DÍA DEL
LIBRO 2018.
Informe de Juan Sánchez Sánchez sobre las
bibliotecas públicas en España
Más
de tres mil municipios españoles carecen de cualquier tipo de acceso a
servicios de biblioteca pública. El
informe revela las grandes desigualdades que en este servicio padece nuestro
país.
La biblioteca
pública es la puerta democrática de acceso al conocimiento, la cultura, la
información, la educación permanente y el ocio positivo. Frente a
quienes piensan que las bibliotecas en la era de Internet no son tan
necesarias, se equivocan. Cada vez más las bibliotecas tienen un compromiso
social que amplía nítidamente sus actividades: junto a los tradicionales
servicios de lectura en salas, préstamo, preservación de las colecciones,
cuentacuentos, presentaciones de libros…. Las bibliotecas constituyen hoy un
lugar de encuentro y convivencia, un centro de debate y propuestas ciudadanas,
un servicio para la solidaridad y la integración sin barreras de ningún tipo…
Pese al
gran avance experimentado en España durante la época democrática en el servicio
bibliotecario no se han corregido algunas de las carencias y desigualdades más
graves. Y lo que es peor, no existen iniciativas para eliminar esas
desigualdades. Los años de crisis económica en España han propiciado el descenso
de presupuestos para las bibliotecas, la parálisis de planes inversores, el
descenso en las adquisiciones de obras e incluso el descenso de horario de
atención al público y el cierre de bibliotecas municipales.
El
presente informe se realiza en base a la Estadística
de Bibliotecas correspondiente al año 2015, realizada por el Ministerio de
Educación, Cultura y Deportes en colaboración con las comunidades autónomas: Las
Bibliotecas Públicas Españolas en cifras, en el enlace: http://www.mecd.gob.es/cultura/areas/bibliotecas/mc/ebp/presentacion.html
1)
EL MARCO
LEGAL.
El conjunto de Administraciones
Públicas tienen competencias en este servicio público esencial para la sociedad
española, no siempre correctamente asumidas. Desde el inicio de la década de
los años ochenta del siglo XX, clamé por una Ley de
Coordinación Bibliotecaria estatal, que sirviese de Ley-marco para el conjunto
del país. La promulgación, por fin, de la Ley 10/2007, de 22 de junio, de la lectura,
del libro y de las bibliotecas, no sirvió para corregir los muchos
aspectos que precisaban una regulación nacional. Por otro lado, las
legislaciones autonómicas, distintas y distantes en forma, tiempo y características
de los servicios de biblioteca pública, no han resuelto en muchos de los casos
la pregunta crucial de quién tiene la obligación de crear y sostener una
biblioteca pública. En muchas regiones el listón para crear bibliotecas
públicas se situó en los 5.000 habitantes que marcó la Ley de Bases de Régimen
Local. Otras optaron por los 3.000 habitantes que tradicionalmente recomendaba
la UNESCO. Hay regiones que han sido más democratizadoras de este derecho y
situaron en 2.000 e incluso en 1.000 habitantes la frontera para que el
municipio contase con biblioteca pública, que es el caso de Castilla-La Mancha.
Estas legislaciones, junto al desarrollo de planes bibliotecarios más
progresistas o a programas regionales que han venido apoyando financiera y
técnicamente el desarrollo de bibliotecas públicas municipales, han
colaborado en articular un mosaico bibliotecario verdaderamente desigual de
unas regiones a otras y entre unos municipios y otros.
El Plan Cultura 2020,
aprobado por el Ministerio, no incluye medida alguna que corrija la situación
de desigualdad de las bibliotecas públicas en España y que intente una
verdadera Política de Estado en materia de bibliotecas públicas. La excusa
siempre es que las comunidades autónomas y las Administraciones Locales tienen
las competencias de gestión sobre el servicio bibliotecario, olvidando el papel
coordinador de la Administración General del Estado que consagra la
Constitución de 1978. Sólo hay que ver que en otros ámbitos, como el educativo,
incluye medidas relativas a los planes de lectura en centros docentes mediante
clubes de lectura.
