¿Una
red regional de bibliotecas condenada a la asfixia o la desaparición?
Mi
cuarta mirada a la estadística nacional de bibliotecas del año 2015.
Escribí en una ocasión que
las bibliotecas de Castilla-La Mancha eran una constelación de estrellas que
iban a dar luz a nuestra región. Era todavía un tiempo en el que el Gobierno autonómico
apoyaba a las bibliotecas y animó a los ayuntamientos a que tuvieran este
servicio básico. Luego, la crisis económica hizo que se abandonara esa
política. No fue cuando el cambio de gobierno: la crisis en las bibliotecas
empezó en 2010. Aprovechando la biblioteca regional, enseñaba lo que era una
biblioteca y los ayuntamientos asumieron el reto. La Junta puso en marcha una
política bibliotecaria basada en los criterios de cofinanciación y
corresponsabilidad. Convocó y otorgó subvenciones para contratar
bibliotecarios, comprar fondos, para equipar las bibliotecas, hacer actividades
de animación, incluir soportes electrónicos e informatizar. La Junta siempre
hizo de punta de lanza, pero las dificultades de tesorería sirvieron para no
volver a convocar las ayudas. Todo eso
se abandonó y luego vinieron los cuatro años con gobierno del PP y se mantuvo la
falta de apoyo a las bibliotecas.
Después de dos años la
Junta, por primera vez en tantos años, ha vuelto a sacar el programa de
contratación de bibliotecarios con una cantidad de 600.000€, que es pequeña
-menos es nada- y ojalá sea el principio para que la Junta recupere su
protagonismo, porque los ayuntamientos tienen muchas dificultades económicas y
están sacando adelante sus bibliotecas sin apenas presupuesto; prácticamente
pagando el gasto del bibliotecario, sin dinero para adquisiciones
bibliográficas, actividades, etc. Creo que la crisis se ha cebado más con las
bibliotecas que con otros sectores.
Y hoy, en una nueva mirada a
las estadísticas bibliotecarias de nuestro país correspondientes al año 2015,
voy a mostrar tres indicadores positivos de nuestra región, que deberían animar
al Gobierno Regional a recuperar su política bibliotecaria progresista, que fue
ejemplo para otras regiones.
Primer indicador: HABITANTES POR
BIBLIOTECA.
¡Cómo no considerar el
número de bibliotecas que existe en cada región! Si tenemos en cuenta el
indicador “Habitantes por biblioteca”, en España la media es de 10.108
habitantes por cada biblioteca. Las comunidades autónomas con mejor situación y
que están a la cabeza en el país son Extremadura (que tiene una biblioteca por
cada 2.848 habitantes) y Castilla-La Mancha (una biblioteca por 4.100 habitantes, que por desgracia ha subido en 2015 con
motivo del cierre de bibliotecas). En tercer lugar está Aragón (una biblioteca
por 5.014 habitantes) y en cuarto lugar
Castilla y León (una biblioteca por 7.721 habitantes).
En el polo
opuesto están Madrid (una biblioteca por 28.240 habitantes), Cataluña (una
biblioteca por 19.239 habitantes), Murcia (una biblioteca por 14.503
habitantes), Canarias (una biblioteca
por 13.388 habitantes) y La Rioja (una
biblioteca por 13.158 habitantes).
Segundo indicador:
SUPERFICIE
ÚTIL BIBLIOTECARIA (M2)
POR 1.000 HABITANTES
En este indicador, la media
nacional es de 34 m2
por 1.000 habitantes. Navarra está
a la cabeza, con 76 m2 y la segunda posición la ocupa
Castilla-La Mancha, con 56 m2,
seguidas de Extremadura (45), Cataluña 43 Castilla y León (42) y País Vasco (40). En la parte baja de la tabla
están Canarias (21), Baleares (22), Andalucía (26) y Madrid (27).
Tercer indicador:
PUESTOS DE LECTURA POR 1.000 HABITANTES
La media
española en este indicador es de 6,53 puestos de lectura por 1.000 habitantes. Castilla-La Mancha es la comunidad
autónoma que está a la cabeza en este indicador (con 13,04 puestos por cada
1.000 habitantes). Después figuran Extremadura (10,51) y Navarra (10,17)
ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE ESTOS INDICADORES
Estos
datos muestran que algunas regiones han desarrollado políticas bibliotecarias
más democratizadoras del servicio de biblioteca pública.
Una
política adecuada de los algunos gobiernos regionales, como fue el caso de
Castilla-La Mancha, consiguió estimular
a los ayuntamientos a establecer bibliotecas municipales y a mantenerlas pues
se dieron cuenta de la importancia que una biblioteca tenía para sus
comunidades
Y aunque parezca mentira, se
consiguió que la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, con un PIB bajo y
con indicadores socioeconómicos preocupantes, mantiene, a pesar de los recortes
y la parálisis de las Administraciones Públicas en sus políticas de bibliotecas
municipales, unos indicadores bibliotecarios que en muchos casos destacan sobre
la mayoría de regiones españolas.
El problema es que hemos
puesto en marcha una Red de Bibliotecas Públicas muy importante, y
probablemente la más democrática del país, y ahora se la está asfixiando y en
algunos casos dejando morir. Es como si en una familia numerosa se tienen
muchos hijos y luego no se les da de comer, no se les ofrece educación….
Por tanto, estas cifras sólo
sirven para mostrar que una región, incluso con pocos recursos, puede, si
trabaja con cabeza y pensando en el bien de los ciudadanos, puede ofrecer unos
servicios públicos (en este caso bibliotecas) muy dignos. Pero lo que no
podemos hacer es construir una red de 500 centros, de los que ya se han cerrado
un buen número y asfixiarlos ahora sin recursos para lo más básico en una
biblioteca: adquirir libros y audiovisuales, abonar suscripciones de prensa y
revistas, pagar dignamente a los bibliotecarios, mejorar sus espacios,
organizar actividades culturales y de animación a la lectura.
Como vengo denunciando, no
hay previsiones de mejora en los próximos Presupuestos generales de la Junta,
que están pactando el PSOE y PODEMOS. Y me pregunto, ¿serán tan miopes, tan
soberbios o tan insensibles a unos servicios culturales básicos como son las
bibliotecas? Aún tienen los partidos políticos la posibilidad de incluir
mejorar en estos presupuestos. Invito a esos dos grupos y también al PP a
presentar enmiendas que hagan posible la recuperación de algunos de los
programas bibliotecarios, especialmente los dirigidos a las bibliotecas
municipales, las más abandonadas en estos momentos. Si no lo hacen luego no me
digan que son grandes defensores de la Cultura y de las Bibliotecas. De verdad,
que uno ya va siendo mayor…
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