jueves, 19 de abril de 2018

Informe de Juan Sánchez Sánchez sobre las bibliotecas públicas en España


DÍA DEL LIBRO 2018.

Informe de Juan Sánchez Sánchez sobre las bibliotecas públicas en España

Más de tres mil municipios españoles carecen de cualquier tipo de acceso a servicios de biblioteca pública. El informe revela las grandes desigualdades que en este servicio padece nuestro país.

La biblioteca pública es la puerta democrática de acceso al conocimiento, la cultura, la información, la educación permanente y el ocio positivo. Frente a quienes piensan que las bibliotecas en la era de Internet no son tan necesarias, se equivocan. Cada vez más las bibliotecas tienen un compromiso social que amplía nítidamente sus actividades: junto a los tradicionales servicios de lectura en salas, préstamo, preservación de las colecciones, cuentacuentos, presentaciones de libros…. Las bibliotecas constituyen hoy un lugar de encuentro y convivencia, un centro de debate y propuestas ciudadanas, un servicio para la solidaridad y la integración sin barreras de ningún tipo…
Pese al gran avance experimentado en España durante la época democrática en el servicio bibliotecario no se han corregido algunas de las carencias y desigualdades más graves. Y lo que es peor, no existen iniciativas para eliminar esas desigualdades. Los años de crisis económica en España han propiciado el descenso de presupuestos para las bibliotecas, la parálisis de planes inversores, el descenso en las adquisiciones de obras e incluso el descenso de horario de atención al público y el cierre de bibliotecas municipales.
El presente informe se realiza en base a la Estadística de Bibliotecas correspondiente al año 2015, realizada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes en colaboración con las comunidades autónomas: Las Bibliotecas Públicas Españolas en cifras, en el enlace: http://www.mecd.gob.es/cultura/areas/bibliotecas/mc/ebp/presentacion.html

1)    EL MARCO LEGAL.

El conjunto de Administraciones Públicas tienen competencias en este servicio público esencial para la sociedad española, no siempre correctamente asumidas. Desde el inicio de la década de los años ochenta del siglo XX,  clamé por una Ley de Coordinación Bibliotecaria estatal, que sirviese de Ley-marco para el conjunto del país. La promulgación, por fin, de la Ley 10/2007, de 22 de junio, de la lectura, del libro y de las bibliotecas, no sirvió para corregir los muchos aspectos que precisaban una regulación nacional. Por otro lado, las legislaciones autonómicas, distintas y distantes en forma, tiempo y características de los servicios de biblioteca pública, no han resuelto en muchos de los casos la pregunta crucial de quién tiene la obligación de crear y sostener una biblioteca pública. En muchas regiones el listón para crear bibliotecas públicas se situó en los 5.000 habitantes que marcó la Ley de Bases de Régimen Local. Otras optaron por los 3.000 habitantes que tradicionalmente recomendaba la UNESCO. Hay regiones que han sido más democratizadoras de este derecho y situaron en 2.000 e incluso en 1.000 habitantes la frontera para que el municipio contase con biblioteca pública, que es el caso de Castilla-La Mancha. Estas legislaciones, junto al desarrollo de planes bibliotecarios más progresistas o a programas regionales que han venido apoyando financiera y técnicamente el desarrollo de bibliotecas públicas municipales,  han colaborado en articular un mosaico bibliotecario verdaderamente desigual de unas regiones a otras y entre unos municipios y otros.  
El Plan Cultura 2020, aprobado por el Ministerio, no incluye medida alguna que corrija la situación de desigualdad de las bibliotecas públicas en España y que intente una verdadera Política de Estado en materia de bibliotecas públicas. La excusa siempre es que las comunidades autónomas y las Administraciones Locales tienen las competencias de gestión sobre el servicio bibliotecario, olvidando el papel coordinador de la Administración General del Estado que consagra la Constitución de 1978. Sólo hay que ver que en otros ámbitos, como el educativo, incluye medidas relativas a los planes de lectura en centros docentes mediante clubes de lectura.

2)    UNOS INDICADORES ESPECTACULARES.

Existen en España 4.610 bibliotecas públicas, que se conforman como el servicio cultural más accesible al ciudadano, con un 96,6% de la población con servicio bibliotecario en su localidad.
El conjunto de bibliotecas españolas recibió en 2015 un total de 109,8 millones de visitantes (usuarios). Las bibliotecas públicas disponían ese año de una colección de más de 86 millones de documentos (libros, audiovisuales y otros soportes) realizándose en ese año 51,7 millones de préstamos de obras a domicilio.

3)    CON LA CRISIS CRECEN LOS SOCIOS DE LAS BIBLIOTECAS.

Con la crisis económica, se ha incrementado el número de socios de las bibliotecas públicas: más de 16,8 millones de ciudadanos (un 36,23 % de la población). Sin duda no hay ningún otro servicio no obligatorio que atraiga a más de un tercio de la población española. Es un dato singular: aunque los presupuestos que se dedican a las bibliotecas disminuyen, el número de socios aumenta poderosamente: en 2010 el porcentaje de socios era de 28,72 %, por lo que se ha incrementado en cerca de ocho puntos. Con la crisis, los ciudadanos utilizan más los servicios bibliotecarios, que son gratuitos, en lugar de acceder a otro tipo de servicios de pago.