2) UNOS
INDICADORES ESPECTACULARES.
Existen en España 4.610 bibliotecas públicas, que se conforman como el servicio cultural más accesible
al ciudadano, con un 96,6%
de la población
con servicio bibliotecario en su localidad.
El conjunto de bibliotecas
españolas recibió en 2015 un total de 109,8 millones de visitantes (usuarios). Las bibliotecas públicas disponían ese año de una
colección de más de 86 millones
de documentos (libros,
audiovisuales y otros soportes) realizándose en ese año 51,7 millones de préstamos de obras a domicilio.
3) CON
LA CRISIS CRECEN LOS SOCIOS DE LAS BIBLIOTECAS.
Con la
crisis económica, se ha incrementado el número de socios de las bibliotecas públicas:
más de 16,8 millones de
ciudadanos (un 36,23 % de la población). Sin duda no hay ningún otro servicio
no obligatorio que atraiga a más de un tercio de la población española. Es un
dato singular: aunque los presupuestos que se dedican a las bibliotecas
disminuyen, el número de socios aumenta poderosamente: en 2010 el porcentaje de
socios era de 28,72 %, por lo que se ha incrementado en cerca de ocho puntos.
Con la crisis, los ciudadanos utilizan más los servicios bibliotecarios, que
son gratuitos, en lugar de acceder a otro tipo de servicios de pago.
4)
LOS
RECURSOS: LAS BIBLIOTECAS SON BARATAS.
Las
bibliotecas precisan recursos tecnológicos, colecciones en todos los soportes y de unos
profesionales que son esenciales para el trabajo mediador y experto en cada una
de estos ámbitos. Los bibliotecarios son la piedra angular de las bibliotecas
y, junto a los usuarios, constituyen el doble corazón de una biblioteca
pública. Pero, por lo que se ve, las bibliotecas
públicas son baratas, o al menos así resultan: El año 2015, el conjunto de
Administraciones Públicas de nuestro país apenas gastaron una media de 9,53
€ por habitante, mientras que, por ejemplo, el gasto sanitario
por habitante ha sido en 2015 de 1.232 € por habitante. Pero, en esencia, la consideración política
que se tiene sobre el servicio de biblioteca pública se vislumbra en el
descenso presupuestario que desde 2011 aqueja a las bibliotecas públicas
españolas: en 2015 el gasto total ascendía a 499,5 millones de euros (443,4 en gastos corrientes y 56 millones en
inversiones). Aunque se había recuperado
algo, los presupuestos estaban lejos de las cifras del año 2010: un total
de 601 millones de euros.
5) BIBLIOTECARIOS, MOTOR DE LAS
BIBLIOTECAS.
Sin duda, los
profesionales constituyen la piedra angular de las bibliotecas y son su motor.
Según las estadísticas, en el año 2015 continúa el descenso del número de
empleados y se contabilizan en España un total de 12.532
trabajadores, mientras que en el año 2010 había 12.807. Pero
si hacemos la equivalencia a personal a tiempo completo, el total de empleados
es de sólo 10.724 Muy significativo me parece la relación entre número de bibliotecarios
con habitantes: Según este indicador “Habitantes por trabajador ETC”
(Equivalente a Tiempo Completo), en España había un
trabajador en bibliotecas por cada 4.341 habitantes. En la cabeza de esta tabla, está Castilla-La Mancha, que cuenta con un
bibliotecario cada 2.774 habitantes, seguida de Extremadura con 2.948 y
Castilla y León con 3.422 habitantes por trabajador.
Pero el análisis pormenorizado de la situación del personal
bibliotecario añade muchos problemas. En buena parte de las bibliotecas
municipales el bibliotecario no es contratado con el carácter de personal
técnico que desempeña sino con categorías auxiliares. Incluso las bibliotecas
de localidades pequeñas necesitan bibliotecarios con una jornada y tipo de
contrato que garantice su prestación de servicios de calidad a la comunidad
local.
