miércoles, 2 de noviembre de 2016

Ante el VIII Congreso Nacional de bibliotecas públicas: 3) Castilla-La Mancha motor de la actividad cultural en las bibliotecas españolas.


Ante el VIII Congreso Nacional de bibliotecas públicas #8CNBP :
3) Castilla-La Mancha motor de la actividad cultural en las bibliotecas españolas.

¡Parece mentira, pero es verdad! La comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, con un PIB bajo y con indicadores socioeconómicos preocupantes, tiene sin embargo, a pesar de los recortes y la parálisis de las Administraciones Públicas en sus políticas de bibliotecas municipales, unos indicadores bibliotecarios que en general destacan sobre la mayoría de regiones españolas. Como el Congreso se dedicará a analizar los espacios y las propuestas de por dónde hay que caminar en los próximos años, parece que Castilla-La Mancha nada tiene que mostrar al resto de España. Pero no es así. Como ya hemos visto, considerando el tipo de localidades, generalmente de no mucha población, la media de metros cuadrados en las bibliotecas de Castilla-La Mancha es de tan solo 229 m2, aunque figura a la cabeza en el indicador “Puestos de lectura por 1.000 habitantes”, (con 13,35 puestos por cada 1.000 habitantes). Pero sigo manteniendo en este post que el espacio, siendo muy importante, no es el aspecto más importante en las bibliotecas. En general, otra característica es que el mayor gasto en bibliotecas se corresponde con unas bibliotecas más dinámicas y con mejores servicios. Castilla-La Mancha es la tercera comunidad en gasto por habitante en bibliotecas, por detrás de País Vasco y Cataluña (aunque sea con cantidades ridículas, como veremos en otra ocasión).

Pero si analizamos las actividades culturales de las bibliotecas, el indicador “Actividades organizadas por las bibliotecas por 1.000 habitantes”, con una media nacional de 3,84 actividades, están en los puestos más altos Castilla-La Mancha (15,55), Cataluña (6,73), Asturias (4,84) y Castilla y León (3,65) frente a Comunidad Valenciana (0,17), Canarias y Baleares (con 1,61), Murcia (1,92) y País Vasco (2,25). Es decir, una comunidad como Castilla-La Mancha, con unos espacios pequeños, se sitúa a la cabeza de España en el número de puestos de lectura de bibliotecas por 1.000 habitantes, primera también en el número de actividades organizadas por 1.000 habitantes y segunda del país en cuanto al indicador del número de bibliotecas por habitantes. Indudablemente, junto al factor del espacio o de las colecciones, hay otros ingredientes que tienen que ver en un mejor y más eficaz servicio bibliotecario. Y ahí sin duda está el tema del personal bibliotecario. Estos días, era una maravilla constatar la vitalidad de las bibliotecas públicas de Castilla-La Mancha, con programación especial por la celebración del Día de la Biblioteca. Pero es que así es todo el año: a pesar de políticos que se empeñan en no apoyar nitidamente las políticas bibliotecarias en los presupuestos públicos, la calidad y la entrega de los profesionales que trabajan en las bibliotecas obra este gran milagro. 
Como ya he dicho, Castilla-La Mancha no podrá presentar al Congreso ningún proyecto fantástico de edificio bibliotecario, ningún edificio que destaque por sus soluciones vanguardistas. Pero quede constancia que ésta es una región en la que sus #bibliotecas están llenas de vida y de usuarios, gracias a unos bibliotecarios que vienen haciendo de las bibliotecas una de las grandes fortalezas de esta región. Ya sé que a mucha gente las estadísticas no les interesan nada: a los políticos porque muestran la falta de una Política de Estado en materia de bibliotecas públicas; y a veces tampoco gustan a muchos profesionales porque denuncian la situación de la mayoría de regiones y muchísimas localidades de nuestro país. Y no se quieren airear las miserias… He repetido que nuestro país ha crecido espectacularmente durante la época democrática en materia de bibliotecas públicas, pero no al ritmo y con la decisión de otros servicios públicos esenciales como son los centros de salud, los centros educativos… El remedio está en los presupuestos: esperemos que al menos en Castilla-La Mancha los de 2017 tengan presente la vuelta a unas políticas bibliotecarias progresistas: las que convirtieron a nuestra región en referente para todo el país.

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