sábado, 5 de julio de 2008

¿Política cultural en Toledo?




¿Política cultural en Toledo?


            Me parece muy positivo que se haya celebrado un primer debate sobre el estado del municipio toledano, e igualmente es un logro democrático que el centenar de propuestas aprobadas haya gozado de consenso y se hayan tenido en cuenta las ideas e iniciativas de los tres grupos políticos presentes en el ayuntamiento de Toledo.
            Pero dicho lo anterior, no puedo sumarme sin más al coro que ensalza estas propuestas, que pueden tener muchas lecturas. Personalmente me centraré en un ámbito: la cultura. ¿Tiene política cultural el ayuntamiento de Toledo? Desde luego si repasamos una a una las medidas aprobadas tenemos que mostrar una profundísima preocupación: la cultura es, de nuevo, la gran olvidada de los políticos municipales, del conjunto de los partidos. Vemos que se mezclan iniciativas de muy distinto calado, pero los compromisos culturales brillan por su ausencia. Sólo leo dos medidas culturales, y ambas demuestran la poca ambición cultural del Consistorio: la número 43, propuesta por el PSOE, habla de difundir al comienzo de cada año las actividades culturales, y la 63, del PP, se refiere al “préstamo de libros a domicilio”, tal vez desconociendo que ese préstamo es un servicio ya realizado por las bibliotecas públicas existentes en la ciudad. Podrían relacionarse, en parte, la 93, relativa al estudio del “modelo de gestión del Palacio de Congresos”, y la 100, sobre utilización de nuevas tecnologías. Pero podríamos ser optimistas respecto a la integración de estas cuatro proposiciones si percibiésemos que el Ayuntamiento de la capital regional tiene un modelo de gestión cultural, una política cultural. Pero, lamentablemente, estas medidas forman parte de una lista como propuestas aisladas,  y no aparecen vertebradas en ninguna política cultural coherente y planificada.
            El alcalde, Emiliano García-Page, habla a menudo de estar pendiente de las cosas pequeñas, de lo cotidiano. Pero eso, que puede ser un valor en todos los ámbitos, necesita concreciones y planes estratégicos que permitan tener una visión del presente y del futuro. Aun a riesgo de ser injusto, porque sé que buena voluntad no falta, me permito hacer algunas observaciones que sólo pretenden aportar propuestas como ciudadano. Para ello presentaré tres artículos: este primero de carácter introductorio, un segundo analizando la situación de los centros culturales y el tercero que formulará una propuesta de modelo cultural.
            Si tenemos en cuenta el Programa electoral con el que concurrió el PSOE  a las elecciones municipales que dieron paso a esta legislatura, no hay duda de que en el apartado de cultura la medida estrella era la celebración del IV Centenario del Greco. La medida 78 expresaba radicalmente esta previsión: “Como opción de horizonte de trabajo giraremos en torno a un gran acontecimiento cultural de alcance internacional: EL GRECO, IV CENTENARIO, que se celebrará en el año 2014, para lo cual instaremos a los Gobiernos de Castilla-La Mancha y, también al de España, la constitución de la Sociedad para la celebración de los Actos conmemorativos del IV Centenario”. Construir  el Centro Regional de Expresión Artística y de la Música, establecer vínculos culturales con las ciudades y pueblos ribereños del Tajo, materializar el Museo de Escultura al Aire Libre, recuperar la festividad de San Ildefonso culminando con la “Noche de la Cultura de los Premios Ciudad de Toledo e impulsar las fiestas locales, es la rápida enumeración de todas las medidas prometidas por los socialistas para nuestra ciudad,  junto a propuestas para los distintos barrios. Es verdad que en el apartado de Turismo, el compromiso de terminar el Palacio de Congresos y de dotarle de un importante contenido cultural, de congresos, turístico y social, podría suponer otro eje en la cultura del municipio.
            ¿Conforman estos compromisos la política cultural del ayuntamiento de Toledo? ¿Son coherentes estas grandes propuestas con la filosofía del alcalde de hacer una política pegada a los ciudadanos? Me temo que no. No estoy en contra de las grandes conmemoraciones culturales, y más si sirven para proyectar la imagen de nuestra ciudad o nuestra región en España y en el mundo. Pero las políticas culturales no pueden basarse sólo en grandes exposiciones, en conciertos singulares, en espléndidas publicaciones, en vistosos y propagandísticos concursos, etc. Una política cultural ha de dar respuesta a la vida cotidiana de los ciudadanos, contribuir a su formación permanente y constituir una opción de ocio constructivo. Destinar la mayor parte de los recursos públicos a desarrollar una política cultural de escaparate es un error y una muestra de que una institución o Administración carece en realidad de una política cultural democrática al servicio de toda la comunidad.

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