6) ESPAÑA, PAÍS CON DESIGUALDAD
EN EL SERVICIO BIBLIOTECARIO.
España, un país con desigualdad en centros bibliotecarios. Por las distintas legislaciones y las diversas políticas bibliotecarias
desarrolladas, España hoy es un mosaico de desigualdad en la prestación de este
servicio público. En 2015 existe una biblioteca pública
por cada 10.099
habitantes. Si tenemos en cuenta este indicador
“Habitantes por biblioteca”, resulta que las comunidades autónomas con mejor
situación y que están a la cabeza en el país son Extremadura (que tiene una
biblioteca por cada 2.848 habitantes) y Castilla-La Mancha (una biblioteca por
cada 4.100 habitantes). Una política adecuada
de los gobiernos regionales consiguió estimular a los ayuntamientos a
establecer bibliotecas municipales y a mantenerlas pues se dieron cuenta de la
importancia que una biblioteca tenía para sus comunidades. En el polo opuesto
están Madrid (una biblioteca por 28.117 habitantes), Cataluña (una biblioteca
por 19.239 habitantes), Murcia (una biblioteca por 14.503 habitantes), Canarias
(una biblioteca por 13.388 habitantes) y La Rioja (una biblioteca por 13.158
habitantes). No sólo influye la población sino las políticas bibliotecarias más
democratizadoras de este servicio que se han seguido en las comunidades
autónomas.
7)
LAS COLECCIONES BIBLIOTECARIAS.
También hay desigualdad en las colecciones
bibliotecarias: la media nacional de libros u otros soportes
por habitante es de 1,85, con graves
diferencias: frente a la ratio de 3,43 que tiene Navarra o 3,18 Castilla-La
Mancha, que constituyen los mejores datos españoles, están Canarias con 1,15,
Madrid con 1,22, Andalucía con 1,27 y Murcia
con 1,29. El gasto en adquisición de colecciones es también significativo, y se
ha reducido considerablemente en los últimos años: con una media lamentable de
0,63 euros/habitante, País Vasco figura a la cabeza con 1,22 frente a 0,18 de
Andalucía y Canarias o 0,23 de Murcia.
8) LAS BIBLIOTECAS, BALUARTES
DE LIBERTAD
Con
la crisis económica y los recortes, en la mayoría de las regiones y en
numerosas localidades, las bibliotecas sobreviven a pesar de los escasos
recursos gracias a unos profesionales muy comprometidos con su actividad. Además,
las bibliotecas están muy bien valoradas por la sociedad. Y otra cuestión: las
bibliotecas son centros de libertad: a un centro educativo los ciudadanos van
obligados (en estudios obligatorios) e igual ocurre con los usuarios de la
sanidad. Pero a las bibliotecas los ciudadanos llegan libremente, gozosamente
libres. Por eso, que un tercio de la población española sea socio de una
biblioteca pública es un dato esperanzador y que debería hacer reflexionar a
los políticos españoles. Son datos mucho más relevantes que los aportados por
las distintas encuestas de hábitos culturales sobre lectura de libros, visitas
a las bibliotecas…
8)
LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS, MUCHO MÁS QUE LIBROS
Indudablemente, las bibliotecas son hoy mucho más que libros.
