PALABRAS DE JUAN SÁNCHEZ SÁNCHEZ EN EL ACTO DE PRESENTACIÓN DE SU LIBRO “DESDE
LA ARENA DE LA BIBLIOTECA PÚBLICA”..
Buenas
tardes.
1.
MIS PRIMERAS
PALABRAS SON DE GRATITUD.
-
A
la Biblioteca de CLM, que hoy nos acoge, un centro al que quiero especialmente.
A todos los amigos que me acompañan en esta mesa, siempre cercanos,
representando a tantos compañeros en las bibliotecas, a los usuarios….
-
A
Carmen Morales: directora y compañera durante años en la singladura de dirigir
este centro;
-
a
Óscar Arroyo, Jefe del Servicio de Bibliotecas, Libro y Lectura en la
Consejería, con quien llevo compartiendo décadas el reto, el desarrollo y los
sueños de la Red de Bibliotecas Públicas de esta región;
-
a
María Jesús Cruz Arias, presidenta de ANABAD CLM, siempre atenta a defender los
intereses de las bibliotecas y los demás centros y servicios que integra esta
Asociación;
-
a
Tomas Gabriel Muñoz, presidente de ABITO, la asociación de bibliotecarios de la
provincia de Toledo.
-
A
Jesús Fuentes Lázaro, presidente de la Asociación de Amigos de la Biblioteca de
Castilla-La Mancha, que representa a quienes son, junto con los bibliotecarios,
la fortaleza más importante en toda biblioteca: los usuarios, los ciudadanos,
la sociedad…
Gracias
por vuestras cariñosas palabras y por vuestra compañía.
No
puedo dejar de reseñar mi continuada gratitud a Alfonso González Calero, que
hace posible desde hace décadas el sueño de una editorial regional en
Castilla-La Mancha: Almud Ediciones de Castilla-La Mancha. No voy a contarles
ahora toda su generosa contribución a la edición y en general a la cultura en
nuestra Comunidad Autónoma. Baste decirles que es mi editor favorito, pues de
los cinco títulos personales sobre bibliotecas públicas él ha asumido la
edición de tres de ellos. Muchas gracias, Alfonso, por ejercer en un ámbito tan
difícil como es la Cultura, en una región en la que parece que la Cultura no es
una de las prioridades de los gobiernos ni de la sociedad.
Y
debo decir públicamente gracias a los medios de comunicación de Castilla-La
Mancha. Sin ellos este libro no sería posible. Los medios fueron acogiendo
durante años mis artículos de opinión y están recogidos en su gran mayoría en
sus páginas web, como vestigios de que los medios y sus profesionales aman las
palabras y apuestan por el libro, la edición, las bibliotecas…en suma la
Cultura. Mi libertad tiene mucho que agradecer a los medios, que siempre acogen
libremente mis palabras en defensa de las bibliotecas públicas.
Y,
aunque lo deje para el final, quiero, de todo corazón, agradecerles a todos ustedes su presencia en
este acto. Considero que están aquí no
sólo por amistad y cercanía hacia este autor sino fundamentalmente como
defensores y aliados de las bibliotecas. Esta función es la más importante. Una
sociedad que defiende la cultura y las bibliotecas está abogando por la
libertad de expresión, por el encuentro de los ciudadanos, por el debate, por
la solidaridad, por la esperanza, por la comunicación y la información….Aunque
no estén aquí no quiero dejar de agradecer a tantos amigos, especialmente bibliotecarios,
que me han llamado o escrito para que disculpe su inasistencia: estos días de
la Semana del Libro están totalmente llenos de actividad en las bibliotecas y
hacen difícil su presencia aquí. Pero sé que están con el corazón, muy cerca de
mis ideas y de mis palabras, de las páginas de este libro.
2. CUARENTA AÑOS
EN DEFENSA DE LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS.
Desde 1978 vengo publicando en los medios de comunicación y a través de
jornadas técnicas, congresos y conferencias mis ideas en defensa de la biblioteca
pública. Coincidiendo con la presentación de mi quinto libro sobre bibliotecas,
Desde
la arena de la biblioteca pública,
he elaborado un informe, un decálogo
con las claves de las bibliotecas públicas en España, que resume la
situación de este servicio público y la necesidad de articular una verdadera
política de Estado en esta materia con la participación de las distintas
administraciones públicas, que están difundiendo los medios de comunicación.
