El libro, viajero ilustre por los pueblos toledanos*
El
día 19 de febrero del presente año se reanudó en nuestra provincia el
funcionamiento del servicio de Bibliotecas Móviles (Bibliobuses). Habían transcurrido más de 2 años de inactividad de
dicho servicio y existían temores y recelos sobre la reacción del público. Y no hay duda de que ésta ha sido
tremendamente favorable: los lectores aumentan estrepitosamente. Parece como si
todo el ansia de LEER hubiese estado contenido, reprimido, y ahora se desbordase
en alegría y esperanza. En aproximadamente 6 meses de prestación real del
servicio, se han registrado 9.337 inscripciones de socios en los 121 pueblos
que visitan los 4 bibliobuses. Esta cifra resulta muy importante, y como dato
significativo podemos señalar que en el primer año de funcionamiento (9-7-73 a
31-7-74) el número total de socios fue de 8.193, repartidos entre 179 núcleos
de población. Es decir, en la mitad de tiempo y con 58 localidades menos, han
aumentado los lectores. La primera consecuencia práctica que deducimos de estas
cifras comparativas es que lo más difícil es empezar, desbrozar el camino. Una
segunda consecuencia es que a mayor número de vehículos-bibliotecas aumenta la
eficacia del servicio: en el primer año existían 2, después 4. Ahora sería
necesario aumentar a 6 bibliobuses para potenciar la campaña.
De
todos modos, la labor efectuada hasta el momento permite la esperanza: terminar
de una vez con el desencanto de este país, de esta provincia, de esta ciudad. A
nuestro alrededor oíamos repetidamente el término apatía como definitorio de los toledanos. También escuchábamos que
hay que interesar a los jóvenes para que se aficionen a actividades tan
culturales y formativas como el teatro, el cine, el libro, ... y se dejen de
tanto pasotismo, tanta discoteca y tanto rock.
¿Hasta cuando hemos de escuchar que el toledano es apático por naturaleza y que
no se puede esperar nada de esa juventud pasota
y desinteresada de cuanto le rodea? Estamos abiertamente en contra de esa
teoría de la apatía y creemos que basta con organizar actividades de todo tipo
para demostrar lo contrario: el toledano participará y vivirá ese nuevo
ambiente. Que se dice que no lee, démosle un libro; que no ama el teatro,
traigamos representaciones; que no le preocupa la música, organicemos
recitales. Nuestra sociedad se ve agarrotada por los tópicos, que a su vez
suministran la necesaria desesperanza para fomentar la inactividad. Rompamos lo
tópicos, Y respecto a los jóvenes, ¿de qué nos quejamos y de qué nos sorprendemos?
Tenemos la juventud que hemos heredado, casi la que hemos querido. ¿Qué ofrece,
por ejemplo, nuestra ciudad a los jóvenes de 15 a 18 años? ¿Cuántos clubs
juveniles, cuántas bibliotecas populares en los barrios, qué instalaciones
deportivas? ¿Qué van a hacer unos jóvenes que dejaron los estudios y no
encuentran trabajo, qué otros jóvenes que estudian y desean ocupar su tiempo
libre?
Nuestra
ciudad, como todo el país, tiene un nuevo ayuntamiento, esta vez democrático.
El de Toledo, prepara actualmente una ambiciosa planificación cultural para el
año próximo (pese a encontrarse en precarias condiciones económicas). Si se
hace una difusión adecuada de cuantos acontecimientos se realicen, Toledo –el
pueblo toledano- responderá y se habrán roto los tópicos.
Ya
se han roto en el caso de la lectura (al menos en los pueblos donde llegan los
bibliobuses. En nuestra ciudad, el problema de la Biblioteca Pública sigue
latente). A la vista del cuadro siguiente, tenemos que creer en la esperanza:
en nuestros pueblos más modestos ya hay más de un 7% de lectores, que
aumentarán considerablemente en breve plazo de tiempo, siempre que el servicio
se vaya adaptando a las nuevas y crecientes necesidades. De momento, la mayor
parte de los lectores son niños. Pero ¿qué mayor riqueza y porvenir que la
lectura en un niño?, un adulto-lector del mañana. ¿Y el hábito al libro, el
acostumbrarse desde la infancia a tener como amigo a un libro, ahora cada
quince días un amigo-libro, mañana quizá cada día un libro-amigo? Tenemos la experiencia
de adolescentes que comenzaron leyendo novelas del oeste o de otras aventuras y
al año leían ensayos de Don Miguel de Unamuno o de Ortega y Gasset. ¿Hay mayor
muestra de la labor ejemplar del libro y de un servicio que hace llegar el
libro a cada pueblo, como el visitante más ilustre, como el mensaje más
verdadero de la fraternidad y la cultura? Otro dato: el servicio se presta en
condiciones cualitativamente inferiores a las condiciones que marcan las normas
internacionales para estos casos: aquí, un bibliobús atiende a un promedio de
32.112 habitantes, cifra que es más del doble de la recomendada por países con
muchos años de experiencia en estas tareas, en los que el servicio de
bibliotecas móviles se considera eficiente y rentable culturalemente cuando
abastece a una población de 15.000 habitantes o 12.000 si es población más
dispersa. Según estas cifras –emanadas de las indicaciones de la UNESCO-, sólo
para cubrir las poblaciones menores de 3.000 habitantes, se necesitarían en
nuestra provincia 11 bibliobuses. Pedir, pues, un mínimo de 6 no parece
exagerado, sino un paso más en adecuar nuestras estructuras culturales a los
niveles internacionales.