Son espacios para el encuentro, la convivencia, la creatividad, el debate…Las
bibliotecas que no tienen la obligación de conservar (sí la tienen las
bibliotecas nacionales, regionales y provinciales) serán cada vez más espacios
diáfanos para que los ciudadanos construyan su propia cultura. Las bibliotecas
incrementan su vertiente social y cada vez más deben trabajar en coalición con
la sociedad, con todo tipo de colectivos y entidades. Sin duda, un indicador en
este sentido son las actividades culturales de las bibliotecas. En las
estadísticas de 2015, el indicador “Actividades
organizadas por las bibliotecas por 1.000 habitantes”, ofrece una media
nacional de 4,64 actividades. En los
puestos más altos están las bibliotecas de Castilla-La Mancha (17,16), Cataluña
(8,16), Asturias (4,97) y Castilla y León (3,83) frente a Comunidad Valenciana
(0,17), Canarias (con 1,65), La Rioja (con 2,15), Murcia (2,25), Madrid (2,26)
y País Vasco (2,48). Es decir, una comunidad como Castilla-La Mancha, con unos
espacios pequeños, se sitúa a la cabeza de España en el número de actividades
organizadas por 1.000 habitantes. Indudablemente, junto al factor del espacio o
de las colecciones, hay otros ingredientes que tienen que ver en un mejor y más
eficaz servicio bibliotecario. Y ahí sin duda está el tema del personal
bibliotecario: a pesar de políticos que se empeñan en no apoyar nítidamente las
políticas bibliotecarias en los presupuestos públicos, la calidad y la entrega
de los profesionales que trabajan en las bibliotecas obra este gran milagro.
10) MÁS DE TRES MILLARES DE
LOCALIDADES ESPAÑOLAS SIN SERVICIO BIBLIOTECARIO.
En 2015 hay un dato verdaderamente escalofriante: 3.106 municipios españoles carecen de cualquier tipo de acceso a
servicios de biblioteca pública. Es cierto que ese altísimo porcentaje de
los municipios españoles que no tienen biblioteca o no reciben servicios de
biblioteca móvil se corresponde globalmente con un 3,4 % de la población, pero
los españoles no pueden sufrir discriminación alguna en razón de su residencia.
Además, aunque las estadísticas consideren que una ciudad determinada tiene
cubierto el servicio porque exista una biblioteca para 50.000, 70.000 o incluso
más habitantes, no podemos aceptar esta hipocresía estadística. Muchísimas
ciudades y grandes poblaciones carecen de verdaderas redes de bibliotecas.
CUARENTA AÑOS
EN DEFENSA DE LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS.
Desde 1978 Juan Sánchez Sánchez viene publicando en los medios de
comunicación y a través de jornadas técnicas, congresos y conferencias sus
ideas en defensa de la biblioteca pública. Coincidiendo con la presentación de
mi quinto libro sobre bibliotecas, Desde la arena de la biblioteca pública, he elaborado este informe, un decálogo con las claves de las bibliotecas
públicas en España, que resume la situación de este servicio público y la
necesidad de articular una verdadera política de Estado en esta materia con la
participación de las distintas administraciones públicas.
Con esta obra se conforma una verdadera PENTALOGÍA SOBRE LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS EN ESPAÑA. Primero fue el
libro Combates por la biblioteca pública en España (Almud Ediciones
de Castilla-La Mancha, 2006). Después se publicó En defensa de la biblioteca pública (Almud Ediciones de Castilla-La Mancha,
2012). Ambas obras incluyen buena
parte de las investigaciones, conferencias, artículos y otros trabajos escritos por el autor en el
ámbito de las bibliotecas. La tercera obra fue Rebelión por la biblioteca (Ledoria, 2013), una novela corta
dirigida a todos los públicos y especialmente a los jóvenes en la que se resaltan
los valores esenciales de una biblioteca y se conforma todo un manual para
ciudadanos defensores de las bibliotecas. A lo que ya conformaba una trilogía
se añadió una cuarta obra, con formato de ensayo, titulada Elogio de la biblioteca pública (Buenos Aires: Alfagrama, 2017). Y
ahora, el quinto libro: Desde la arena de la biblioteca pública (Almud
Ediciones de Castilla-La Mancha, 2018), que incluye sesenta artículos de
opinión publicados desde 2012 hasta los inicios de 2018, y que recoge la
defensa de las bibliotecas durante el período en el que el autor fue director
de la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha.
Con el presente informe, Juan Sánchez sigue reivindicando una política
de Estado en materia de bibliotecas públicas.
Juan Sánchez Sánchez.
Ex Director de la
Biblioteca de Castilla-La Mancha
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