
complicidad de José María Barreda, entonces consejero de Educación y
Ciencia, del que fue jefe de gabinete durante ocho años. Pese a ser un
fiel colaborador del socialista que acabaría siendo presidente de la
Comunidad Autónoma, el Gobierno de María Dolores de Cospedal confió en
él para dirigir la casa de los libros castellano-manchega. El consejero
Marcial Marín le dijo que, pese a su pasado, era la persona idónea para
desempeñar el puesto. Sin duda, el entrevistado de este miércoles en EL
DIGITAL siempre ha sido un defensor a ultranza de las bibliotecas
públicas y es quien mejor conoce las de la región, después de haber
trabajado en la Biblioteca Pública del Estado en Toledo, haber
coordinado el servicio de Bibliobuses o haber sido jefe del Servicio
Regional de Bibliotecas durante quince años. Juan Sánchez es
un tipo creyente pero muy libre, culto sin ser pedante, directivo sin
corbata y persona habladora de las que también saben escuchar.
Este lugar, además de una biblioteca, es una metáfora: los
libros por encima de las armas. ¿A qué loco se le ocurre semejante
provocación?
Éramos muchos los que creíamos que el Alcázar debía convertirse en un
gran centro cultural. La idea vino por muchos sitios. A José Bono parece
ser que le rondaba algo por la cabeza, Ricardo Sánchez Candelas incluso
tenía un proyecto de adecuación para convertirlo en museo del municipio
y otra gente pensaba que debía ser sede de la universidad regional.
Cuando me hicieron jefe de gabinete de Barreda le dije que había que
solucionar el problema de la Biblioteca Pública del Estado, que
necesitaba espacio. Yo estaba pensando en el convento de Santa Fe pero
él me dijo: "Oye, ¿y el Alcázar?
¿Cómo fue ese proceso de conversión?
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"Barreda y yo visitamos de incógnito el Alcázar para conocer el edificio por dentro" |
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En torno a 1984 o 1985 (se acerca a una estantería y coge el documento
-escrito a máquina-) redactamos un proyecto para convertir al Alcázar en
biblioteca regional, archivo, casa de la cultura... Recuerdo que
Barreda y yo hicimos una visita al Museo del Asedio, incluso un poco de
incógnito, para tratar de conocer el edificio por dentro. Compramos
nuestras entradas, observamos y salimos convencidos de que era el lugar
ideal para albergar la Biblioteca. Cuando el ministro de Defensa, Narcís
Serra, vino a anunciar que se aceptaba el proyecto se formó bastante
lío y se paralizó todo un poco. Hubo que firmar otra vez un montón de
convenios. ¡Hasta 1998 no se pudo abrir la Biblioteca!
Parece ser que a los altos cargos del Ejército no les hizo
gracia la idea. ¿Cómo es a día de hoy la convivencia con los militares?
Ahora la convivencia es magnífica, como no podría ser de otra manera. La
relación local, en general, siempre ha sido cordial. Pero, en su día,
el Ministerio de Defensa recibió muchas presiones de diferentes
sectores. Aquello se superó y ahora el Alcázar vive su edad de oro. Para
nosotros, lo más importante no era la conquista del Alcázar sino que la
Biblioteca de Castilla-La Mancha pudiese prestar grandes servicios. Al
final se consiguió y ahora convive con el Museo del Ejército. Entre los
dos recibimos 600.000 usuarios todos los años.
En España, desde hace varias décadas, existe un cliché que dice que la cultura es de izquierdas...
La cultura es la gran cenicienta de las políticas públicas. Nadie ha
apostado por la cultura en la época en la que había muchos recursos
porque nunca ha estado entre las prioridades de los partidos políticos
en España. Los partidos de izquierda no han sido mejores que los de
derecha. En los años 90 analicé los programas electorales de todos los
partidos, a nivel nacional y autonómico, en materia de bibliotecas. ¡Era
un erial! ¡Un desastre! En Castilla-La Mancha, con pocos recursos,
hemos estado a la altura. En este país se invierte una media de 7 euros
al año por habitante en bibliotecas. ¡Eso es una miseria! En Castilla-La
Mancha nos gastamos 14 y, aunque la ley dice que tiene que haber
bibliotecas públicas en todos los pueblos de más de 5.000 habitantes,
aquí hay bibliotecas en todos lo que tienen más de 1.000, porque también
tienen derecho. Estamos, junto a Cataluña, en vanguardia.
Los peor pensados creen que los políticos no invierten en cultura para poder manipularnos más fácilmente...
No
creo demasiado en las teorías de conspiración, pero no siempre se está
apostando por la formación de ciudadanos libres y críticos. En España
falta cultura de encuentro y de debate. Me encantaría que un
parlamentario votase a favor de la propuesta del partido contrario si
considera que es buena para la gente. ¿Por qué tenemos miedo a decir que
la verdad la encontramos entre todos? Los ciudadanos debemos clamar por
una regeneración de la vida pública, y lo digo yo que no estoy en
absoluto de acuerdo con los planteamientos de Podemos.
¿Qué propone?
¡Estamos demoliendo el sistema! Hace falta una renovación política, pero
con altura de miras. Es urgentísimo que lleguemos a un consenso
nacional para que todos apoyemos la regeneración pública desde los
partidos políticos. No estoy por la crítica demoledora sino por el
encuentro y el debate constructivo buscando el bien común. No hay mayor
corrupción que situar a personas ineptas en puestos de responsabilidad.
En política deben estar los mejores. La política no puede ser una
profesión; no pueden estar siempre los mismos.
¿La Biblioteca tiene ideología?
Me enorgullezco de que la Biblioteca de Castilla-La Mancha sea un núcleo
de libertad y una casa de valores. Las bibliotecas tienen que salvar
barreras y acoger a personas de todas las ideologías. Tienen que ser la
casa de todos. En este mundo estamos condenados a entendernos y las
bibliotecas son el mejor escenario para ello porque son la puerta más
democrática de acceso a la información, a la cultura y a la educación.
Además, en este momento de crisis política es importante purificar la
vida pública. Los partidos y los gobiernos deben estar al servicio de
los ciudadanos y no de sus intereses particulares. Nadie tiene la verdad
absoluta, que se encuentra entre todos con diálogo y con respeto.
A usted le ofrece el puesto de director de la Biblioteca de
Castilla-La Mancha el Gobierno de Cospedal después de haber trabajado
mano a mano con José María Barreda. ¿Cómo es posible?
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"Llamé a Marcial Marín para decirle que había sido director de gabinete con Barreda" |
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Nunca he militado en ningún partido político porque de todos ellos hay
cosas que no comparto y porque no quiero estar asediado por el imperio
de la norma. Es verdad que he colaborado en puestos de responsabilidad
con gobiernos del PSOE, pero siempre he mostrado una postura real de
independencia. Siempre he trabajado con la mayor honestidad, con lealtad
y pensando en que estaba haciendo un servicio a los ciudadanos. Fui
director de gabinete de Educación y Cultura con José María Barreda,
también en Relaciones Institucionales y en Vicepresidencia. Cuando
acepté dirigir la Biblioteca de Castilla-La Mancha yo mismo llamé al
consejero de Educación y Cultura, Marcial Marín. Le dije: "Consejero, no
sé si sabes que he sido director de gabinete con José María Barreda".
Me dijo que lo sabía pero que yo era la persona idónea para dirigir la
Biblioteca. Ahora, dos años después, no puedo tener queja. No tengo más
que agradecimiento para el Gobierno que me ha nombrado.
Antes decía que en política deben estar los mejores. ¿Quién ha sido el mejor consejero de Cultura de Castilla-La Mancha?
(Se lo piensa y ríe) No, no. No sabría decirte. Ha habido de todo, mucho
movimiento. Algunos buenos consejeros y otros malos consejeros. Me
sorprende que en algunos momentos, en Castilla-La Mancha, han durado muy
poco los consejeros de Cultura y, sobre todo, las consejeras. Por algo
será. Cuando una persona está en un puesto y no lo hace bien, lo lógico
es que no siga. Lo que les he pedido a todos es que mimen a las
bibliotecas.
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"El alcalde de Toledo no ha venido a la Biblioteca desde que soy director" |
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¿Los políticos pisan la Biblioteca de Castilla-La Mancha?