4)    LOS RECURSOS: LAS BIBLIOTECAS SON BARATAS.

Las bibliotecas  precisan  recursos tecnológicos,  colecciones en todos los soportes y de unos profesionales que son esenciales para el trabajo mediador y experto en cada una de estos ámbitos. Los bibliotecarios son la piedra angular de las bibliotecas y, junto a los usuarios, constituyen el doble corazón de una biblioteca pública. Pero, por lo que se ve, las bibliotecas públicas son baratas, o al menos así resultan: El año 2015, el conjunto de Administraciones Públicas de nuestro país apenas gastaron una media de 9,53 € por habitante, mientras que, por ejemplo, el gasto sanitario por habitante ha sido en 2015 de 1.232 € por habitante. Pero, en esencia, la consideración política que se tiene sobre el servicio de biblioteca pública se vislumbra en el descenso presupuestario que desde 2011 aqueja a las bibliotecas públicas españolas: en 2015 el gasto total ascendía a 499,5 millones de euros (443,4 en gastos corrientes y 56 millones en inversiones).  Aunque se había recuperado algo, los presupuestos estaban lejos de las cifras del año 2010: un total de  601 millones de euros.

5)    BIBLIOTECARIOS, MOTOR DE LAS BIBLIOTECAS.

 Sin duda, los profesionales constituyen la piedra angular de las bibliotecas y son su motor. Según las estadísticas, en el año 2015 continúa el descenso del número de empleados y se contabilizan en España un total de 12.532 trabajadores, mientras que en el año 2010 había 12.807. Pero si hacemos la equivalencia a personal a tiempo completo, el total de empleados es de sólo 10.724 Muy significativo me parece la relación entre número de bibliotecarios con habitantes: Según este indicador “Habitantes por trabajador ETC” (Equivalente a Tiempo Completo), en España había un trabajador en bibliotecas por cada 4.341 habitantes. En la cabeza de esta tabla, está Castilla-La Mancha, que cuenta con un bibliotecario cada 2.774 habitantes, seguida de Extremadura con 2.948 y Castilla y León con 3.422 habitantes por trabajador.
Pero el análisis pormenorizado de la situación del personal bibliotecario añade muchos problemas. En buena parte de las bibliotecas municipales el bibliotecario no es contratado con el carácter de personal técnico que desempeña sino con categorías auxiliares. Incluso las bibliotecas de localidades pequeñas necesitan bibliotecarios con una jornada y tipo de contrato que garantice su prestación de servicios de calidad a la comunidad local.

6)    ESPAÑA, PAÍS CON DESIGUALDAD EN EL SERVICIO BIBLIOTECARIO.

España, un país con desigualdad en centros bibliotecarios. Por las distintas legislaciones y las diversas políticas bibliotecarias desarrolladas, España hoy es un mosaico de desigualdad en la prestación de este servicio público. En 2015 existe una biblioteca pública por cada 10.099 habitantes. Si tenemos en cuenta este indicador “Habitantes por biblioteca”, resulta que las comunidades autónomas con mejor situación y que están a la cabeza en el país son Extremadura (que tiene una biblioteca por cada 2.848 habitantes) y Castilla-La Mancha (una biblioteca por cada 4.100 habitantes). Una política adecuada de los gobiernos regionales consiguió estimular a los ayuntamientos a establecer bibliotecas municipales y a mantenerlas pues se dieron cuenta de la importancia que una biblioteca tenía para sus comunidades. En el polo opuesto están Madrid (una biblioteca por 28.117 habitantes), Cataluña (una biblioteca por 19.239 habitantes), Murcia (una biblioteca por 14.503 habitantes), Canarias (una biblioteca por 13.388 habitantes) y La Rioja (una biblioteca por 13.158 habitantes). No sólo influye la población sino las políticas bibliotecarias más democratizadoras de este servicio que se han seguido en las comunidades autónomas. 

7)    LAS COLECCIONES BIBLIOTECARIAS.

También hay desigualdad en las colecciones bibliotecarias: la media nacional de libros u otros soportes por habitante es de 1,85, con graves diferencias: frente a la ratio de 3,43 que tiene Navarra o 3,18 Castilla-La Mancha, que constituyen los mejores datos españoles, están Canarias con 1,15, Madrid con 1,22, Andalucía con 1,27 y  Murcia con 1,29. El gasto en adquisición de colecciones es también significativo, y se ha reducido considerablemente en los últimos años: con una media lamentable de 0,63 euros/habitante, País Vasco figura a la cabeza con 1,22 frente a 0,18 de Andalucía y Canarias o 0,23 de Murcia. 

