sábado, 12 de noviembre de 2016

Ante el VIII Congreso Nacional de bibliotecas públicas. 9) La necesidad de Planes regionales de infraestructuras bibliotecarias.

Ante el VIII Congreso Nacional de bibliotecas públicas.
9) La necesidad de Planes regionales de infraestructuras bibliotecarias. 




He hablado del compromiso social de las bibliotecas, de bibliotecarios y usuarios, de trabajar en complicidad con la sociedad, de contar con una colección actualizada... Todo ello son fortalezas en una biblioteca. Pero, por supuesto, no desdeño la importancia de los edificios bibliotecarios. Me lamento frecuentemente de que por la crisis el Gobierno de Castilla-La Mancha paralizara hace más de un quinquenio las inversiones en nuevas bibliotecas o en la ampliación, remodelación o modernización de las bibliotecas municipales. Si en planes estratégicos de los años noventa del siglo XX y primera década del siglo XXI, las inversiones en espacios culturales en general y específicamente también en bibliotecas resultaban una cierta prioridad política, ahora los políticos han condenado en mi región al olvido de esas actuaciones. Y creo que así ocurre en buena parte del país. Por ello, es preciso que se articule un plan nacional con participación de la Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas y las Administraciones Locales que permitan el desarrollo de servicios, la paulatina modificación en los espacios para adecuarlos a nuevas necesidades y la reforma de aquellos edificios obsoletos, dentro de una estrategia de planificación que se plantee con cooperación y coordinación. En definitivo, ese Plan Nacional permitiría el desarrollo de Planes regionales de infraestructuras bibliotecarias.
Las bibliotecas son un servicio público que precisa de un desarrollo armónico para el conjunto del país y una política nacional de bibliotecas coordinada y que trabaje bajo criterios de cooperación entre todas las Administraciones Públicas. El Consejo de Cooperación Bibliotecaria, eficaz medio de cooperación, no está resultando un instrumento suficiente para posibilitar ese trabajo institucional coordinado que permita desarrollar una verdadera y ambiciosa política nacional de bibliotecas públicas que facilite la democratización del acceso a servicios bibliotecarios para todos los ciudadanos.
No soy un ingenuo. Sé que estamos en una profunda crisis económica: pero pienso que, en el caso de las bibliotecas públicas, se está contando con una verdadera excusa institucional para no afrontar los nuevos retos que precisa la sociedad española en materia de bibliotecas públicas y de acceso a la Sociedad de la Información. Exijo que las bibliotecas sean consideradas por los políticos una prioridad nacional, como lo son los servicios educativos, sanitarios y sociales. Las bibliotecas no son un adorno cultural sino la puerta democrática del acceso a la información y a un tipo de sociedad más justa, solidaria y comprometida.
Espero y deseo que los más de 500 profesionales que se darán cita en Toledo durante el Congreso puedan venir a la Biblioteca de Castilla-La Mancha a conocer este centro lleno de vida. Su Enclave Joven , la maravillosa sala general de lectura que proyectó el arquitecto y periodista gráfico Peridis, las salas de los siglos XVIII y XIX que conformaron los arzobispos Lorenzana y Borbón...La Biblioteca de Castilla-La Mancha no es sólo un lugar mágico y atractivo: también es un museo de los espacios bibliotecarios. Os esperamos.






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