¡Los políticos tienen que venir a las bibliotecas! Aquí viene el
consejero de Educación muchas veces, ha venido la presidenta Cospedal,
hemos tenido a tres expresidentes de Castilla-La Mancha... El alcalde de
Toledo no ha venido desde que soy director, aunque está invitado. Han
venido sus concejales pero me gustaría que Emiliano García-Page viniese a
la Biblioteca de Castilla-La Mancha.
¿Al pueblo le preocupa la salud cultural de la sociedad?
Ahora todo el mundo tiene claro que un centro de salud o un colegio es
un servicio público básico, pero no todo el mundo considera que la
biblioteca también es un servicio público esencial. El problema es que
las bibliotecas no han estado lo suficiente en la agenda de los
políticos españoles y no se han consolidado como derecho. Tenemos que
hacer bibliotecas fuertes, que los políticos vean que se utilizan
masivamente y, por tanto, son rentables socialmente. A mí la cultura de
escaparate no me gusta. Es mucho más fructífero invertir 10.000 euros en
un programa de la Biblioteca de Castilla-La Mancha que en un gran
concierto.
¿Está pensando en el Año Greco?
Sí, por ejemplo. Este tipo de eventos es muy bueno para las ciudades
porque viene mucho turismo, pero no comparto que se gaste muchísimo en
una cultura de escaparate, con grandes conciertos y exposiciones, y muy
poco en bibliotecas. No digo que no tengamos que hacer un gran
concierto, pero mi visión de la cultura es mucho más participativa, de
servicio a la comunidad.. Lo que pido a las instituciones es que no hay
esa desproporción entre los grandes eventos culturales y el trabajo de
base con los ciudadanos que se hace en las bibliotecas o en los museos.
¡En las bibliotecas de los barrios de Toledo no se ha hecho una mejora
en diez años!
Está Biblioteca, con 16 años recién cumplidos, ¿tiene algún complejo adolescente?
Hemos cumplido 16 años como Biblioteca de Castilla-La Mancha en el
Alcázar. Pero, en realidad, esta Biblioteca nace en el siglo XVIII y es
una de las más importantes del país. Tenemos 430.000 documentos entre
libros, audiovisuales, etc. ¿Qué nos falta? La Biblioteca se nos está
quedando pequeña para guardar fondos. Estamos intentando que se reabra
un proyecto para construir un gran depósito bibliográfico en Santa María
de Benquerencia, algo que quedó paralizado hace algunos años por la
situación económica. En el Miradero tenemos un depósito bibliográfico,
que iba a ser provisional, pero necesitamos otro.
¿Cuáles sus principales fortalezas?
Tenemos dos sectores que son nuestro público preferido: las personas con
dificultades y los jóvenes. Todavía hay mucha brecha digital, mucha
gente sin ordenador y sin ADSL. Esa gente tiene derecho a acceder a la
información a través de recursos públicos. Para eso están las
bibliotecas. Además, estamos intentando atraer a los jóvenes. Hemos
conseguido que se creen cuatro círculos de lectura de jóvenes, que no
había ninguno. Pero es que hay otros cuatro de niños, otros cuatro de
personas con discapacidad cognitiva y veinte más de adultos.
¿Cuántos toledanos tienen carné de la Biblioteca de Castilla-la Mancha?
Tenemos en torno a 200.000 préstamos al año y más de 41.000 usuarios con
carnet. Eso es el 50 por ciento de Toledo. ¡Es una bestialidad! En
Castilla-La Mancha más del 30 por ciento de los ciudadanos es socio de
alguna biblioteca. ¡Eso es muchísimo! Al colegio vamos porque es
obligatorio y al hospital porque no tenemos más remedio, pero a las
bibliotecas se viene libremente. ¡Esa es la grandeza!
¿Qué presupuesto tiene la Biblioteca de Castilla-La Mancha?
Tenemos
una plantilla muy consolidada, de más de 60 personas. El presupuesto
más importante de la Biblioteca es el de personal y el de instalaciones,
que ronda los dos millones de euros. Eso lo pagan anualmente todos los
ciudadanos a través del Gobierno regional. Luego, en cuanto a
presupuesto para adquisiciones bibliográficas hemos sufrido una bajada
muy grande. Esta Biblioteca llegó a tener 240.000 euros anuales para
comprar libros y este año, por ejemplo, hemos tenido solo 30.000 euros.