Cuando empecé a recopilar mis
artículos e investigaciones pensé en publicar una TRILOGÍA sobre las
bibliotecas públicas. Primero fue el libro Combates por la biblioteca pública en España
(Almud Ediciones de Castilla-La Mancha, 2006). Después se publicó En defensa de la biblioteca pública (Almud Ediciones de Castilla-La Mancha,
2012). Ambas obras incluyen buena
parte de las investigaciones, conferencias, artículos y otros trabajos escritos por el autor en el
ámbito de las bibliotecas. La tercera obra fue Rebelión por la biblioteca (Ledoria, 2013), una novela corta
dirigida a todos los públicos y especialmente a los jóvenes en la que se resaltan
los valores esenciales de una biblioteca y se conforma todo un manual para
ciudadanos defensores de las bibliotecas. A lo que ya conformaba una trilogía
se añadió una cuarta obra, con formato de ensayo, titulada Elogio de la biblioteca pública (Buenos Aires: Alfagrama, 2017). ¡Ya
tenía una TETRALOGÍA. Y ahora, el quinto libro: Desde la arena de la biblioteca
pública (Almud Ediciones de Castilla-La Mancha, 2018), que incluye 59
artículos de opinión publicados desde 2013 hasta los inicios de 2018, y que
recoge la defensa de las bibliotecas durante el período en el que dirigí la
Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha. Ahora soy consciente de haber
elaborado una PENTALOGÍA SOBRE LAS
BIBLIOTECAS PÚBLICAS EN ESPAÑA. ¡Dios mío! Aunque Wikipedia recoge el
término y señala numerosas obras literarias que tienen el formato de cinco
libros, de una pentalogía, he de confesar que a mí sólo se me venía a la cabeza
una obra de estas características: EL PENTATEUCO, es decir la primera serie de
libros que integran la Biblia, cinco libros históricos que todos conocemos: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. El Pentateuco
es considerado canónico por todas las confesiones cristianas y forma parte de
todas las Biblias. Lo mío es más modesto, y sólo he pretendido lanzar al
viento, por todos los rincones de España y en otros países, mis ideas sobre el
derecho de los ciudadanos a disponer de servicios bibliotecarios.
Confieso que he escrito
mucho y que yo mismo me sorprendo. A veces, cuando me invitan a un congreso o a
pronunciar una conferencia, digo: Pero si ya he dicho todo lo que pienso acerca
de las bibliotecas públicas. Lo que hace falta es llevarlo a la práctica, que
mis palabras caigan en buena tierra y puedan fructificar. Pero eso no depende
de mí, sino especialmente de quienes tienen responsabilidades públicas, los
políticos que gestionan los impuestos de los ciudadanos y que al parecen no
están interesados en la cultura y en las bibliotecas públicas.
3.
LOS RETOS
POR LOS QUE MERECE LA PENA LUCHAR.
Hoy
es, sin duda, un día de alegría para mí. Presentar mi quinto libro personal en
defensa de las bibliotecas, es una muestra de vitalidad que agradezco a Dios,
que me regaló la vida. Contento de estar aquí con familiares, amistades,
compañeros, usuarios de la Biblioteca… pero no puedo olvidar que en el ámbito
de las bibliotecas considero que mi misión no ha concluido. Voy apenas a
enunciar algunos de los retos por los que hay que seguir combatiendo, y que
desde luego, con el permiso de mi esposa claro, yo voy a seguir intentando.
Resumo al máximo mis ideas-fuerza:
1ª) LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS, SON UN DERECHO DE
TODOS LOS ESPAÑOLES.
Por ello es
indignante que existan 3.106
municipios españoles que carecen de cualquier tipo de acceso a servicios de
biblioteca pública. Es cierto que ese altísimo porcentaje de
los municipios españoles que no tienen biblioteca o no reciben servicios de
biblioteca móvil se corresponde globalmente con un 3,4 % de la población, pero
los españoles no pueden sufrir discriminación alguna en razón de su residencia.
Además, aunque las estadísticas consideren que una ciudad determinada tiene
cubierto el servicio porque exista una biblioteca para 50.000, 70.000 o incluso
más habitantes, no podemos aceptar esta hipocresía estadística. Muchísimas
ciudades y grandes poblaciones carecen de verdaderas redes de bibliotecas. En
Toledo, por ejemplo, la Biblioteca de CLM, es biblioteca regional, provincial y
pública, con un horario y servicios muy amplios. Pero las bibliotecas
municipales están ancladas desde hace décadas, con horarios escuálidos, sólo
por las tardes. Necesitan más bibliotecarios y recursos. Pero el Ayuntamiento
prefiere seguir gastando sus presupuestos en fuegos artificiales, que son muy
bonitos, pero no construyen ciudadanos libres.
2ª) UNA POLÍTICA DE ESTADO EN MATERIA DE
BIBLIOTECAS.
He clamado
durante décadas, sin conseguirlo, por una verdadera política de Estado en
materia de bibliotecas. Y voy a
proseguir en mi empeño. No es momento ahora de recordar el mapa de
desigualdades que vive nuestro país, porque tienen legislaciones y normativas
diferentes así como voluntades políticas distintas. En bibliotecas no hay
mínimos que cumplir: cada comunidad autónoma establece sus criterios, muchas
veces con olvido de sus competencias y responsabilidades y generalmente
marginando a las bibliotecas y a los ciudadanos, que quieren bibliotecas, aman
las bibliotecas y valoran las bibliotecas. La ley que aprobó el Gobierno de
España, Ley 10/2007, de 22 de
junio, de la lectura, del libro y de las bibliotecas, tras un verdadero paripé
en el Congreso de los Diputados, no resolvió ninguno de los problemas
históricos de las políticas bibliotecarias en nuestro país. Aunque los políticos
y los partidos, en lugar de preocuparse por los ciudadanos, están centrados en
la dinámica del poder, es hora de comenzar de nuevo la lucha por una Ley de
bibliotecas que aborde este servicio público como un derecho universal, que
considero está consagrado en la actual Constitución.
3ª)
LAS BIBLIOTECAS DEBEN CONSTITUIR UNA PRIORIDAD POLÍTICA Y PRESUPUESTARIA.
Pese al gran avance
experimentado en España durante la época democrática en el servicio
bibliotecario no se han corregido algunas de las carencias y desigualdades más
graves. Y lo que es peor, no existen iniciativas para eliminar esas
desigualdades. Los años de crisis económica en España han propiciado el
descenso de presupuestos para las bibliotecas, la parálisis de planes
inversores, el descenso en las adquisiciones de obras e incluso la disminución
de los horarios de atención al público y el cierre de bibliotecas municipales. A
pesar de estas circunstancias, tengo que decir que los indicadores son
espectaculares, aunque los políticos niegan la tierra y la sal a las
bibliotecas.
Existen en España 4.610 bibliotecas públicas, que se conforman como el servicio cultural más accesible
al ciudadano, con un 96,6%
de la población
con servicio bibliotecario en su localidad.
El conjunto de bibliotecas
españolas recibió en 2015 un total de 109,8 millones de visitantes (usuarios). Las bibliotecas públicas disponían ese año de una
colección de más de 86 millones
de documentos (libros,
audiovisuales y otros soportes) realizándose en ese año 51,7 millones de préstamos de obras a domicilio.
Con la
crisis económica, se ha incrementado el número de socios de las bibliotecas
públicas: más de 16,8 millones
de ciudadanos (un 36,23 % de la población). Sin duda no hay ningún otro servicio
no obligatorio que atraiga a más de un tercio de la población española. Es un
dato singular: aunque los presupuestos que se dedican a las bibliotecas
disminuyen, el número de socios aumenta poderosamente: en 2010 el porcentaje de
socios era de 28,72 %, por lo que se ha incrementado en cerca de ocho puntos.
Con la crisis, los ciudadanos utilizan más los servicios bibliotecarios, que
son gratuitos, en lugar de acceder a otro tipo de servicios de pago.
4ª) LOS RECURSOS: LAS BIBLIOTECAS
SON BARATAS.
Las
bibliotecas precisan recursos tecnológicos, colecciones en todos los soportes y de unos
profesionales que son esenciales para el trabajo mediador y experto en cada una
de estos ámbitos. Los bibliotecarios son la piedra angular de las bibliotecas
y, junto a los usuarios, constituyen el doble corazón de una biblioteca
pública. Pero, por lo que se ve, las bibliotecas
públicas son baratas, o al menos así resultan: El año 2015, el conjunto de
Administraciones Públicas de nuestro país apenas gastaron una media de 9,53
€ por habitante, mientras que, por ejemplo, el gasto sanitario
por habitante ha sido en 2015 de 1.232 € por habitante. Pero, en esencia, la consideración política
que se tiene sobre el servicio de biblioteca pública se vislumbra en el
descenso presupuestario que desde 2011 aqueja a las bibliotecas públicas
españolas: en 2015 el gasto total ascendía a 499,5 millones de euros (443,4 en gastos corrientes y 56 millones en
inversiones). Aunque se había recuperado
algo, los presupuestos estaban lejos de las cifras del año 2010: un total
de 601 millones de euros.
5ª) LA DIGNIFICACIÓN DE LOS
BIBLIOTECARIOS.
Sin duda, los profesionales constituyen la piedra angular de
las bibliotecas y son su motor.
Pero el análisis pormenorizado de la situación del personal
bibliotecario añade muchos problemas. En buena parte de las bibliotecas
municipales el bibliotecario no es contratado con el carácter de personal
técnico que desempeña sino con categorías auxiliares. Incluso las bibliotecas
de localidades pequeñas necesitan bibliotecarios con una jornada y tipo de
contrato que garantice su prestación de servicios de calidad a la comunidad
local. A muchísimos bibliotecarios municipales se les podría aplicar aquel
viejo refrán: “Pasas más hambre que un
maestro de escuela”. Pero si la Educación es hoy una competencia clara del
Estado, aunque se gestione a nivel autonómico, no se ha resuelto en el caso de
las bibliotecas, porque no hay voluntad política de afrontarlo. Este año el
Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas, que se celebra cada dos años, se
ocupará del personal. Pero ya verán cómo se hablará de planes de formación, de perfiles
profesionales, etc. pero ni se mencionará cómo resolver los problemas de los
bibliotecarios en este país.
6ª) LAS BIBLIOTECAS, BALUARTES DE LIBERTAD
Con
la crisis económica y los recortes, en la mayoría de las regiones y en
numerosas localidades, las bibliotecas sobreviven a pesar de los escasos
recursos gracias a unos profesionales muy comprometidos con su actividad.
Además, las bibliotecas están muy bien valoradas por la sociedad. Y otra
cuestión: las bibliotecas son centros de libertad: a un centro educativo los
ciudadanos van obligados (en estudios obligatorios) e igual ocurre con los
usuarios de la sanidad. Pero a las bibliotecas los ciudadanos llegan
libremente, gozosamente libres. Por eso, que un tercio de la población española
sea socio de una biblioteca pública es un dato esperanzador y que debería hacer
reflexionar a los políticos españoles. Son datos mucho más relevantes que los
aportados por las distintas encuestas de hábitos culturales sobre lectura de
libros, visitas a las bibliotecas…
Indudablemente, las bibliotecas son hoy mucho más que libros.
Son espacios para el encuentro, la convivencia, la creatividad, el debate…Las
bibliotecas que no tienen la obligación de conservar (sí la tienen las
bibliotecas nacionales, regionales y provinciales) serán cada vez más espacios
diáfanos para que los ciudadanos construyan su propia cultura. Las bibliotecas
incrementan su vertiente social y cada vez más deben trabajar en coalición con
la sociedad, con todo tipo de colectivos y entidades. Sin duda, un indicador en
este sentido son las actividades culturales de las bibliotecas.
7ª) MI TIERRA, MI GENTE.
He dicho reiteradamente que tengo varias pasiones: mi
familia, la fe, las bibliotecas, mi tierra. En Toledo primero y después en todo
el ámbito regional he desarrollado mi labor. Cuando tuve ofrecimientos
profesionales para marchar a otras tierras no los acepté, porque estoy
enamorado de Toledo y de Castilla-La Mancha. Mi defensa de las bibliotecas la
he situado aquí en primer lugar, aunque he intentado que los ecos de mis
palabras lleguen a todos los rincones de nuestro país e incluso a otros
continentes.
No
estoy contento con la marcha de las cosas de la Cultura en Castilla-La Mancha.
Por eso, todavía estando en la Biblioteca y después tras mi jubilación, aceleré
clamando por presupuestos, exigiendo al Gobierno y a las Diputaciones
Provinciales que cumplan los mandatos que dicta la Ley regional de bibliotecas
de 2011. Algo hemos conseguido, pero no estoy satisfecho: he escuchado muchas
promesas, algunas ayer mismo, pero lamento tener unos gobernantes que son
capaces de mentir reiteradamente, incluso en la sede de las Cortes de
Castilla-La Mancha. Hicieron promesas que no han cumplido, a pesar de las
reiteradas peticiones que han realizado las distintas asociaciones
profesionales que en el ámbito de las bibliotecas trabajan en Castilla-La
Mancha.
Voy
a terminar con una primicia: desde hoy mismo tengo en mente trabajar para que
España, en la nueva legislatura que se abra, debata una nueva ley de
Bibliotecas de ámbito estatal, para regular la biblioteca pública como un
derecho de todos los ciudadanos, con independencia de la localidad o región en
la que residan. Será una Ley que precisará de un gran pacto de Estado entre el
Gobierno de España y los gobiernos de las 17 comunidades autónomas. E intentaré
implicar en este combate a los profesionales de todo el país. Así que aquí hay
una buena noticia para el partido político que desee liderar esta iniciativa.
Quien lo haga se ganará sin duda el voto de muchísimos bibliotecarios y de
millones de usuarios de las bibliotecas públicas.
Espero
y deseo que los políticos no sean sordos a esta petición que expreso en la
Biblioteca de Castilla-La Mancha, en este 24 de abril de 2018. Cuarenta años
después de que escribiera mi primer artículo de opinión en defensa de las
bibliotecas públicas.
Muchas
gracias.
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