8) LAS BIBLIOTECAS, BALUARTES DE LIBERTAD

Con la crisis económica y los recortes, en la mayoría de las regiones y en numerosas localidades,  las bibliotecas sobreviven a pesar de los escasos recursos gracias a unos profesionales muy comprometidos con su actividad. Además, las bibliotecas están muy bien valoradas por la sociedad. Y otra cuestión: las bibliotecas son centros de libertad: a un centro educativo los ciudadanos van obligados (en estudios obligatorios) e igual ocurre con los usuarios de la sanidad. Pero a las bibliotecas los ciudadanos llegan libremente, gozosamente libres. Por eso, que un tercio de la población española sea socio de una biblioteca pública es un dato esperanzador y que debería hacer reflexionar a los políticos españoles. Son datos mucho más relevantes que los aportados por las distintas encuestas de hábitos culturales sobre lectura de libros, visitas a las bibliotecas… 



8)    LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS, MUCHO MÁS QUE LIBROS

Indudablemente, las bibliotecas son hoy mucho más que libros. Son espacios para el encuentro, la convivencia, la creatividad, el debate…Las bibliotecas que no tienen la obligación de conservar (sí la tienen las bibliotecas nacionales, regionales y provinciales) serán cada vez más espacios diáfanos para que los ciudadanos construyan su propia cultura. Las bibliotecas incrementan su vertiente social y cada vez más deben trabajar en coalición con la sociedad, con todo tipo de colectivos y entidades. Sin duda, un indicador en este sentido son las actividades culturales de las bibliotecas. En las estadísticas de 2015, el indicador “Actividades organizadas por las bibliotecas por 1.000 habitantes”, ofrece una media nacional de 4,64 actividades.  En los puestos más altos están las bibliotecas de Castilla-La Mancha (17,16), Cataluña (8,16), Asturias (4,97) y Castilla y León (3,83) frente a Comunidad Valenciana (0,17), Canarias (con 1,65), La Rioja (con 2,15), Murcia (2,25), Madrid (2,26) y País Vasco (2,48). Es decir, una comunidad como Castilla-La Mancha, con unos espacios pequeños, se sitúa a la cabeza de España en el número de actividades organizadas por 1.000 habitantes. Indudablemente, junto al factor del espacio o de las colecciones, hay otros ingredientes que tienen que ver en un mejor y más eficaz servicio bibliotecario. Y ahí sin duda está el tema del personal bibliotecario: a pesar de políticos que se empeñan en no apoyar nítidamente las políticas bibliotecarias en los presupuestos públicos, la calidad y la entrega de los profesionales que trabajan en las bibliotecas obra este gran milagro. 

10) MÁS DE  TRES MILLARES DE LOCALIDADES ESPAÑOLAS SIN SERVICIO BIBLIOTECARIO.

En  2015 hay un dato  verdaderamente escalofriante: 3.106 municipios españoles carecen de cualquier tipo de acceso a servicios de biblioteca pública. Es cierto que ese altísimo porcentaje de los municipios españoles que no tienen biblioteca o no reciben servicios de biblioteca móvil se corresponde globalmente con un 3,4 % de la población, pero los españoles no pueden sufrir discriminación alguna en razón de su residencia. Además, aunque las estadísticas consideren que una ciudad determinada tiene cubierto el servicio porque exista una biblioteca para 50.000, 70.000 o incluso más habitantes, no podemos aceptar esta hipocresía estadística. Muchísimas ciudades y grandes poblaciones carecen de verdaderas redes de bibliotecas.

CUARENTA  AÑOS EN DEFENSA DE LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS.
Desde 1978 Juan Sánchez Sánchez viene publicando en los medios de comunicación y a través de jornadas técnicas, congresos y conferencias sus ideas en defensa de la biblioteca pública. Coincidiendo con la presentación de mi quinto libro sobre bibliotecas, Desde la arena de la biblioteca pública, he elaborado este informe, un decálogo con las claves de las bibliotecas públicas en España, que resume la situación de este servicio público y la necesidad de articular una verdadera política de Estado en esta materia con la participación de las distintas administraciones públicas.
Con esta obra se conforma una verdadera PENTALOGÍA SOBRE LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS EN ESPAÑA. Primero fue el libro Combates por la biblioteca pública en España (Almud Ediciones de Castilla-La Mancha, 2006). Después se publicó  En defensa de la biblioteca pública (Almud Ediciones de Castilla-La Mancha, 2012). Ambas obras incluyen buena parte de las investigaciones, conferencias, artículos  y otros trabajos escritos por el autor en el ámbito de las bibliotecas. La tercera obra fue  Rebelión por la biblioteca (Ledoria, 2013), una novela corta dirigida a todos los públicos y especialmente a los jóvenes en la que se resaltan los valores esenciales de una biblioteca y se conforma todo un manual para ciudadanos defensores de las bibliotecas. A lo que ya conformaba una trilogía se añadió una cuarta obra, con formato de ensayo, titulada Elogio de la biblioteca pública (Buenos Aires: Alfagrama, 2017). Y ahora, el quinto libro: Desde la arena de la biblioteca pública (Almud Ediciones de Castilla-La Mancha, 2018), que incluye sesenta artículos de opinión publicados desde 2012 hasta los inicios de 2018, y que recoge la defensa de las bibliotecas durante el período en el que el autor fue director de la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha.
Con el presente informe, Juan Sánchez sigue reivindicando una política de Estado en materia de bibliotecas públicas.



















Juan Sánchez Sánchez.
Ex Director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha


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