Pero estamos haciendo de la necesidad virtud y, como durante la época de
vacas gordas fuimos almacenando en los graneros, ahora estamos sacando
muchas colecciones adquiridas otros años para que los usuarios las
disfruten. Para actividades culturales tenemos un presupuesto de 10.000
euros, cuando antes estaba en torno a 50.000 euros. Sin embargo, ahora
estamos haciendo más actividades que nunca en la Biblioteca. Solo el año
pasado fueron cerca de 800. ¿Cómo lo hacemos? Trabajando en complicidad
con la sociedad civil, llamando a autores y creadores para que
presenten sus libros, no pagando a conferenciantes y buscando
mecenazgos.
Ahora está muy de moda hablar de colaboración público-privada. ¿Le parece un modelo adecuado para financiar las bibliotecas?
En época de crisis la Biblioteca no puede pararse, no puede dormirse.
Tenemos que buscar la complicidad de la sociedad y de otras
instituciones. El año pasado, de esta manera, conseguimos 30.000 euros
extra para actividades culturales. Por ejemplo, firmamos un convenio con
Caja Rural Castilla-La Mancha, que financió el programa "Pasión por
leer"; otro con la Fundación La Caixa, que financia el programa
"Biblioteca Solidaria"; Soliss ha patrocinado algunas iniciativas
nuestras...
¿Quién decide qué libros se compran para la Biblioteca?
Ahora que tenemos un presupuesto tan pequeño es muy difícil decidir. Si
en España se editan 100.000 títulos al año, al final solo podemos
adquirir unos 5.000. Cada departamento nos hace sus propuestas
especializadas y también atendemos las peticiones de los ciudadanos, que
tienen la opción de proponernos la compra de un determinado libro.
Nosotros valoramos si ese libro tiene interés para la comunidad y,
normalmente, decimos que sí porque sus propuestas suelen ser muy
interesantes. Luego están los clubes de lectura, que son nuestros
clientes VIP. A un club de lectura no le podemos decir que no porque
vienen todas las semanas a la biblioteca. Las editoriales se portan muy
bien, nos hacen precios especiales y nos hacen regalos. ¡Da gusto! Las
bibliotecas somos las grandes aliadas de los editores, su gran
escaparate. ¡En vez de pagar por los libros nos tendrían que pagar ellos
por la publicidad que les hacemos!
¿Qué lee el director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha?
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"A veces me da vergüenza estar en la presentación de algún libro que ni siquiera he visto" |
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Mucha gente me dice que tengo un trabajo muy bonito, rodeado de libros.
¡Pero ahora tengo muy poco tiempo para leer! A veces me da vergüenza
estar en la presentación de algún libro que ni siquiera he visto. ¡Y lo
digo públicamente! Pero es que aquí tengo que gestionar. Cuando no se
averían los ascensores falla la climatización. ¿Qué leo? Leo mucha presa
digital porque es muy importante estar informado, leo mucha literatura
relacionada con bibliotecas, leo poesía... Ahora tengo como libro de
cabecera "El don de la batalla", de María Luisa Mora. Es fantástico. Me
gusta mucho la literatura relacionada con Toledo. No me gustan los best seller.
¿Lee en libro electrónico o todavía se resiste?
De momento leo en papel. Me sigue gustando mucho. Aunque el patrimonio
digital vaya siendo cada vez mayor no va a acabar el libro en papel. Va a
haber una convivencia. En las bibliotecas de Castilla-La Mancha ya se
prestan libros electrónicos.
¿No teme que el libro electrónico convierta a las bibliotecas en un simple archivo sin vida?
Yo estoy tranquilo. Las bibliotecas no solo no van a desaparecer sino
que se van a reforzar. Hay gente que piensa barbaridades como que las
bibliotecas y los bibliotecarios ya no hacen falta porque ya está
Internet. Otra gente ha escrito cosas como que las bibliotecas van a
desaparecer. ¡Eso es mentira! Las bibliotecas son lugares de encuentro,
de convivencia, de debate, de conservación del patrimonio. Eso no lo
puede suplir Internet.
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