RESULTADOS DEL SERVICIO DE BIBLIOBUSES DE 19-2-79 a 30-9-79 (1)
BIBLIOBUS
|
ZONA
|
Nº PUEBLOS
|
HABITANTES
|
Nº DE SOCIOS
|
%
|
“A”
|
Jara I
|
34
|
28.277
|
1.952
|
6,9
|
“B”
|
Sagra
|
27
|
35.943
|
2.068
|
5,8
|
“C”
|
Jara II
|
30
|
30.035
|
2.282
|
7,6
|
“D”
|
Mancha
|
30
|
34.193
|
3.035
|
8,9
|
TOTAL
|
121
|
128.448
|
9.337
|
7,3
|
(1)
Se exceptúan el mes de julio, por vacaciones, y la
2ª quincena de septiembre, por labores de catalogación, reposición de libros,
etc.
FUENTE:
Elaboración propia, con datos facilitados por el Centro Coordinador de
Bibliotecas de Toledo.
Y,
finalmente, una reflexión: en la primera
época de los bibliobuses, se atendía a 179 municipios; es decir, todos los
que no tenían y no podían tener legalmente abierta una Biblioteca Pública.
Ahora, al no disponer del número de vehículos adecuado para una cobertura
provincial racional y que sirviesen eficazmente a la población lectora a medio
plazo, los criterios se han modificado. El resultado es la eliminación de
bibliobuses en los siguientes casos:
a)
Ayuntamientos mayores de 3.000 habitantes, pues según las Normas para Bibliotecas Públicas deben tener su propia biblioteca.
b)
Las localidades que, siendo menores de 3.000 habitantes, se encuentran a una
distancia importante de Toledo, con lo que no es posible incorporarlos a las
rutas (ello llevaría implícitas una jornadas laborales de 12 ó 14 horas, que
supondrían un número de horas extraordinarias mensuales superior al que permite
la vigente Ley de relaciones laborales).
En
definitiva, además de los pueblos mayores de 3.000 habitantes (que deben tener
Biblioteca Pública) son 49 núcleos de población –generalmente los más
marginados y empobrecidos pueblos de la provincia- los que no reciben ni las
migajas de pan cultural que significan los libros quincenales suministrados por
las Bibliotecas Móviles. Pueblos de La Mancha, La Jara y los Montes de Toledo.
Pueblos en donde el curso de la vida no se inmuta por esta inasistencia
cultural, tan peligrosa para nuestra sociedad como la sanitaria o la educativa.
Pueblos que son marginados por el mero hecho de estar un poco más lejos de la
capital (¿no se había extinguido el centralismo?). Pueblos, en suma, sin ni
siquiera fuerzas para pedir justicia y reclamar su derecho a la lectura, tal
vez tan sólo por la sencilla razón de que cada vez son menos, para protestar,
porque muchos de estos pueblos se han ido convirtiendo en un auténtico
despoblado.
Sería
muy triste que a las eternas desigualdades que nos aquejan se añadiese esta
otra, casi institucionalizada, entre los pueblos de una misma provincia, unos
con derecho (con posibilidad) a leer y otros con derecho sólo (sin posibilidad)
a poder soñar con un libro.
El
Ministerio de Cultura y la Diputación Provincial, mecenas principales de la
obra, deben esforzarse aún más en proteger esta admirable tarea educativa que
gestionó para Toledo el Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas. Hace
varios días, un verdadero humanista, Joaquín Ruiz Jiménez, recordaba en una
conferencia sobre la Universidad (su razón
y su sin razón) las recomendaciones
de la UNESCO para los países en el sentido de que el presupuesto para la
educación debería de ser del orden del 25% del total. Ello no parece factible,
ciertamente, hoy. Pero sí es legítimo reclamar en el conjunto de la política
educativa y cultural del Estado una mayor atención a las bibliotecas, en sus
diversas vertientes. Toledo puede dar ejemplo al país: provincia pionera en el
servicio de bibliobuses en cuento a la cobertura total de su territorio
mediante estas bibliotecas, hoy se ve obligada a abandonar a muchos de sus
pueblos. Esa atención que reclamábamos al Estado hacia la dotación de
bibliotecas, la solicitamos a nuestros organismos provinciales: que apoyen con
todas sus fuerzas y medios a su alcance un servicio verdaderamente modélico y
entrañablemente popular. Que de nuevo Toledo sea La Ejemplar.
Y a nuestros pueblos hoy
marginados, a sus autoridades y educadores principalmente, les llamamos a la
reflexión y al convencimiento de que sus gentes necesitan libros. Libros para
ser libres. Libros para conocer nuestro pasado y nuestra realidad actual.
Libros para que el campesino obtenga un guía de primera mano para mejorar sus
cultivos. Libros para todos los hombres, en sus diversos campos profesionales,
porque conozcan que el libro es auxiliar imprescindible para el ejercicio de su
labor. Libros para que el anciano no aguarde sólo la llegada del último viaje
contemplando el paso del tiempo. Libros
para enriquecer a una comunidad humana que aspira a ser autónoma. Libros para
que las nuevas generaciones crezcan con una mentalidad abierta, tolerante y
respetuosa de todas las ideas, par que un día realmente la imaginación pueda
llegar al poder: una imaginación que salve al Hombre y le guíe por el camino de
la verdad y la justicia.
Y, finalmente, un grito, una voz
fuerte, un llamamiento desde La Voz del
Tajo, a todos esos pueblos toledanos, para que reclamen su derecho al LIBRO
y a la LIBERTAD de creación mediante la continuada lectura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario