El éxito de las
bibliotecas públicas de Castilla-La Mancha
¡Lo
han vuelto a hacer! ¡Han vuelto a obrar el milagro! Las bibliotecas públicas
municipales de Castilla-La Mancha han demostrado estar a la cabeza del país.
Pero no ha sido por el apoyo del Gobierno
regional, demasiado tímido y lleno de incumplimientos, sino sobre todo por la
fuerza, la imaginación, la profesionalidad y la entrega de los bibliotecarios
que cada día se dejan la piel trabajando en coalición con la sociedad en sus
localidades.
Las
bibliotecas son hoy mucho más que libros. Son espacios para el encuentro, la
convivencia, la creatividad, las propuestas ciudadanas, el debate…y cada
vez incrementan más su vertiente social
y trabajan con todo tipo de colectivos y entidades. Un dato en este sentido son
las actividades culturales de las bibliotecas. En las estadísticas de 2016, el
indicador “Actividades
organizadas por las bibliotecas por 1.000 habitantes”, ofrece una media
nacional de 4,85 actividades. Y en el
puesto más alto están las bibliotecas de Castilla-La Mancha (18,68). Con la
mitad de actividades está una región que aspira a ser nación: Cataluña (8,55).
Y luego Aragón (7,71), Asturias (5,12), Extremadura (4,86), Castilla y León
(4,12) y La Rioja (4,11), frente a Canarias (con 1,68), País Vasco (1,71),
Murcia (2,38), Galicia (2,41), Madrid
(2,48), Navarra (2,97), Cantabria (3,24), Baleares (3,43) y Comunidad Valenciana (3,56). Castilla-La
Mancha, con unos espacios pequeños, se sitúa a la cabeza de España en el número
de actividades organizadas por 1.000 habitantes. Indudablemente, junto al
factor del espacio o de las colecciones, hay otros ingredientes que tienen que
ver en un mejor y más eficaz servicio bibliotecario. Y ahí sin duda está la
cuestión del personal bibliotecario: a pesar de políticos que se empeñan en no
apoyar nítidamente las políticas bibliotecarias en los presupuestos públicos,
la calidad y la entrega de los profesionales que trabajan en las bibliotecas
obra este gran milagro. Hay que recordar que el Gobierno de CLM, a pesar de las
promesas del presidente García-Page, no ha convocado las ayudas para
ayuntamientos destinadas a actividades de animación a la lectura. ¡Es la
lección de los bibliotecarios! Lo hacen con su esfuerzo generoso y, en muchos
casos, contando con el apoyo entusiasta de las corporaciones locales. ¡Hay
alcaldes y alcaldesas, y responsables de Cultura en los ayuntamientos, que se
merecen público reconocimiento por apostar por las bibliotecas públicas!
A estos datos espectaculares, se une el resultado
de un concurso que confirma esta situación: se ha resuelto la XIX Campaña de Animación a la Lectura María Moliner, destinada a municipios de menos de 50.000
habitantes y que cada año convoca el Ministerio de Cultura y Deporte. Se
premian un total de 300 proyectos, con un presupuesto total de 512.000 €. Cada
biblioteca galardonada recibirá un premio en metálico de 1.706 euros,
destinados a la adquisición de fondos para la biblioteca. En la edición de 2018 se han presentado 546
proyectos. Castilla-La Mancha, como ocurriera el pasado año, lidera de forma
absoluta la clasificación de las regiones: 57 bibliotecas municipales han sido
premiadas. Luego están Andalucía (52), Valencia (29), Madrid (25), Castilla y
León (16), Extremadura y Cantabria (15), Galicia (14), Asturias y Murcia (11),
País Vasco (9), Canarias (6), Baleares y Navarra (4) y la Rioja (3).
Pero este
éxito cuantitativo no es el único: en la campaña había tres “premios gordos”:
tres proyectos recibirían un premio especial
de 10.000 € cada uno. Y en este cuadro de honor resulta que dos
bibliotecas de Castilla-La Mancha han conseguido ese galardón: las de Herencia
(Ciudad Real) y Villamalea
(Albacete), que junto a la
biblioteca de Arucas (Las Palmas), son las que han conseguido estos
máximos premios que financia la Fundación Banco Santander, destinados a los mejores programas de
promoción de la lectura.
El
proyecto de la Biblioteca Pública Municipal Miguel de Cervantes de
Herencia (Ciudad Real) se denomina “Herencia
de las palabras” y tiene el objetivo de convertir las palabras en un sello de
identidad de este municipio de casi 9.000 vecinos y convertir a la biblioteca
en el referente cultural en la localidad. Destaca por haber logrado que los
lectores, los libros y la literatura se hayan adueñado de las calles del
municipio.
En cuanto
al proyecto de la Biblioteca Municipal de Villamalea (Albacete), denominado “Villamalee,
50 años haciendo biblioteca”, se ha
desarrollado gracias al Pacto local por la Lectura que suscribieron este año
los sectores económico, social, educativo, cultural e institucional del
municipio, por el que se comprometieron a crear y consolidar los hábitos de
lectura de los 4.211 vecinos en esta localidad.
Además, la Comisión de valoración ha
destacado otros tres proyectos de animación a la lectura por su importancia y
calidad, otorgando tres menciones especiales. Una de ellas es otro centro de
nuestra región: la Biblioteca Pública de Alovera
(Guadalajara).
En suma, que
se demuestra la importancia que tienen los profesionales en la vitalidad de
nuestras bibliotecas. Ello debería hacer reflexionar al Gobierno de Castilla-La
Mancha: un total de 480 bibliotecas municipales que dan servicio continuado a
su población y que reciben menos del Gobierno regional de lo que se gasta en
una única exposición. No voy a insistir en ofrecer ahora nuevamente los datos.
Pero el éxito de las bibliotecas municipales de Castilla-La Mancha sucede a
pesar del desinterés que nuestros gobernantes demuestran por unos servicios
públicos esenciales y que consiguen día a día el encuentro con sus ciudadanos.
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