¡Qué buenos
vasallos si hubiera buenos señores!
En el VIII Congreso Nacional de
Bibliotecas Públicas, que se desarrolló en Toledo en noviembre de 2016, se
vieron experiencias novedosas y se trató sobre los nuevos espacios
bibliotecarios. En esos días insistí, por distintos medios, en el trabajo
esencial que se desarrolla en pequeñas bibliotecas, en general en una región
como Castilla-La Mancha donde existen indicadores muy expresivos de la
vitalidad de una biblioteca pública a pesar del olvido de buena parte de los
gobernantes de esta región hacia las bibliotecas.
Todos conocemos ejemplos de
buenas prácticas, especialmente en nuestras propias comunidades autónomas, de
bibliotecas pertenecientes a pequeñas localidades o a otras de mayor población
pero que destacan por el singular trabajo que realiza su bibliotecario único o
el equipo de profesionales. Dentro de las sucesivas miradas que estoy
realizando a las bibliotecas españolas a través de la Estadística Nacional
correspondiente al año 2015, hoy voy a considerar sólo un indicador:
actividades culturales por 1.000 habitantes. Aunque la media de actividades
organizadas por las bibliotecas españolas por 1.000 habitantes es de 4,64, el
mejor resultado de España lo tiene Castilla-La Mancha, con 17,16 actividades,
muy por delante de la segunda (Cataluña, 8,16) y las demás comunidades:
Asturias, 4,97; Extremadura, 4,77. El resto de comunidades autónomas tienen
cifras por debajo de la media nacional, que sube sin duda gracias a los datos
espectaculares de Castilla-La Mancha. Con datos regionales, encontramos en
Castilla-La Mancha un grupo de un centenar de bibliotecas municipales que
organizan más de 80 actividades al año por 1.000 habitantes, y de ellas cerca
de una treintena organiza entre 200 y 831 actividades por 1.000 habitantes. Las
características de estas bibliotecas son: pequeñas localidades, de incluso 200
habitantes, con espacios reducidos, normalmente una sala única que es
polivalente…y un bibliotecario generalmente contratado con una categoría de
auxiliar de bibliotecas, a media jornada. ¿Alguien puede considerar mejores
rendimientos con tan escasos medios?
En su momento recordé que entre las bibliotecas premiadas a nivel nacional con
los premios María Moliner que otorga el Ministerio de Cultura cada año, las
bibliotecas de Castilla-La Mancha consiguen bastantes premios; y en la edición
de 2016 el resultado ha sido totalmente espectacular: La biblioteca de
Cabanillas del Campo ganó el premio en la categoría de 5.000 a 20.000 habitantes.
Y de las 6 menciones especiales, 4 han sido otorgadas a bibliotecas de esta
región: Villamalea, Azuqueca de Henares, Herencia e Illescas. Además, otras 58
bibliotecas de esta región han conseguido premios ordinarios, que equivalen al
20% del total de premios.
En una región en la que los
programas presupuestarios del Gobierno regional para bibliotecas públicas
llevan suspendidos desde 2011, con la leve ayuda que se ha producido para
contratación de bibliotecarios, ¿qué significan estos datos, los mejores del
país?
Como bibliotecario y defensor de
las bibliotecas desde hace décadas, tengo que mostrar mi felicitación a las bibliotecas
de Castilla-La Mancha y a sus profesionales, que realizan estos programas de
actividades a menudo sólo gracias a su esfuerzo e imaginación y muchas veces
sin apenas presupuesto. Desde luego sin ninguna ayuda del Gobierno de
Castilla-La Mancha, que entre los programas que suspendió fue el de “Biblioteca
abierta”, para desarrollar actividades culturales.
En verdad, si se están dando
estos resultados sin apoyo político, ¿qué no harían las bibliotecas de nuestra
región si los políticos no fueran tan miopes y no tuvieran en la marginación
más absoluta a las bibliotecas? ¿Qué ocurriría en esas pequeñas localidades sin
biblioteca o sin bibliotecarios? El problema es que se han cerrado bibliotecas
y son muchos los municipios que ya no reciben visita de los bibliobuses. Y la
situación se hace asfixiante sin que el Gobierno Regional reacciones. Y es el
gobierno socialista, al que ahora se suma Podemos, quien no parece valorar la
cultura ni las bibliotecas.
He criticado duramente el acuerdo
presupuestario PSOE/PODEMOS por el olvido al que someten a la Cultura en
general y a las bibliotecas en particular. Pero estos datos maravillosos que
ofrezco, y que viven cada día los ciudadanos de Castilla-La Mancha, deberían
hacer reflexionar al Gobierno Regional y a las Diputaciones Provinciales;
también a muchos ayuntamientos, como el de Toledo, sumergido en la parálisis en
sus cuatro bibliotecas; y no digamos el de Guadalajara, la única capital de
provincia que no tiene ni una sola biblioteca pública municipal ¡Qué vergüenza!
No es momento ahora para exponer
con detalle las realizaciones de esos profesionales, que se sienten respaldados
por sus usuarios y por unas corporaciones municipales que hace tiempo descubrieron
las bondades y necesidad del servicio bibliotecario.
El derecho a leer y a la
información y, en general, a disfrutar de servicios bibliotecarios de calidad
lo tienen todos los ciudadanos, aunque vivan en una pequeña localidad olvidada
del mundo.
En noviembre, escribí: “Ahora se
empieza a hablar de los presupuestos de 2017: ¿Corregirán el desgraciado cambio
de rumbo que se inició en 2011 y aún no ha sido modificado? El Gobierno
Regional convocaba ayudas para los programas de actividades culturales
(“Biblioteca abierta”), para contratar y mejorar las condiciones de los
bibliotecarios, para adquisiciones bibliográficas y de audiovisuales, para
equipamiento…. Nada quedó de esa labor que fue pionera en todo el país. Pero el
Gobierno regional no ha modificado esa deriva. Espero de la sensibilidad del
consejero, Angel Felpeto Enríquez, que consiga convencer al Consejo de Gobierno y que en el
debate parlamentario las bibliotecas constituyan una prioridad regional. Ahora
estamos a tiempo.”
Pero, de momento, más de lo
mismo: olvido y marginación, presupuestos raquíticos y eso sí declaraciones
institucionales una tras otra que no se compadecen en ningún caso con la
realidad.
Los políticos, ¿no conocen el
cuento de Pinocho? A muchos les va a crecer la nariz, ¿y qué razón utilizarán
para justificar esa situación embarazosa?
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